Marcha recuerda la derrota de la Prop 187

Los grupos pidieron también un alto a las redadas y el cierre de centros de detención. / Fotos: Jorge Luis Macías

Los grupos pidieron también un alto a las redadas y el cierre de centros de detención. / Fotos: Jorge Luis Macías Crédito: La Opinión

Como hace un cuarto de siglo lo hicieron activistas, políticos, líderes e inmigrantes, este sábado decenas se congregaron en los Cinco Puntos del Este de Los Ángeles para recordar el lugar desde donde comenzó la batalla para derrotar la política racista y discriminatoria del exgobernador republicano Pete Wilson y su Proposición 187.

En 1994, los votantes de California aprobaron la medida que habría impedido a los inmigrantes indocumentados tener acceso a educación y servicios médicos que no fueran de emergencia. Tras litigios en los tribunales, la propuesta fue declarada inconstitucional.

“Fue increíble ser testigo de cómo el pueblo de California nos dio la espalda a los latinos”, declaró Francisco Moreno, miembro del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM). “Fue la ley más criminal en contra de los inmigrantes latinos; desgraciadamente ahora es el gobierno federal el que nos califica así”.

Desde la intersección de la calle Lorena y la avenida César Chávez, decenas de personas hicieron el recorrido que miles efectuaron hasta la alcaldía de Los Ángeles, cuando se dieron cuenta del peligro de aquella ley promulgada por Wilson.

“¡El pueblo unido, jamás será vencido!”, “¡Aquí estamos y no nos vamos y si nos echan nos regresamos!” y “Pueblo escucha, estamos en la lucha”, fueron solo algunos de los gritos de protesta.

“Yo marcho porque mi hijo [Florentino] aún no ha podido arreglar sus papeles”, dijo Olivia Medina, una mujer michoacana de 82 años, e integrante de la Hermandad Nacional Hank Lacayo de Oxnard.

“Llevo 15 años en la lucha por una reforma migratoria, y aunque no la hemos logrado, lo peor es cómo nos están tratando; este presidente [Donald Trump] piensa que este país es solo de él y quiere que nos vayamos”.

Olivia Medina de 82 años asistió el evento.

Ayer, Olivia, además de miembros de la Coalición 2020 y de la Coalición de Derechos Plenos para los Inmigrantes se unieron para reafirmar su repudio histórico a las políticas de racismo, de división y discriminación —que dicen— emanan actualmente desde la Casa Blanca.

“La fórmula para vencer la Proposición 187 nacional que personifica Trump es hacer lo mismo que hicimos en 1994 cuando nos unimos como nunca en la historia cuando vimos el peligro de la criminalización de los inmigrantes”, considero Juan Josee Gutiérrez, presidente de la Coalición Derechos Plenos para los Inmigrantes.

“En aquella ocasión el proceso de aprendizaje fue extraordinario por la concientización, politización, movilización y organización para defendernos y ahora no se nos deben olvidar aquellos días gloriosos cuando se anunció que la ley de Pete Wilson era inconstitucional”. agregó.

El activista mencionó que, aunque muchos celebraron la derrota de la Proposición 187, el sentimiento antiinmigrante no murió.

“Las políticas de la Administración Trump son un recordatorio y un llamado a todos nosotros a que todavía tenemos mucho trabajo por hacer antes de que podamos estar seguros de estar libres de políticas peligrosas que persigue este presidente”, añadió.

“Debemos unirnos como nunca y otra vez salir a las calles para dejar en claro que haremos lo que sea necesario para salvaguardar la promesa y la vitalidad de la Constitución de Estados Unidos”.

“Mi papá decía que no le gustaba Pete Wilson porque no quería darle oportunidad de progresar a los mexicanos y eso no era justo porque son los mejores trabajadores”, comentó Rosa Medina, hija de Agustín Medina, un inmigrante originario de Pénjamo, Guanajuato y residente en el Este de Los Ángeles.

En la marcha también se pidió el cierre de los centros de inmigración

“Nuestros hijos han nacido en este país y tienen derechos que nadie les puede quitar, menos el presidente [Trump]”, añadió Héctor González, esposo de Rosa, quien rechazó la idea de que los inmigrantes representan una carga pública costosa para Estados Unidos.

“A mí, como trabajador de un almacén me quitan impuestos estatales y federales cada quincena y aunque no quiera, no puedo decir nada porque es la ley y todos debemos pagar, tengamos o no papeles”, dijo Héctor.

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