Cuando luchar contra una enfermedad y sin seguro de salud, parece causa perdida
Estudios demuestran que las familias sin cobertura médica tienen más probabilidad de sufrir problemas de salud y dificultades económicas
La reciente victoria en California para expandir el servicio del seguro médico Medi-Cal a indocumentados ha tenido una celebración agridulce.
El presupuesto para el año fiscal 2019-2020, firmado por el gobernador Gavin Newsom, incluye 98 millones de dólares destinados a financiar Medi-Cal para indocumentados de hasta 25 años y de bajos ingresos.
Pero las personas como Mayra Todd, de 52 años, quedaron fuera de este beneficio. La mujer de origen guatemalteco contó que hace tres años sufrió un aneurisma en la aorta torácica y trombosis en la pierna izquierda.
Desde entonces, Todd vive en un constante dilema sobre cómo enfrentar sus problemas de salud. Todos los meses, la residente del Valle de San Fernando necesita cerca de 700 dólares para comprar un medicamento llamado “Xarelto” que evita que se formen coágulos peligrosos en las piernas. Cuando logra juntar el dinero y comprar dicho medicamento, lo raciona para que le alcance durante más de un mes. Cuando no es capaz de recolectar ese dinero, busca otras opciones, aunque no son para nada seguras, pero Todd señala que es eso o esperar la muerte.
“Este mes no tuve para el medicamento y me dijeron que tomara aspirina para [que circule] la sangre. Me costaron 23 dólares”, dijo Todd en agosto. “También una naturista me dijo que tomara agua de mar preparada y me la tomo en las mañanas”.
Todd es una inmigrante indocumentada de bajos ingresos, ya que en su hogar solo su esposo trabaja. Tienen cuatro hijos estadounidenses pero todos mayores de edad, razón que le impide tener siquiera el plan Medi-Cal de emergencia que se ofrece a personas con hijos menores de edad.
Las disposiciones del programa federal de Medicaid —Medi-Cal en California— prohíben el pago a un estado por la asistencia médica proporcionada a un extranjero que no haya ingresado legalmente en el país.
Y a pesar de que California acaba de ampliar la cobertura de Medi-Cal a adultos jóvenes menores de 25 años a partir de enero, las personas indocumentadas mayores siguen sin cumplir con los requisitos tras el fracaso de la versión original de una medida más amplia: el proyecto de ley SB 29.
Todd cumple los requisitos para recibir My Health LA, el programa de salud del condado Los Ángeles, diseñado para proporcionar atención médica para personas indocumentadas y de bajos ingresos.
No obstante, el proceso para recibir los servicios necesarios bajo este programa resulta muy complejo, como se señala más adelante, cuando el Center for Health Journalism intentó obtener más detalles sobre porqué Todd no tiene acceso adecuado a la atención médica.
“Siento que están jugando con nuestra salud”, aseveró Todd. “Para mí, My Health LA solo sirve para que te tomen la presión, te pesen y te den la receta”.
Estudios demuestran que las familias sin seguro médico tienen más probabilidad de sufrir problemas de salud y dificultades económicas. Sin cobertura, algunos adultos indocumentados de California deben continuar dependiendo de los programas para indigentes del condado y personas de bajos ingresos, así como también de los servicios de redes de seguridad.
Stephanie Lemus, directora de asuntos comunitarios y defensora de la Clínica Monseñor Romero, a cargo del Departamento de Alcance y Elegibilidad, señaló que su departamento se encarga de encontrar opciones individualizadas para cada paciente.
“Hacemos una revisión de su historial para ver a qué pueden calificar. Ya sea para el plan Medi-Cal completo, Medi-Cal de emergencia, Covered California, Medicare o para algún otro programa”, dijo Lemus.
La directora añadió que los niños de 0 a 19 años ya califican para recibir Medi-Cal y pronto también lo harán jóvenes de hasta 25 años de edad, sin importar su situación migratoria.
El nuevo beneficio es posible gracias a la versión modificada —en el presupuesto del año fiscal— del proyecto de ley SB 29, presentado por la senadora María Elena Durazo, redactado conjuntamente por los senadores Connie Leyva y Richard Roth y los miembros de la Asamblea Legislativa Estatal Miguel Santiago, Joaquín Arámbula y Eloise Reyes.
La versión original del proyecto de ley SB 29 proponía ampliar el plan Medi-Cal para todos los adultos indocumentados pobres cuyos ingresos no superaran el 138% del nivel federal de pobreza. Por lo tanto, un adulto indocumentado soltero calificaría solamente si su ingreso mensual fuera igual o inferior a 1.437 dólares.
No obstante, hace unos meses el gobernador Newsom se rehusó a firmar la versión original del proyecto de ley SB 29 advirtiendo que California no estaba lista para destinar 3.400 millones de dólares adicionales para ofrecer cobertura a aproximadamente 1,26 millones adultos indocumentados de bajos ingresos.
De todas maneras, el proyecto de ley SB 29 continua en pie. La senadora Durazo se reunió con el gobernador Newsom en septiembre y se comprometió a trabajar con la legislatura sobre la ampliación de Medi-Cal a los inmigrantes indocumentados mayores de 65 años.
Con esta medida, aproximadamente 30.000 adultos residentes de California de 65 años o más, que sean indocumentados y de bajos ingresos, podrán recibir los beneficios del plan Medi-Cal..
“Nuestro sistema de atención médica funciona mejor cuando todos los californianos tienen acceso a atención médica integral, incluyendo el tratamiento preventivo”, dijo la senadora Durazo en un comunicado.
Programas disponibles
Mientras no exista una rectificación a nivel legislativo, Lemus dijo que las personas indocumentadas que perciben ingresos levemente superiores al límite establecido, son remitidas al Hospital General del Condado Los Ángeles, si no desean asistir a una clínica porque les resulta muy costoso. Allí pueden solicitar ser inscritos en varios tipos de programas de salud a un costo más al alcance de su bolsillo.
“Si la persona percibe ingresos superiores al límite, tiene la opción de pagar por una consulta o el hospital cuenta con otros programas, como ATP (Ability to Pay/Capacidad de pago)”.
Bajo estos programas, las personas indocumentadas no tienen problemas en obtener atención médica ya que si están pagando por los servicios.
Lemus añadió que las personas que padecen un problema de salud grave —como el cáncer o el SIDA— si cuentan con Medi-Cal de emergencia por un período limitado, el médico tratante puede enviar información al plan Medi-Cal.
Sin una cobertura estable, Todd se quedó sin buenas opciones
Todd dijo que ignoraba que tenía alta presión ya que no tuvo ningún síntoma hasta hace tres años.
“De repente sentí un dolor fuerte detrás de la espalda, como si me metieran un clavo en la espalda”, contó Todd. “Empecé a sentir que se me estaba perdiendo el movimiento de las piernas y salí corriendo del restaurante donde estaba, pero al llegar al estacionamiento me caí sin poder moverme”.
En el hospital, los médicos le informaron que su presión había ascendido a 289 (más del doble del valor considerado como normal) y había sufrido un aneurisma. Todd estuvo en un coma inducido durante 10 días.
Al despertar, su recuperación fue lenta y no era capaz de caminar. Debido a la gravedad de su aneurisma, no pudo ser operada. Días después sufrió una trombosis.
“Se me hicieron coágulos en la pierna izquierda por retención de líquidos”, dijo Todd.
Cuando a Todd le dieron el alta, el médico le dijo que sería fundamental tomar un medicamento para reducir el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, trombosis venosa profunda, embolia pulmonar y otras afecciones. Desafortunadamente y debido a su situación legal en el clima actual asociado con la atención médica, Todd no pudo obtener la ayuda necesaria para cubrir el costo de este medicamento.
My Health LA y sus variaciones
El programa My Health LA del Condado Los Ángeles es otra opción para las personas de bajos ingresos mayores de 19 años —sin importar su situación migratoria— que perciben ingresos inferiores al nivel federal de pobreza. Pero la experiencia de Todd muestra una de las limitantes del programa.
Anna Gorman, directora de Programas y Alianzas Comunitarias del Departamento de Servicios de Salud del Condado Los Ángeles, que supervisa My Health LA, afirmó que los participantes del programa reciben atención primaria gratuita a través de la clínica médica domiciliaria.
“También pueden acceder a medicamentos gratuitos a través de nuestra red minorista de farmacias y obtener atención especializada, urgente y de emergencia gratuita a través del Departamento de Servicios de Salud del Condado Los Ángeles”, explicó Gorman. “El programa está diseñado para garantizar que las personas que no tengan seguro y no puedan obtenerlo reciban la atención necesaria”.
Sin embargo, entender el proceso del programa no siempre es fácil. Esto lo ha podido comprobar Todd, que ha debido enfrentar varios tropiezos al intentar recibir lo que necesitaba para su tratamiento a través del plan My Health LA.
Tras recibir asesoramiento de dicho plan, Todd dijo que obtuvo tres de los cuatro medicamentos recetados. El más caro de los cuatro, Xarelto, según Todd, no lo cubre.
Además, Todd necesita realizarse un ultrasonido en la pierna cuyo costo total es de $2,000, un monto con el que no cuenta, pero dijo que en el plan My Health LA le sugirieron inscribirse en el programa Ability To Pay y así realizar pagos mensuales para pagar por la cirugía, ya que el plan My Health LA no cubre este procedimiento.
Todd dijo que continúa esperando para ver cómo resolverá esta situación.
Gorman explicó que existe un formulario con una lista de medicamentos aprobados por el plan My Health LA, pero si el medicamento que le recetan al paciente no está incluido en esa lista, no se puede obtener de inmediato.
“El médico de su clínica debe hacer el pedido para agregar ese medicamento a la lista o para recibir un medicamento similar de la lista existente”, dijo Gorman. “Pero también educamos a los médicos para que empleen los medicamentos que están en la lista”.
Todd aseguró que el medicamento estaba disponible, pero cuando lo pidió, el farmacéutico le dijo que su plan de salud no cubría el medicamento “Xarelto”. No obstante, recibió un frasco de regalo como “cortesía” por ser clienta nueva.
“Me la dio, pero me aseguró que es un medicamento muy caro”, agregó Todd.
Han pasado dos meses desde que Todd dejó de tomar este medicamento por falta de dinero, y aseguró que en todo este tiempo no ha tenido una recaída. Supuestamente, correría riesgo de sufrir coágulos, si no toma este medicamento, los que podrían llegar hasta el corazón y provocar la muerte.
“En todo este tiempo que no la tomé estuve bien, pero después de que me la regaló [el farmacéutico], me di cuenta de que al tomarla me hinchaba la pierna y me daba cansancio”, aseveró Todd.
Todd está feliz por haber recibido ese regalo, pero se pregunta si fue gracias a la intervención de una periodista y el Center for Health Journalism, y espera a ver qué sucederá el próximo mes.
“La realidad es que sin papeles puedes trabajar y comer, pero recibir atención de salud, eso es más difícil”, señaló Todd. “Si Dios quiere que me vaya [a morir], pues, ni modo, pero yo no pienso en eso, sé que cuando te llega tu momento, no hay nada que hacer”, aseguró la guatemalteca.
Jacqueline es una periodista que es parte del proyecto USC Center for Health Journalism News Collaborative