¿Cuál fue el motivo para que se cancelara la cobertura del plan Medi-Cal de una mujer embarazada?

Sylvia Valenzuela cuenta que, en la mitad de un embarazo difícil, el plan Medi-Cal le informó que había cancelado su cobertura de salud. Meses después, recibió una llamada en la que le decían que había sido un error.

A comienzos del embarazo, Sylvia Valenzuela tuvo dos meses de reposo en cama ya que padecía náuseas y vómitos intensos a causa de una afección poco habitual. En un momento en que necesitaba imperiosamente recibir atención médica, esta residente de Fresno señala que perdió la cobertura del plan Medi-Cal sin haber cometido ningún error por su parte.

Esta madre de 32 años, con tres hijos y nativa de la tribu Pascua Yaqui de Arizona, intenta contener las lágrimas mientras recuerda el proceso “difícil” e “injusto” que experimentó al inscribirse en Medi-Cal, el programa de Medicaid del estado de California para residentes de bajos ingresos.

A finales de agosto, Medi-Cal informó por carta a Valenzuela (que ahora se encuentra en su octavo mes de embarazo), que efectivamente cumplía con los requisitos para recibir cobertura debido a los ingresos de su familia, y que su cobertura sería retroactiva a febrero, mes en que había presentado inicialmente su solicitud de inscripción.

Pero el retraso en procesar su solicitud original y el aparente error en cancelar su cobertura en el mes de julio dejó a Valenzuela sin seguro de salud durante un período de tiempo considerable durante su embarazo, un momento en que cada vez se sentía peor y más enferma. Los expertos y autoridades del gobierno señalan que este tipo de problemas continúan ocurriendo en todo el estado y, con frecuencia se asocian con sistemas de inscripción por computadora que resultan anticuados y dispares entre sí.

“Fue muy traumático”, dice Valenzuela. “No sé cómo se confundieron de esta manera, pero (el representante de Medi-Cal) me llamó para decirme que habían cometido un error con mi caso”.

Un funcionario de los cuidados de salud del condado se negó a hablar sobre el caso específico de Valenzuela, pero reconoció que hubo “problemas” relacionados con los sistemas de inscripción a Medi-Cal que podrían haber afectado su cobertura, ya que ella calificaba para recibir cobertura por su embarazo durante todo ese período.

Muchas veces, en un sistema empleado en todo el estado puede haber casos que aparecen como cancelados o puestos en espera, “pero en realidad, los casos siguen estando abiertos y aprobados”, según Chester Prince, encargado de programas del Departamento de Servicios Sociales del Condado Fresno que supervisa el plan Medi-Cal en el condado.

Aquellas personas que consideren que su cobertura fue cancelada o denegada por error deben comunicarse con un trabajador social del condado para verificar si cumple con los requisitos, señaló Prince.

“Históricamente hubo problemas con las inscripciones a causa de que los sistemas informáticos del estado y del condado no se comunicaban bien”, afirmó Laurel Lucía, directora del programa de cuidados de salud del Centro para la Investigación Laboral y la Educación de UC Berkeley.

Valenzuela recuerda que la primera vez que descubrió que su cobertura del plan MediCal había sido cancelada fue cuando su tarjeta de beneficios resultó denegada al acudir a una ecografía en julio. Cuando llamó le dijeron que su cobertura había sido cancelada, luego de haber sido aprobada en mayo.

Sylvia Valenzuela, quien tiene 7 meses de embarazo y es de ascendencia nativa americana, habla sobre los problemas que tuvo al solicitar atención de Medi-Cal al principio de su embarazo. (John Walker/Fresno Bee)

Prince solicitó que Valenzuela firmara un formulario de consentimiento para poder hablar sobre los detalles de su caso. Cuando se le entregó dicho formulario, Prince dijo que no estaba en condiciones de hablar del caso y citó leyes de confidencialidad.

No obstante, Prince señaló que el problema se debía principalmente a discrepancias en los datos de Valenzuela que figuraban en los sistemas de inscripción a Medi-Cal. Desde entonces, este problema se ha solucionado, señaló.

“Cumplía con los requisitos desde el comienzo”, dijo Prince. Aunque no pudo confirmar si la cobertura de Valenzuela había sido efectivamente cancelada durante el embarazo, citando leyes de confidencialidad, y remitió al periodista a hablar directamente con Valenzuela.

Eso fue exactamente lo que hizo el Center for Health Journalism News Collaborative.

Valenzuela dice que llamó a Medi-Cal una infinidad de veces para averiguar sobre su situación. Afirma que la primera vez que envió la solicitud en febrero, ya casi tenía dos meses de embarazo.

“Incluso me eché a llorar (frente a un funcionario de Medi-Cal) y le expliqué mi situación, hablé con varios supervisores y lo que todos me dijeron que tenían un volumen muy grande de casos”, dice.

Error en los trámites

Valenzuela había estado recibiendo cuidados médicos básicos en una clínica de los Servicios de Salud para Indígenas Americanos (IHS, por sus siglas en inglés), pero solicitó inscribirse en Medi-Cal ya que necesitaba consultar a un ginecólogo especialista en obstetricia y no podía recibir atención especializada a través de la clínica tribal IHS. Comenzó a padecer síntomas semejantes a los sufridos en embarazos anteriores, una afección conocida como hiperémesis gravídica o HQ, que causa náusea y vómitos intensos.

En su previo embarazo, Valenzuela debió contar con una enfermera en casa para mantenerla hidratada por vía intravenosa. 

Mientras esperaba que Medi-Cal procesara su solicitud, lo que llevó varios meses, Valenzuela señala que pasó dos meses en su habitación sin poder salir de la cama, y en ocasiones llegaba a vomitar hasta 50 veces al día. Bajó alrededor de 50 libras en cuatro semanas, agrega.

“Ni siquiera recuerdo qué hacían mis hijos para continuar viviendo. No podía cuidar de ellos”, señala. “Hasta para levantarme e ir al baño debía tener la ayuda de mi esposo o de mi madre para que me asistieran. Estaba demasiado débil. No me podía mover. No me podía mantener de pie por mí misma”.

Valenzuela debió ser internada dos veces: una por una infección en la vejiga y otra por sangrado que le hicieron pensar que estaba sufriendo un aborto espontáneo. El sangrado fue causado por una afección llamada placenta previa, que provoca el recubrimiento del cuello del útero por parte de la placenta del bebé.

Cuando casi estaba cumpliendo los cuatro meses de embarazo, su esposo no pudo verla más así, recurrió a un ginecólogo especialista en obstetricia y Valenzuela pudo recibir ciertos cuidados.

Al ser un embarazo de alto riesgo, a Valenzuela le preocupaba comenzar temprano con el trabajo de parto durante el período en que no tenía cobertura.

Más errores y retrasos 

Valenzuela afirma que luego de enviar inicialmente la solicitud a Medi-Cal en el mes de febrero, su cobertura comenzó en mayo, cuando ya estaba casi de cinco meses de embarazo. Sin embargo, la cobertura duró un mes y medio aproximadamente y luego le notificaron que ya no cumplía con los requisitos debido a sus ingresos.

No obtuvo ningún tipo de cuidados prenatales durante los primeros cuatro meses que son clave para la gestación. A pesar de los avances logrados en la cobertura de salud desde la promulgación de la Ley de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés), la situación de Valenzuela no es lamentablemente un caso aislado.

Entre los años 2015 y 2017, una de tres mujeres embarazadas en todo el país experimentó interrupciones en su cobertura de salud, desde la preconcepción al posparto, informó recientemente un grupo de investigadores que realizaron un estudio y publicaron un blog de HealthAffairs.

Las solicitudes de inscripción a Medi-Cal deben procesarse en un plazo de 45 días, pero si una persona necesita obtener cuidados inmediatos, el condado puede procesar la solicitud para permitir que la persona reciba atención ese mismo día, señaló Anthony Cava, portavoz del Departamento de Servicios de Salud de California.

Su esposo, el único que tiene un empleo fuera del hogar, gana alrededor de 70.000 dólares al año y así mantiene a su pareja y tres hijos de 4, 5 y 16 años. Si bien ese tipo de ingreso familiar generalmente excede los límites para recibir Medi-Cal, las mujeres pueden obtener los servicios médicos asociados con su embarazo si los ingresos familiares se sitúan o son inferiores al 213% de la línea federal de pobreza.

En el caso de Valenzuela, debido a la cantidad de hijos (incluyendo a su hijo en gestación) y de adultos que conforman su núcleo familiar, su nivel de ingresos califica para recibir la cobertura dado que es inferior al umbral establecido de 73,677 dólares. La cobertura permanece activa durante todo el embarazo y 60 días después del nacimiento del bebé.

Su esposo, que trabaja como agente en un centro penitenciario del Condado de Fresno, investigó la posibilidad de inscribir a su familia en el seguro de salud de su empleador, según Valenzuela, pero concluyó que el plan más económico le costaría unos 400 dólares cada dos semanas, además de tener que pagar un deducible anual de 6.000 dólares.

Eran cifras que la familia no podía pagar, dice Valenzuela. “No había forma de que el dinero nos diera para todo”.

Sistemas no alineados

En California, las inscripciones a Medi-Cal aumentaron un 35% entre 2013 y 2014 como resultado de la ampliación de requisitos establecida en conformidad con la ley ACA, según un estudio de 2015. En dicho período surgieron diversos problemas relacionados con los sistemas de inscripción.

Los condados emplean tres sistemas para confirmar los requisitos y gestionar los casos, señala Lucía de UC Berkeley. Dos de estos sistemas alimentan a un tercer sistema para todo el estado, que consolida toda la información y da seguimiento a las personas inscritas. Pero la integración ha sido dispareja, lo que ha causado problemas como el de Valenzuela.

“El estado está en proceso de pasar a un único sistema consolidado, el CalSAWS (Sistema Automatizado de Bienestar para Todo el Estado)”, indicó. “Creo que se reconoció que debe haber una mejora en la comunicación entre los diferentes sistemas informáticos del estado”

El Servicio Legal del Vecindario de Los Ángeles presentó dos demandas por cancelaciones indebidas en todo el estado, tanto en 2015 como en 2016.

“De vez en cuando nos enteramos de que algo no funcionó bien”, señaló Jen Flory, defensor de políticas públicas del Centro Occidental sobre Leyes y Pobreza, y agregó que un “funcionario del condado no siempre puede entender lo que está ocurriendo”.

Su organización recomienda a las personas a recurrir a un organismo sin fines de lucro que ofrezca servicios legales, si consideran que su caso no está siendo tratado debidamente. Los problemas que surgen al intentar navegar los sistemas de inscripción pueden ocasionar retrasos en el acceso a los cuidados de salud.

“Para algunas personas, esto puede significar una situación de vida o muerte”, afirmó.

Yesenia Amaro es una periodista que participa en el proyecto USC Center for Health Journalism News Collaborative

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