Los latinos que nos convertimos en cómplices de Trump

Archivo.

Archivo. Crédito: Getty Images

En estos días de desazón y sufrimiento para la comunidad latina, muchas personas que nacieron hablando español como primer idioma, pero que ahora ya tienen documentos legales nos convertimos en el otro, en cómplices potenciales de las injusticias del gobierno de Trump.

¿Cómo podemos ser cómplices? Al no hacer nada, al solo lamentarnos e indignarnos al escuchar las noticias que vienen de la Casa Blanca, pero no escribir una carta, un correo electrónico o una llamada a nuestros congresistas para que apoyen a los inmigrantes sin documentos y a los refugiados. Al no apoyar económicamente a una organización que lucha por estos grupos y respaldar sus marchas y esfuerzos.

Al callar ante los ataques de Trump que van por su tercer año, nos convertimos en cómplices. Y aunque no queramos, nosotros mismos estamos participando en la división de familias, que hace este gobierno abiertamente, con todo descaro y falta de humanidad.

¿Se nos olvida la historia, nuestra propia historia? O es nuestra falta de capacidad como seres humanos para contextualizar la situación, revisar el pasado y entender el porqué los inmigrantes decidieron abandonarlo y arriesgarlo todo, en busca solo de sobrevivir. Se nos olvida que nuestros padres o abuelos hicieron lo mismo.

También preferimos ignorar que el intervencionismo de EEUU en Latinoamérica es en gran medida la razón por la cual la mayoría de nosotros estamos aquí.

Enlistar ejemplos de Latinoamérica está por demás ya que prácticamente todos los países lo han vivido. Sabemos que la televisión solo nos dice que los culpables son los políticos corruptos de Latinoamérica, y que EEUU solo busca la libertad y democracia de sus pueblos. Al final, eso es lo que quieren que creamos, culpemos al otro, no a nuestro gobierno.

Uno de los últimos ejemplos fue Honduras en el 2018, Trump respaldó las elecciones fraudulentas de Juan Orlando Hernández a pesar que su Constitución prohíbe la reelección y en contra del clamor popular. Eso no importó, pero hoy, no es coincidencia que los refugiados que vienen buscando la frontera de EEUU y México son de ese país en un gran número.

¿Qué nos pasa? ¿Por qué no nos damos cuenta que la intervención de EEUU en cualquier país es para proteger sus intereses corporativos o influir en su política para explotar sus recursos a costa de lo que sea, inclusive si miles de personas mueren o son forzadas a salir del país?

Y luego que pasa, nosotros, como el país que forzó su salida directa o indirectamente no les queremos dar asilo como refugiados; pero a nivel personal, solo nos quejamos y lamentamos de las injusticias, pero no actuamos.

Reflexionemos y concluiremos que no hacer nada nos convierte en cómplices de esta administración y todo lo que haga o deje de hacer será en nuestro nombre.

(*) Agustín Durán ha sido periodista en Los Ángeles por más de 20 años y actualmente es editor de Metro de La Opinión. Nació en Ciudad de México, pero se identifica como ciudadano del mundo. Es escéptico hasta los huesos y está registrado independiente.

En esta nota

inmigrantes refugiados Trump
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain