En el Valle de San Joaquín el Censo tiene carácter de urgente

Se ha formado una unidad sin precedentes en un área que produce riqueza, pero donde abundan las comunidades pobres y fáciles de ignorar en el conteo que se realiza cada 10 años

Alcaldes: Manuel Cantú, de McFarland; Alex Garcia, de Wasco; Joseph Aguirre, de Delano y José Gurrola, de Arvin. (Ethnic Media Services)

Alcaldes: Manuel Cantú, de McFarland; Alex Garcia, de Wasco; Joseph Aguirre, de Delano y José Gurrola, de Arvin. (Ethnic Media Services) Crédito: Ethnic Media Services

El Censo del año que viene parece lejano y difícil de entender para muchos, pero no así en el Valle Central de California, en Bakersfield, Delano, Shafter, McFarland o Arvin, donde el crecimiento demográfico y las necesidades de la población no dejan lugar a dudas a sus líderes y activistas de que lo que se juegan es el futuro.

Este pasado viernes, en un hecho sin precedentes, alcaldes locales, funcionarios de varios niveles de gobierno, organizaciones comunitarias y representantes de comunidades tan diversas como la hispana, nativo americana, punjabi (India), afroamericana, latina, asiria, juvenil, gay y lesbianas, religiosa, zonas rurales y campesinos se reunieron con un objetivo común: contar en el Censo 2020.

Los reunidos expresaron cierto alivio ante la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos de prohibir la pregunta de ciudadanía en el cuestionario del Censo 2020, pero muchos de los presentes consideran que aún hay mucho trabajo por hacer para combatir la renuencia o la apatía que podría resultar en un subconteo de ciertas comunidades.

Se ha creado una unidad sin precedentes respecto al Censo-2020 en el Valle de San Joaquín. (Ethnic Media Services).

“Aprecio mucho la diversidad que hay en esta sala el día de hoy”, dijo Manuel Cantú, alcalde de McFarland, una ciudad que está a 25 millas al noroeste de Bakersfield. “Lo que estamos discutiendo es un tema humanitario, no es político. Nuestro objetivo es conocer a nuestra comunidad para servir a cada persona, especialmente a los niños que aún no tienen voz”.

Presidiendo la reunión: cuatro alcaldes latinos de ciudades aledañas a Bakersfield, Delano, Shafter, McFarland y Arvin. La agenda: ¿cómo lidiar con el miedo, la apatía o la desconfianza de las comunidades locales hacia la participación en el Censo y convencerlos de que les conviene llenar los formularios que detallan su presencia en este país?

Es un reto grande, coincidieron, pero no les queda más remedio que intentarlo. En una de las zonas agricultoras más productivas del país, hay numerosas comunidades vulnerables a ser pasadas por alto en el Conteo Decenal del Censo, según explicó el profesor Ed Flores Orozco, de UC Merced.

“En el Censo de 1990, El Valle de San Joaquín tuvo uno de los subconteos más grandes del país en el Censo”, dijo Flores. En la región abundan las comunidades vulnerables a ser pasadas por alto como las familias “complejas”, familias grandes, madres jóvenes con hijos de hasta 5 años y los inmigrantes, explicó.

Sandra Martínez de la tribu de Indios Tejon. (Ethnic Media Services).

Para Joseph Aguirre, alcalde de la ciudad de Delano, la supervivencia y prosperidad de su pequeña ciudad agricultural tienen mucho que ver con un conteo exacto del Censo del año que viene.

“Necesitamos esos recursos federales y estatales”, dijo Aguirre. “En 2010 cuando fue electo, la tasa de desempleo aquí en mi ciudad era de 44%. Hoy es menor al 9% y esto no ocurrió por casualidad sino porque planeamos e invertimos nuestros recursos”.

José Gurrola, el joven alcalde de Arvin, otra pequeña municipalidad al suroeste de Bakersfield, señaló que cuando la actual camada de líderes públicos latinos salió electa, “lo hicimos para mejorar nuestras comunidades y luego nos encontramos grandes limitaciones en recursos”.

“Aparte de fondos para transporte, calidad de aire y agua, escuelas, salud, también nos jugamos la representación política”, explicó Gurrola quien elogió la presencia de sus colegas. “Estoy muy satisfecho

de ver juntos a los alcaldes de nuestras ciudades latinas, porque vamos a tener que trabajar juntos para contrarrestar el miedo que ya está en nuestras comunidades”.

El Censo 2020, que arranca el 1 de abril del próximo año, ya es materia de controversia debido a los esfuerzos del gobierno de Trump por incluir en el cuestionario decenal una pregunta sobre ciudadanía.

Apenas hace unos días, la Corte Suprema de Justicia rechazó incluir la pregunta, pero el tema aún no se termina de dirimir y el presidente Donald Trump amenaza con posponer el proceso si no se sale con la suya.

La pregunta de ciudadanía no es lo único que hay en el ambiente. El miedo en torno a cualquier roce con el gobierno que preside Donald Trump no es juego.

Lupe Martínez, líder campesino del Centro sobre Raza, Pobreza y Ambiente, dijo que es preciso que los propios líderes comunitarios no caigan en el alarmismo y que no “invoquen al Cucuy”, ese personaje mítico que se usa para darle miedo a los niños.

“Es preciso que, para empezar, no promovamos nosotros mismos el miedo”, dijo Martínez. “El miedo lo utilizan para mantenernos sometidos y lo que necesitamos es empoderarnos, promover lo positivo, explicarle a la comunidad el por qué necesitamos contar en el Censo”.

Alex García, alcalde de Wasco, indicó que la zona del Valle de San Joaquín donde se encuentran, ha experimentado un aumento de población relacionado al incremento del costo de la vida en otras regiones de California. Pero la región incluye muchos grupos vulnerables a ser pasados por alto o no ser adecuadamente contados por el Censo.

“Quiero que quede muy claro que el Censo tendrá un efecto que durará diez años”, dijo García. “Afectará nuestros fondos estatales y federales, carreteras, y por lo menos 132 programas para familias de bajos recursos”.

Cada comunidad es un mundo, con su historia y su realidad, pero para este grupo, lo importante es la unidad de propósito en lo que se refiere al Censo.

Para las comunidades nativo americanas, los Censos o enumeraciones han tenido connotaciones negativas en el pasado. “Muchas veces cuando nos contaban era para erradicarnos”, dijo Sandra Hernández, de la Tribu Tejón. “Cambiar esa imagen negativa en una positiva es lo esencial en la comunidad indígena”.

No obstante, alertó Wanda Lord, del Bakersfield American Indian Health Center, el indígena que no participara en los Censos que se hicieron en este país para crear las listas federales de tribus, terminaba “sin reconocimiento y sin tierras”.

Lord agregó que la asignación de fondos para clínicas que sirven a las comunidades indígenas se reparte de acuerdo al número de población.

Ivette Flores, de la organización progresista Our Revolution, explicó que educar sobre el Censo a los jóvenes de las comunidades inmigrantes pasaría a ser clave a la hora de educar a los adultos a cargo de llenar los formularios del Censo.

“Yo crecí en una familia inmigrante y muchos de nosotros fuimos los traductores y educadores cívicos de nuestra familia”, dijo Flores.

La senadora estatal Melissa Hurtado, del distrito 14 que representa la zona, acudió a la cita para asegurar al diverso grupo de líderes que hará todo lo posible por proporcionar los recursos necesarios para ayudar en la tarea de “llevar a cabo un conteo preciso de la población y proteger a las comunidades vulnerables”.

El estado de California tiene su propia oficina de promoción del Censo para resguardar los intereses del estado y de sus comunidades y Patricia Vásquez Topete, gerente del programa de alcance comunitario, dijo que su trabajo es enfocarse en esas comunidades vulnerables a un subconteo. “Haremos lo que haya que hacer y atacaremos la desinformación”.

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