Un balazo le da a inmigrante vía hacia alivio migratorio

Baleado en el sur-centro de Los Ángeles solicita visa U

Zeferino Bravo Ramírez muestra su certificación policiaca que usará como evidencia para solicitar la visa U. (Araceli Martínez/La Opinión).

Zeferino Bravo Ramírez muestra su certificación policiaca que usará como evidencia para solicitar la visa U. (Araceli Martínez/La Opinión). Crédito: Araceli Martinez | La Opinión

Era un domingo, entre las 8:00-9:00 de la noche cuando Zeferino Bravo Ramírez salió a mover su automóvil de la calle donde estaba estacionado para ponerlo en la cochera de su casa en el sur centro de Los Ángeles. No se imaginaba que estaba a punto de ser víctima de un crimen que le abriría un camino para salir de las sombras y legalizar su estatus migratorio.

“Estaba sentado detrás del volante, esperando que se calentara el motor cuando desde un vehículo que pasó al lado, tiraron como entre seis y siete balazos. Por instinto, me tiré al piso del carro para protegerme de los impactos”, recuerda.

Cuando la balacera terminó, abrió la puerta del lado del pasajero, y a rastras se bajó del carro. “Al salir me di cuenta que me habían dado un balazo en el brazo izquierdo y me estaba desangrando”.

Para entonces, su familia y vecinos habían salido a la calle a ver lo que sucedía. Al verlo sangrante, llamaron al 911 inmediatamente.

Zeferino Bravo Ramírez muestra su certificación policiaca que usará como evidencia para solicitar la visa U. (Araceli Martínez/La Opinión).
Zeferino Bravo Ramírez muestra su certificación policiaca que usará como evidencia para solicitar la visa U. (Araceli Martínez/La Opinión).

Bala casi le pega en el corazón

“Me trasladaron al hospital. Me operaron de emergencia para sacarme la bala que me pegó en el hueso. Me tuvieron que poner varios clavos. El doctor dijo que estaba vivo de milagro, porque la bala quedó incrustada a nueve milímetros del corazón, lo que pudo causarme la muerte”, platica.

Zeferino pasó 15 días en el hospital vigilado por la policía para evitar que quienes le dispararon fueran a rematarlo. “No dejaban entrar a nadie a mi habitación, solo a mis familiares más cercanos”, cuenta.

Cuando le dieron de alta, su familia decidió que ya no regresaría a vivir a la misma casa. “No sabíamos quiénes eran las personas que intentaron matarme y si podían regresar. Estaba traumado y me mantuvieron como un mes escondido”, comenta.

Zeferino dice que él nunca tuvo ningún nexo con las pandillas. “La policía me investigó mucho para ver si el intento de homicidio que sufrí tenía alguna relación, pero nunca hallaron nada. Tampoco nunca pudieron encontrar a quienes quisieron matarme”, dice.

El incidente ocurrió hace casi 15 años, cuando el inmigrante originario de Irapuato, México tenía 30 años. El hombre de de 44 años de edad había emigrado en noviembre de 1991.

Le tomó cerca de seis meses recuperarse del balazo, pero su brazo izquierdo quedó afectado para siempre. “No lo puedo estirar, quedó como encogido y no puedo hacer mucha fuerza con él ni cargar cosas pesadas”, precisa.

Zeferino Bravo Ramírez muestra la cicatriz que le dejó la operación para removerle la bala que recibió durante un intento de homiciidio en el sur dentro de Los Ángeles. También se observa a un lado la cicatriz del impacto del balazo. (Araceli Martinez/La Opinión)
Zeferino Bravo Ramírez muestra la cicatriz que le dejó la operación para removerle la bala que recibió durante un intento de homiciidio en el sur dentro de Los Ángeles. También se observa a un lado la cicatriz del impacto del balazo. (Araceli Martinez/La Opinión)

Se salva de la muerte y de la migra

Fue un compañero de trabajo quien lo apoyó durante su recuperación. Hace cuatro años ese amigo le dijo que la visa U lo podía ayudar a conseguir estatus migratorio basado en el crimen del que fue víctima.

“Primero fui a ver a un abogado de migración, pero no me quiso ayudar, me dijo que estaba muy difícil”, cuenta.

Desilusionado abandonó el asunto, pero su amigo le volvió a insistir que viera a otro jurista. Así fue como dio con el abogado en migración, Alex Gálvez.

“Él me dijo que sí calificaba para la visa U, y me mando a pedir la certificación a la policía. El detective que me la entregó, comentó que malamente pusieron en el reporte que sufrí un asalto con arma mortal, porque lo mío fue un intento de homicidio”, cuenta.

Zeferino está contento porque ya entregó su certicación policiaca, y se prepara para solicitar la visa  U. “Estoy feliz porque nunca pensé que de algo malo, pudiera salir algo bueno para dejar de ser indocumentado, sobre todo bajo el gobierno del presidente Trump”, dice.

Agrega que se siente muy bendecido. “Sobreviví un atentado, pero además hace una semanas, me encontré con un amigo cuando yo salía del gimnasio, nos fuimos caminando por la calle, cuando de repente llegó la migra y lo detuvo. A mi me pidieron mis documentos de identificación, y el agente de la migra después de ver su computadora, le dijo al otro oficial, ‘déjalo ir, está limpio, no tiene antecedentes criminales’”.

El abogado en migración Gálvez dice que Zeferino tiene probabilidades muy fuertes de obtener la visa U porque fue baleado.

“Yo llamo a la visa U la poderosa porque perdona todo, entradas indocumentadas, deportaciones previas, documentos falsos. Los únicos casos que he visto que se las niegan es cuando el solicitante es un traficante de drogas, un pandillero con un historial pesado o alguien que se considera una amenaza para la sociedad”, explica.

Gálvez observa que el cambio que ha visto bajo la administración Trump para los solicitantes de la visa U es que mMgración quiere ver que la víctima ha sido afectado para el resto de su vida, y quieren pruebas.

Y en el caso de Zeferino, las pruebas las lleva marcadas en su cuerpo.

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