“Pelearemos para que una parte de los impuestos por remesas sea para programas de paisanos”

Desde el congreso Lubier Gonzaález no ha hecho otra cosa que ocuparse de los temas de los mexicanos en el exterior

MEXICO- Durante los 40 años que Elibier González (Tecolotlán, 1954) ha vivido en Los Angeles, ha sido una activista. Presidente del Club de Quila, de la Asociación de mujeres Extraordinarias de California y de la Federación de Clubes Jaliscienses del Sur de California, pero no fue hasta que llegó al congreso de su país cuando recibió uno de los mayores portazos en la cara.

No específicamente a ella, en política nada es personal, sino a toda la comunidad de mexicanos en Estados Unidos con la cancelación de dineros por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador a casi todos los programas a favor de los paisanos.

“No dejó ni uno sin tocar y no los sustituyó por otros”, advierte en entrevista con este diario, aún sorprendida porque desde el poder Ejecutivo pueda unilateralmente tomar esas decisiones sobre programas que creó el Legislativo como la ayuda que había para deportados.

“Debe haber una laguna legal que le está permitiendo hacer eso al presidente y debemos revisar con una ley o regulación para que consulte al congreso”, advierte.

González llegó a la curul a través del Partido Movimiento Ciudadano que la colocó en las listas de representación proporcional (no tuvo que ser votada) para garantizar la presencia de migrantes en la Cámara de Diputados Federal, ya que no hay oportunidad para ser votados a través de una circunscripción u otra fórmula.

En plena campaña de 2018, el entonces candidato a la gubernatura de Jalisco, Enrique Alfaro fue a Los Angeles y dijo que daría un lugar de representación a los migrantes. Claro, era la primera vez que los jaliscienses en el exilio votarían para elegir al mandatario de su entidad de origen.

Una vez en el escaño, Lubier Gonzaález, no ha hecho otra cosa que ocuparse de los temas de los mexicanos en el exterior. Aún con las manos atadas al presupuesto, destaca cuatro iniciativas y reformas de ley: para que haya una diputación y una senaduría migrante, para que se defina por ley la figura de “Migrante Mexicano en Retorno”; para capacitar a profesores que atiendan a niños deportados con sus padres y para que el presidente no defina solo la política migratoria.

En el próximo periodo buscará también la forma de que, al menos el 1% de los impuestos que generan los 33,000 millones de dólares que ingresan por remesas se etiqueten a programas de mexicanos en el exterior.

“Es un mínimo que se puede dar, dado que somos la principal fuente de divisas del país”, advierte. “Otro asunto es volver autosuficiente a los consulados porque ahora el dinero que se recauda ahí lo envían a Hacienda de México y de ahí se distribuye y luego no hay dinero para ellos: hay algunas zonas donde los consulados móviles sólo van una vez por año y hay miles de mexicanos que tienen que viajar horas para que los escuche un diplomático como ahora ocurre en Reno”.

Y hay más en el tintero: llamados de atención al presidente para que en las escuelas se dé asesoría sicológica y legal a los niños deportados con sus padres; para que se impulsen programas de viviendas para los mexicanos de retorno o para que los niños nacidos en EEUU de origen mexicano puedan estudiar aquí.

“Allá los admiten en la escuela sólo con la palabra del padre, les piden una vacuna y los ubican en un programa bilingüe, si lo hay; en México, les piden la apostilla y no los dejan, no hay sensibilización”, observa. “Hay un gran desconocimiento de la agenda de los migrantes que debería ser una agenda común, pero la vamos a empujar”.

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