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De niño indocumentado a comandante del tercer cuerpo de policía más grande de EE UU

Lo que más le gusta de su trabajo, es estar cerca de la comunidad, asegura

El comandante Al Labrada quien llegó a EEUU a los 5 años de edad es ascendido de cargo en el LAPD. / foto: Aurelia Ventura.

El comandante Al Labrada quien llegó a EEUU a los 5 años de edad es ascendido de cargo en el LAPD. / foto: Aurelia Ventura. Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

El capitán Alfred (Al) Labrada fue ascendido a comandante del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), y asignado al Buró del Sur de la ciudad que abarca desde la autopista 10 a San Pedro.

Su ascenso significa un avance para los agentes latinos del LAPD que luchan por no ser solo parte de la tropa sino también por figurar en los puestos de mando del poderoso cuerpo policiaco.

“Me sentí muy emocionado y muy honrado”, dice el comandante nacido en la ciudad de México, y quien emigró a Estados Unidos a los cinco años de edad. El comandante Labrada es ampliamente conocido en la comunidad latina porque durante un año y medio fue el enlace del LAPD con los residentes latinos, y vocero para los medios en español.

Fue su madre Dora Méndez quien en una ceremonia oficial, le puso la placa de comandante en su uniforme; mientras su hijo Cameron de 13 años, observaba orgulloso a su padre y era testigo de su ascenso en las filas del LAPD -el tercer departamento policiaco más grande de Estados Unidos.

“Mi padre murió cuando yo tenía tres años de edad. Cuando mi madre se vio sola, vino a trabajar a Estados Unidos para sacarnos adelante a mis tres hermanas mayores y a mi. Yo soy el único varón y el menor de los hijos”, dice el comandante Labrada.

Al Labrada recibe la placa de comandante del LAPD de manos de su madre Dora Méndez. (Foto suministrada).

Fue uno de sus tíos, quien en 1975 cruzó la frontera a los hermanos Labrada para que se reunieran con su madre en Los Ángeles. “Yo iba dormido, pero recuerdo que  veníamos en una camioneta blanca”, comenta.

El ahora comandante Labrada creció entre Highland Park y El Monte en Los Ángeles.

Su madre tenía dos empleos, en una empacadora de huevos y en la limpieza de las mansiones de Arcadia. Algunas veces, el comandante Labrada recuerda que la acompañaba a limpiar casas, pero no cree que le era de mucha ayuda por ser tan pequeño.

A los 11 años, seis años después de haber venido a los Estados Unidos, obtuvo la residencia permanente, y en 1988 se convirtió en ciudadano.

A su paso por la secundaria, fue cuando descubrió que quería ser policía, pero primero se unió a la Marina de EE UU, a la cual sirvió por seis años.

En 1993, ingresó al LAPD como oficial. “Comencé como patrullero, después fui oficial comunitario antipandillas y supervisor en el sur de Los Ángeles. De ahí pasé a la División de Wilshire y a Metro”, platica.

Al Labrada jura respetar el cargo como comandante del LAPD. (Foto suministrada).

Fue promovido a sargento en el año 2000. Lo hicieron teniente en 2014, y a principios de 2017 fue ascendido a capitán, y asignado a la División Hollenbeck. En mayo cumplió 26 años en las filas del LAPD.

El LAPD se ha diversificado mucho. En la ciudad de Los Ángeles, más del 49% de la población son latinos. El LAPD cuenta con alrededor de 10,000 agentes, el 48.78% son latinos. Hay muchos latinos en la tropa, pero en los puestos de mando son pocos.

Según reporta la Asociación de Agentes del Orden Latinoamericanos La Ley (Latin American Law Enforcement Association), apenas el 29% de quienes están en puestos de mando son latinos; el 49% son blancos, y el resto de otras razas.

El comandante Labrada considera que trabajar de cerca con la comunidad, le ha ayudado mucho a aprender lo que necesitan  las comunidades. “Uno de mis metas siempre ha sido desarrollar una buen amistad con los líderes comunitarios y los residentes para que así podamos servir mejor”, dice.

El comandante del LAPD, Al Labrada junto a su madre Dora Méndez. (Foto suministrada).
El comandate del LAPD, Al Labrada junto a su familia. (foto suministrada).

Y señala que cuando él comenzó en el LAPD, uno de los problemas era que no había confianza de la comunidad hacia la policía. “Se maltrataba a la comunidad, y el objetivo era cambiar esa dirección”, dice.

Ahora como comandante del LAPD, afirma que quiere continuar involucrando a los residentes para que sean más activos en los asuntos comunitarios y mejorar el servicio policiaco.

“En nuestra comunidad hay temor y desconfianza por el tema de la migración. Nosotros como  LAPD no tenemos nada que ver ni colaboramos con el Servicio de Migración y Aduanas (ICE)”, observa.

“Lo único que queremos es mejorar la comunidad; y para lograrlo necesitamos que más gente hispana se involucre. Entiendo que hay mucho miedo, pero queremos ayudarlos a que tengan voz, y si son víctimas o testigos de un crimen, no duden en sentirse con la confianza para llamarnos y colaborar con nosotros”, subraya.

“Han sido décadas de trabajo duro, esfuerzo y disciplina. Creo que he podido llegar hasta donde estoy por eso pero sobre todo porque trato bien a mis compañeros y a la comunidad”, considera.

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