¿$15 a la hora? 27 millones de beneficiados y un millón sin empleo

Elevar el salario mínimo al máximo estudiado permitiría sacar de la pobreza a 1.3 millones de personas

El movimiento Fight for $15 denuncia en un reporte la violencia sufrida por los trabajadores de la comida rápida. (Archivo/La Opinión)

El movimiento Fight for $15 denuncia en un reporte la violencia sufrida por los trabajadores de la comida rápida. (Archivo/La Opinión) Crédito: La Opinion

Todas las políticas económicas tienen beneficiados y damnificados en más o menos medida en cuanto a los efectos en el trabajo o los ingresos. Y en la referente al salario mínimo se suele justificar el status quo poniéndose énfasis en los perjudicados.

El lunes, cuando se hizo público el informe del CBO (Oficina Presupuestaria del Congreso) respecto a la propuesta de elevar esta paga del $7.25 a la hora a nivel federal hasta $10, $12 o $15 no hubo excepción a esta regla. Según esta oficina si se sube el salario a $15 en 2025 hasta 17 millones de trabajadores verían mejorar sus salarios. Indirectamente otros 10 millones ganarían más de lo que ganan actualmente,  porque la subida del mínimo suele elevar también los salarios similares. Habrá, también, 1.3 millones de pobres menos, la mitad de ellos menores de 18 años.

Ahora la mala noticia.

Con esta subida hasta 1.3 millones de trabajadores podrían perder su empleo.

El CBO rebaja las cifras de consecuencias, tanto las deseadas como las no intencionadas en el caso de que la subida de este salario mínimo se quede en $12 o en unos más modestos $10. Con esta última cantidad los beneficiados directa e indirectamente serían unos 3.5 millones de personas apenas se perdería empleo pero tampoco se avanzaría en la lucha contra la pobreza.

Para Heidi Shierholz, economista del Economic Policy Institute, EPI — un centro de estudios de corte progresista– poner fin al más largo estancamiento del salario mínimo es necesario y sería beneficioso, según describe el CBO para la mayoría de quienes cobran el salario mínimo además de la economía en su conjunto. Shierholz explicó en una conferencia telefónica que los beneficios de los que habla este informe exceden los costos que causan.

No obstante, esta economista se muestra escéptica con respecto a los costos porque según un buen número de estudios el efecto negativo en el empleo es muy bajo o inexistente. Para ella, y para el nobel de economía Paul Krugman, consideran que desde el CBO se ha dado la espalda a estos estudios que no prevén efectos negativos.

Terrence Wise, trabajador en empresas de comida rápida en Kansas City, una de las personas que con más elocuencia ha defendido en el Congreso la necesidad de subir el salario mínimo del que depende desde hace dos generaciones su familia, explicó que es necesario que personas como él necesitan una paga que les permita pagar la renta, la facturas de electricidad y gas “y quizá comprar un helado el fin de semana a mis hijas”.

Este mismo mes es posible que la Cámara de Representantes, con mayoría demócrata, apruebe una propuesta para elevar el salario a $15 la hora. “Quienes trabajan a tiempo completo no deberían vivir en la pobreza”, sentenció el representante Bobby Scott, presidente del Comité de Educación y Empleo.

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