Vivir en dos países por el alto precio de la vivienda en California

El alto costo de casas y apartamentos, empuja a muchos latinos a seguir con sus trabajos en San Diego pero a residir en Tijuana

Cientos pasan de San Diego a Tijuana a diario. / foto: Manuel Ocaño.

Cientos pasan de San Diego a Tijuana a diario. / foto: Manuel Ocaño. Crédito: La Opinión

Carlos Gutiérrez Hernández se levanta por lo general a las 3:00 a.m, y se apresura para caminar desde su pequeño departamento en la colonia La Libertad, en Tijuana, hasta la garita peatonal de San Ysidro.

El estadounidense de 21 años de edad, indica que sin mudarse de San Diego (California) a Tijuana (México) hace un año “simplemente me hubiera sido imposible pagar libros, alimentación y transporte, ya no digamos otros gastos necesarios”.

La diferencia de costos es clara. Hoy Carlos vive en un departamento que le cuesta $200 al mes; mientras que el costo promedio de un lugar similar en el condado de San Diego en septiembre pasado fue de $2,250 de acuerdo con la consultora RentJungle.

El joven dice que alquilar un solo cuarto en California dejó de ser una opción.

Carlos gana cerca de $1,000 al mes en un empleo de medio tiempo para poder estudiar. Un cuarto en un radio de casi 10 millas de la Universidad estatal de San Diego, donde toa sus clases, se renta entre $850 y $1,500 al mes, según anuncios de este octubre.

El CBP indica que el horario más transitado en la garita de Tijuana a San Diego es de 4:00 a.m a 8:00 a.m. / fotos: Manuel Ocaño.

Para Carlos, la opción de compartir vivienda tampoco fue satisfactoria. Cuenta que al hacerlo, los gastos apenas se redujeron. “Era imposible concentrarme en estudiar, en dormir para ir trabajar, hasta en asuntos personales”.

Vivir en Tijuana —dice— implica desveladas para cruzar la frontera, pero se compensa con el ahorro en costo de vivienda y alimentación; además de la privacidad que necesita para estudiar ya que pronto pasa al final de la carrera de administración.

El joven cuenta que aunque tiene auto no lo cruza a Tijuana, ya que “de regreso tardaría horas en pasar a San Diego y como peatón generalmente hace menos de una hora”.

Carlos Gutiérrez cuenta que se levanta de madrugada para cruzar la frontera y asistir a sus clases en San Diego.

La familia de Paola Carrillo también vivía en San Diego y tuvo que mudarse por el alto costo de la vivienda.

Sus seres queridos eligieron irse a Texas, donde el ingreso era suficiente para adquirir una vivienda, pero Paola quiso quedarse un tiempo para continuar en la misma escuela y llevar la misma vida que conocía.

“Pronto me di cuenta que para vivir en San Diego necesitaba tener dos empleos, no tener ningún gasto superfluo y dejar de tener vida social”, dice de buen modo la conductora de un Uber en San Diego.

Recuerda que cuando su familia se iba a mudar, sus padres le reiteraban “no se te ocurra ir a Tjuana o cruzar la frontera, es muy peligroso”.

Así que cuando se mudó precisamente a Tijuana hace unos tres años, lo hizo sin avisar a sus padres.
Hace solo menos de un año les comenzó a informar de manera dosificada que se había ido a vivir al otro lado de la frontera.

En cifras

En tres años, Paola se ha mudado cuatro veces en Tijuana, principalmente porque al llegar no tenía conocidos y por ahorrar elegía vivir en la periferia, donde, sin vehículo propio, “era de verdad un tormento”, comenta.

Vivió primero en Santa Fe, un vecindario rumbo a Rosarito donde los resientes muchas veces tardan más de una hora en salir a la primera carretera y cuando llueve se duplica la espera.

Ahora, dice, tiene “la fortuna de rentar un departamento barato en la Zona del Río”, cultural, turística, comercial y cerca de “la línea [internacional]”, a casi dos millas de la garita de San Ysidro.

“Mi consejo para quienes no pueden seguir en San Diego por el costo de la renta es que se muden a Tijuana, pero que platiquen primero con alguien que conozca bien la ciudad, y que busquen en San Diego trabajos en la tarde, porque en la mañana ya es muy difícil cruzar” la frontera, dice Paola.

De acuerdo con información promedio de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) cada día cruzan por San Ysidro 50,000 conductores y al menos 35, 000 peatones por dos entradas y que el horario más transitado de Tijuana a San Diego es de las 4:00 a.m, a las 8:00 a.m.

Se agrega que los domingos después de mediodía y los fines de semana de asueto pueden ser esperas de horas.

Nadie sabe cuántos latinos se mudan de California a Tijuana pero el número va en aumento y cuando se asientan en Baja California “pueden tener lo mejor de los dos lados de la frontera”, dice Miguel Marshall, un joven empresario que trabaja precisamente como asesor de estadounidenses que terminan por mudarse a Tijuana.

“La finalidad es que al mudarte a Tijuana, conserves el alto nivel de vida que tenías en San Diego y de ser posible sea mejor”, indica el cofundador de Coyote Projects.

Comenta además que hay toda una comunidad con vida binacional sin importar el muro intermedio.

La vida de Miguel Marshall ejemplifica lo que trata de ofrecer a sus clientes: vive con su esposa en un amplio departamento nuevo en la Colonia Cacho, una de las más seguras.

Ambos conservan sus trabajos en San Diego, cruzan la frontera por carriles de Seguridad Electrónica para Viajeros Frecuentes o Sentri, donde uno toma entre cinco y 30 minutos cruzar la frontera.

Comparativamente, un condominio en “La Cacho” de tres recámaras, nuevo, céntrico y con buena vigilancia cuesta entre $1,000 y $1,200 de renta al mes.

Miguel Marshall es un joven empresario que se encarga de asesorar a las personas que quieren mudarse a Tijuana.

No obstante, por la gentrificación en San Diego una vivienda similar cerca del centro de la ciudad —con menores dimensiones— costaría arriba de $3,200.

Las posibilidades de que los latinos que se mudan a Tijuana se adapten, varían según su dominio del castellano, su capacidad para cruzar la frontera y hasta sus ingresos, pero como asesor experimentado, Marshall tiene algunos consejos.

“Lo ideal es que sea un cambio gradual, que vengan primero unos días o unas vacaciones para ambientarse poco a poco y es muy importante que establezcan redes de conocidos, pues los amigos que llegaron antes generalmente tienen experiencia en resolver necesidades que tendrán los que acaban de llegar”, indica.

La mudanza gradual también permitirá que tengan tiempo de elegir lugares ideales y seguros para vivir en Tijuana, agrega.

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