El millonario financiamiento a partidos en México, ¡seguirá en 2020!

López Obrador no está conforme con tanto dinero a los partidos y volverá a la carga con otra iniciativa

MÉXICO – Los gastos superfluos de partidos políticos en México son públicos: compran electrodomésticos y adornos de jardinería inútiles; reportan cursos de capacitación o asesorías inexistentes, presentan reportes de uso de miles de litros de gasolina imposible de consumir, pasajes de avión inexplicables, viáticos de vacaciones personales…

De difundirlos se ha encargado el Instituto Nacional Electoral (INE), militantes y muchas veces gente que ha sido beneficiada porque, para ganarse el favor del voto, las instituciones electorales han hecho del pago en efectivo una cultura que pueden camuflar como compras sin comprobantes entre otras artimañas.

Para hacer frente a estas prácticas, el presidente envió una iniciativa al congreso con miras a reducir hasta el 50% el presupuesto a los partidos políticos, pero, a finales de 2019, mientras se discutían otras prioridades, los diputados rechazaron reducir la bolsa a sus partidos.

Morena avaló la propuesta, pero los aliados que en la mayoría de los casos se suma a sus causas, le dieron la espalda, bloquearon la iniciativa del presidente y se despacharon para tener en 2020 el fondo de siempre.

Eso es: poco más de 300 millones de dólares (en su equivalente en pesos) a los que se sumarán otros tantos por financiamientos en los estados y que representa seis veces más que lo que recibirá el programa para el fomento a la agricultura, la ganadería y la pesca o doce veces más que el programa para la obligatoriedad de la educación superior.

El coordinador del Partido del Trabajo en la Cámara de Diputados, Gerardo Fernández Noroña, aliado clave de Morena y un férreo crítico del derroche, sorprendió a más de uno al defender a ultranza el dinero para el organismo político que representa.

Argumentó que lo necesitan para “visitar casa por casa” o para “realizar brigadas” y, sarcástico, remató: “Sólo en Venezuela no hay financiamiento público”. En México el financiamiento de los partidos políticos proviene principalmente de los impuestos por temor a que se cuele dinero ilícito si se le da rienda suelta al patrocinio privado.

La oposición, que incluye a los otrora poderosos Partido Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), defendió su postura de no reducir su bolsillo con el alegato de que, dada la formula de la democracia mexicana que toma en cuenta al padrón para el reparto del presupuesto, los dejaría con muy poca plata.

Jaime Cárdenas, ex consejero electoral del Instituto Nacional Electoral y analista del tema, consideró que, de cierta forma tienen razón: “Pondría en riesgo la competencia y equidad, debido a que no contarían con los recursos suficientes de cara a los comicios del 2021”.

En 2021 serán electos 3,852 cargos públicos y, debido el número, la elección se cataloga ya como “la más grande de la historia”.

Morena argumentó “que se pueden hacer las cosas diferente”. En voz del coordinador del partido en la Cámara de Diputados, Dante Delgado, recordó que para ganar la Presidencia de la República y la mayoría en la Cámara de Diputados y de Senadores gastaron sólo 11 millones de dólares.

En un acto simbólico a mitad de la discusión en diciembre pasado, la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, envió una carta en la que el partido renunciaba al 75% del financiamiento público, pero después de la votación en contra de la propuesta de AMLO, no ha aclarado si sigue en pie el arrebato.

Pasadas las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el diputado Delgado anunció que el presidente no está conforme con que se siga financiando con tanto dinero a los partidos y volverá a la carga con una iniciativa preferente que obligaría al congreso a discutirla en primer lugar y con urgencia.

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