Editorial: El muro que ya existe

La cantidad de casos retrasados en espera para inmigrar legalmente se ha duplicado

Los cambios siguen las políticas del presidente Trump.

Los cambios siguen las políticas del presidente Trump. Crédito: John Moore/Getty Images

Mientras se discute en el Congreso la solicitud de fondos del presidente Donald Trump para construir un muro en la frontera sur, la Casa Blanca ya tiene en pie una barrera legal para reducir la cantidad de inmigrantes pueden quedarse en Estados Unidos.

El cambio de política de asilo hacia los centroamericanos que entró en vigencia esta semana, es una modificación que desafía todo sentido de ecuanimidad en el trato que se da a los solicitantes y las normas establecidas a nivel internacional. Además, pone en peligro la vida de estas personas, según se puede deducir de las palabras de Trump.

A partir de ahora los solicitantes, después de hacer el trámite de asilo ante las autoridades estadounidenses, deberán esperar en México el resultado de su petición. Este proceso no existe en ningún lugar del mundo. México dice que recibirá a los adultos por un breve lapso, pero no a las familias y los menores.

Este es un trato injusto hacia estos peticionantes, que no recibe ningún otro grupo. En comparación, los solicitantes de asilo de China, que constituyen el mayor grupo, no son enviados a ningún lugar.

Para ser devuelto a México, el funcionario estadounidense debe establecer que el solicitante – sea o no mexicano – no corre allí ningún peligro. Si se sigue la guía del presidente, ninguno debería ir allí por el alto grado de peligro y delincuencia que hay del otro lado de la frontera.

El Servicio de Inmigración y Naturalización (USCIS) generó varios inconvenientes adicionales. En la actualidad el tiempo que lleva obtener una tarjeta verde, traer un familiar u obtener la ciudadanía aumentó en 47% en los últimos dos años.

Las autoridades dicen que han hecho lo posible para hacerse cargo del aumento de solicitantes. Sin embargo, un estudio de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración señala que la cantidad de casos retrasados se duplicó, a 2,3 millones, a pesar de que el incremento en nuevos casos fue de solo 4%. Los abogados atribuyen esto a los cambios en USCIS, que prolongan el proceso.

El Presidente habla de alentar una inmigración basada en “mérito” y conocimientos. Eso no se traslada a la realidad, porque las visas profesionales H-1B también sufren retrasos e inconvenientes. La cantidad de casos rechazados aumentó 41% entre el 3er. y 4to. trimestre de 2017. En consecuencia, este talento se va a otros países, perjudicando a la larga al trabajador estadounidense.

El mejor ejemplo de complicar los trámites son los numerosos casos de citas falsas para presentarse ante los tribunales de inmigración. A las quejas de los abogados, las explicaciones oficiales son vacías.

El muro ya existe. Es un muro burocrático que desalienta, maltrata y discrimina a los inmigrantes; una serie de órdenes y procesos que buscan impedir el ingreso del refugiado, la normalización del que ya está acá y el aporte del profesional. Es un muro que perjudica en vez de ayudar a Estados Unidos.

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