¡Detengan alzas de rentas!, reclaman vecinos de Downey

Inquilinos tienen miedo a denunciar los excesivos alquileres ya que temen sufrir represalias

Inés Feijo, María Vega y Katherine Álvarez protestan los aumentos de la renta en Downey. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Inés Feijo, María Vega y Katherine Álvarez protestan los aumentos de la renta en Downey. (Aurelia Ventura/La Opinión) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

Katheryn Álvarez sabe lo que es vivir en la vía pública porque se ha quedado desamparada tres veces y la última vez vivió un año sin techo. Por eso le aterra que el excesivo aumento al alquiler que le dieron a ella y sus vecinos en Downey, la vaya a orillar de nuevo al desamparo.

Los altos aumentos a la renta es un problema en todo California, pero ahora lo estamos viviendo en la ciudad de Downey en el condado de Los Ángeles”, dice Katheryn.

“Alrededor de 100 familias del complejo habitacional Eden Roc de la ciudad de Downey están en riesgo de terminar en la calle”, afirma.

Vecinos inconformes por el desmedido aumento de renta a sus viviendas en Downey. (Aurelia Ventura/La Opinión)

En el último mes, Winstar Properties, la compañía propietaria  del inmueble, les aplicó alzas en el alquiler de entre 30 y 40% a sus inquilinos.

“Yo pagaba 1,200 dólares al mes y me aumentaron 1,550 dólares”, señala Katheryn.

“Mi miedo es que continúen subiendo la renta; y al no poder pagar, nos echen a la calle. No quiero volver a ser homeless”, exclama.

Katheryn recién ganó un pleito en contra de desocupar su apartamento en el que ha vivido en los últimos cinco años, a causa de que su hijo de 18 años, se tiró a la alberca desde el techo de la palapa del lugar.

“El manager ya sabía que mi hijo sufre una serie de trastornos como depresión aguda, déficit de atención y desorden postraumático”, precisa.

Y argumenta que ella además es una persona con discapacidad. “Tengo un pie quebrado y he pasado por 16 cirugías, no me puede salir así nomás porque sí”, expone. El pleito que ganó, la ayudó no solo a evitar su desalojo sino que obligó también a los propietarios a darle un estacionamiento más cercano a su apartamento. “Por mucho tiempo se lo pedí al manager debido a mi problema para caminar, pero no me hacía caso. Solo demandando, me dejaron en paz”, señala.

Inés Feijo muestra el moho que se ha hecho en su departamento. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Pero más allá de su historia, la mayoría de los vecinos están inconformes con el abultado incremento a la renta.

Inés Feijo quien lleva diez años de vivir en el complejo de apartamentos, y comparte uno de dos recámaras con su esposo y su yerno, dice que ella pagaba 1,140 dólares y le aumentaron 1,550 dólares.

Los propietarios quieren estabilizar las rentas de Downey con el resto del mercado, pero estos apartamentos no valen el aumento que nos dieron”, afirma.

Y subraya que no los pintan ni les dan mantenimiento.

“Mi hija tiene lupus y la humedad que ha salido por el agua que gotea en el baño, le afecta mucho. Lo reporté bastante, pero lo arreglan por encima y no solucionan el problema”, expone.

Además dice que las alfombras están en pésimo estado y los apartamentos llenos de cucarachas.

“Siento que nos quieren correr. Quieren que nos vayamos para remodelar sin gente y rentar más caro los apartamentos”, expone.

María Vega  pidió un alto al aumento de rentas en Downey. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Los vecinos recibieron una carta en la que la compañía propietaria les envío una propuesta para que quienes se salgan el 1 de octubre, reciban un estímulo por 4,100 dólares más el pago íntegro de su depósito. A quienes dejen sus apartamentos el 12 de octubre, les darían 3,350 dólares más el depósito de seguridad.

‘Ese ofrecimiento nos los dieron dos semanas antes de las fechas límites para irnos y recibir el dinero, pero nadie iba a conseguir un apartamento a precio accesible en ese periodo de tiempo. Es ilógico”, externa Katheryn.

Blanca Ortiz dice que ella no se puede mudar porque tiene una hija con autismo severo a quien el Distrito Escolar de Downey le paga una escuela privada en la ciudad de Cypress.

“A mi me aumentaron 400 dólares la renta de 1,150 dólares a 1,550 dólares”, dice.

Y se lamenta que ella no pueda trabajar por atender a su hija con necesidades especiales. “Mi esposo trabaja como empleado de estacionamiento. Después de pagar la renta, a veces no nos queda mucho para comer y tenemos que usar estampillas de alimentos; o ir a los bancos de comida”, observa.

Los inquilinos del completo de apartamentos Eden Roc sufrieron incrementos en el alquiler de su vivienda entre un 30 y 40%. (Aurelia Ventura/La Opinión)

A María Vega, quien desde hace 21 años vive en un apartamento de una recámara en el complejo Eden Roc con sus tres hijos y su esposo, le aumentaron de 840 dólares a 1,167.57 dólares por mes. A Verónica con 15 años de antigüedad en su apartamento de una habitación, le subieron de 875 dólares a 1,250 dólares.

“No sé dónde vamos a parar. Si no nos corre Trump de este país, nos van a sacar los arrendatarios con esos aumentos tan grandes”, precisa.

Los vecinos acudieron ayer al Ayuntamiento de Downey a pedir a los concejales de la ciudad su apoyo para que detengan los exhorbitantes aumentos a las rentas.

“Muchos vecinos que están inconformes no se atreven a denunciar porque tienen miedo a sufrir represalias”, dice María Villagómez quien vive con sus cinco hijos en un departamento de dos recámaras, cuya renta fue aumentada de 1,255 dólares a 1,525 dólares.

La Opinión trató de contactar a la compañía propietaria de los apartamentos, pero no hubo respuesta.

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