Editorial: Falta una estrategia clara sobre inmigración
La solución más viable a un desafío complejo es una reforma integral de inmigración

El hambre, la insalubridad y el hacinamiento está perjudicando la salud de miles de migrantes. Crédito: Spencer Platt/Getty Images
Al presidente Donald Trump le gusta ser impredecible, desorientar al adversario. El resultado es que los confundidos son los que están a cargo de implementar sus políticas.
A esto se le suma los mensajes contradictorios que dan la apariencia de que la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda. Por ejemplo, la secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, celebró un acuerdo “histórico” de seguridad regional con las naciones centroamericanas del Triángulo del Norte, para que al día siguiente el Presidente se queje de esos países que “no hacen nada “ y se aprovechan de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la administración todavía no entregó $637 millones ya aprobados por el Congreso para El Salvador, Guatemala y Honduras. El problema es que los funcionarios a cargo de mover el dinero no están seguros si el Presidente quiere castigar a estas naciones por la emigración de sus ciudadanos, según Politico.
La colaboración con las naciones de donde vienen los inmigrantes es indispensable para tratar el tema de la inmigración. Hoy perdura la estrategia creada por el ex presidente Obama basada en la ayuda económica para promover la prosperidad e integración regional, fortalecer la gobernanza y mejorar la seguridad.
Existen condiciones específicas que estos países deben cumplir para recibir la ayuda en materia de lucha contra la corrupción y respeto de la democracia, entre otras. Se puede argumentar que varias de estas no se cumplen. Pero si EEUU reconoce al presidente hondureño Juan Orlando Hernández, no puede castigarlos por el incumplimiento.
La Casa Blanca declaró una situación de emergencia nacional en la frontera por el arribo de indocumentados, especialmente de América Central. Es cierto que las cifras aumentaron considerablemente. Lo falso es que un muro y barreras sean la solución a un problema.
No hay obstáculos que puedan detener a la gente que huye de las condiciones de violencia y pobreza que dominan sus países. Más difícil es todavía cuando la economía estadounidense requiere un ingreso de mano de obra indocumentada.
La solución más viable a un desafío complejo es una reforma integral de inmigración que tome en cuenta las múltiples aristas. Esto se debe hacer a pedazos a falta de un consenso político nacional y un liderazgo presidencial contrario a un enfoque racional al tema.
Trump aplica una visión a corto plazo y transaccional ante el Triángulo del Norte. Si da el dinero, cuál es el resultado inmediato. Si no ve algo rápido en inmigración, los fondos de asistencia sin usar pueden regresar al Tesoro.
Es necesario ver la estrategia hacia la región con un compromiso a largo plazo, tal como se hizo con el Plan Colombia. Para eso se necesita consistencia y la meta de buscar una solución duradera a un aspecto del desafío migratorio.