Propuesta de ‘The Two Hundred’
Ahora que el Gobierno y la Legislatura empezaron a atacar la crisis de viviendas es momento de enfrentar un problema más importante que podría perseguir a las generaciones futuras de la mayoría latina en California.
Ese problema es el moribundo sueño americano de ser dueño de vivienda, que ha sido la mejor forma de construir riqueza sostenida para las familias de clase trabajadora.
Desde la Gran Depresión, el gobierno federal ha reconocido esta verdad con la implementación de programas de préstamos hipotecarios favorables y exenciones de impuesto sobre los propietarios de viviendas.
Sin embargo, las políticas y los bancos privados excluyen sistemáticamente a latinos, afroamericanos y otras minorías.
Esto creó una disparidad y una brecha de riqueza. Los propietarios blancos de vivienda pudieron aprovechar el capital de sus propiedades, enviar a sus hijos a la universidad y empezar sus negocios. Mientras tanto, los latinos se quedaron pagando renta o recibiendo ofertas de tasas de interés exorbitantes de préstamos hipotecarios.
Luego llegó la Recesión del 2008.
Los latinos que eran dueños de viviendas sufrieron ejecución hipotecaria 240% mayores que las de los blancos, lo que acabó con $177 millardos de riqueza acumulada. Desde entonces, las propiedades poseídas por latinos empezaron a aumentar, aún representa dos tercios de la tasa de los blancos; esto deja a los latinos con un valor neto per cápita que es 10 veces más pequeño.
El problema es peor en California. El precio medio de una vivienda es de $649,000. Se necesita un ingreso familiar de $127,000 al año para calificar para una hipoteca. Cada vez más, el sueño americano se está desvaneciendo para la clase trabajadora latina.
Los gobiernos estatales y locales no le prestan atención. De los más de 800 propuestas introducidos recientemente en Sacramento para solventar la crisis de viviendas, solo pocos, si hubo, lo mencionaron.
Con la meta de agregar 3.5 millones de nuevas casas en California para el 2026, los funcionarios públicos están enfocados en “viviendas asequibles” – apartamentos, que son más baratos y fáciles de construir.
No deberían pasar por alto la necesidad de aumentar la cantidad de condominios, townhouses y viviendas unifamiliares. Si no estarán creando una clase permanente de inquilinos de clase media y baja que harán que los propietarios se hagan más ricos, en vez de crear riqueza con una hipoteca.
Como una coalición de activistas latinos y funcionarios públicos, The Two Hundred ha realizado conferencias a lo largo del Estado para discutir este problema.
Hemos presentado demandas para revocar las regulaciones ambientales que harán que las casas sean aún más costosas, que privará más a las familias de clase trabajadora para que puedan tener propiedades.
En 2020 estaremos patrocinando legislación para formar un equipo de trabajo legislativo que planteará metas de viviendas en todo el Estado.
Es hora de reconocer ser dueño de vivienda como un derecho civil. Es hora de darles una oportunidad justa a los latinos para que puedan alcanzar el sueño americano.