El secreto del tono naranja de Donald Trump

Sin importar la época del año, el presidente Donald Trump luce un tono de bronceado naranja que origina todo tipo de teorías.

Mientras la mayoría de las personas lucen un tono de piel pálido en el invierno en el Este de los Estados Unidos, el mandatario continúa con su polémico tono de piel, resultado –según un funcionario– de los “buenos genes” del republicano.

Así como lo lee, un alto colaborador de la Casa Blanca habló del tema con el New York Times y, a condición del anonimato, aseguró que quizá el presidente Trump utiliza un “poco de polvo”, pero no tiene escondida en la residencia oficial una cama de bronceado, como se sospecha, luego de las afirmaciones de tres personas, incluida la es asesora Omarosa Manigault Newman.

El tema resurgió tras la publicación del libro El equipo de víboras, del exayudante de la Administración federal, Cliff Sims, donde mencionó el tema.

Hasta el exdirector del FBI, James Comey, ha hablado del tema en su libro, donde indicó que el rostro del presidente Trump luce “ligeramente anaranjado” y con “medias lunas blancas y brillantes bajo sus ojos”, lo cual le hizo asumir que “colocaba pequeñas gafas de bronceado”, como aquellas utilizadas en las camas para dicho fin.

Según tres personas que han pasado un largo tiempo en la residencia de la Casa Blanca, no existe tal cama o cabina de bronceado en un rincón oculto de la residencia. Al menos dos de esas fuentes son altos funcionarios.

Tina Alster, una reconocida dermatóloga de Washington D.C. aseguró que el tono del mandatario es “demasiado naranja” para un bronceado, lo que afianza la teoría de que un polvo es el resultado de ese característico tono.