Desalojo de madres revela el drama de la falta de vivienda en el área de la Bahía

Voluntarios en la casa vacía en Oakland ocupada por madres que, luego, fueron desalojadas. (Fernando A. Torres / La Opinión de la Bahía)

Voluntarios en la casa vacía en Oakland ocupada por madres que, luego, fueron desalojadas. (Fernando A. Torres / La Opinión de la Bahía) Crédito: Impremedia

Han pasado más de 12 años desde que se inició la gran crisis habitacional y la crisis de embargos hipotecarios en las que muchos propietarios perdieron sus viviendas principales. Esto generó el surgimiento de una gran cantidad de especuladores que hasta el día de hoy compran casas a manos llenas, les hace algunos arreglos “cosméticos” y las revenden a precio exorbitantes.

Con los bancos a su favor, el accionar de estos especuladores profundiza la crisis. Los arriendos suben por las nubes y a las familias trabajadoras que no les alcanza para financiar su habitación se ven forzadas a mudarse. El desalojo social se transforma en un drama humano insostenible y los barrios cambian sus rostros de la noche a la mañana.

En Oakland, donde la crisis ha golpeado fuerte, se esta produciendo una inquietante gentrificación y de un forma lenta pero constante, como el caminar del caracol, las familias de bajos recursos afroamericanas y latinas son empujadas a los márgenes, a los suburbios y reemplazadas en su mayoría por gente blanca de mejor situación financiera. Con un 28% de población afroamericana en Oakland, el 70% de los que viven en las calles son afroamericanos.

Si no alcanza para comprar, ni hablar de arrendar. El arriendo medio de un departamento con una habitación puede ser de entren $2,500 y $3,000 mensuales. Para vivir en el Condado de Alameda se necesita ganar un sueldo $40.88 la hora, el ingreso denominado ‘salario de vivienda’ (no confundir con el salario mínimo).

Activistas estiman que el número de personas que viven en las calles y acampan en los parques ha aumentado 47%. Durante cualquiera fría noche puede haber en Oakland entre 6,000 y 8,000 personas durmiendo en las calles y 28% de ellas son menores de 18 años.

Desalojan a madres sin casa

La situación cobro ribetes dramáticos el martes pasado en la madrugada cuando un grupo fuertemente armado de policías de la oficina del Alguacil del Condado desalojó a un grupo de madres que había tomado un casa desocupada en el oeste de Oakland.

El pasado lunes la casa, propiedad de la millonaria inmobiliaria Wedgewood y ubicada en el 2928 de la Calle Magnolia, fue rodeada por cientos de personas que se oponían a la orden de desalojo del juez de la Corte Superior del Condado de Alameda, Patrick McKinney. Según los activistas, Wedgewood ha mantenido esa casa desocupada por más de dos años como una bofetada en la cara a la comunidad y como una muestra de crueldad desalmada.

El 18 de noviembre de 2019 las madres Dominique Walker, de 34 años, y Sameerah Karim, de 41, fundadoras del grupo Madres por Viviendas, tomaron la casa desocupada logrando la atención nacional e internacional y revelando la trágica situación de miles de casas desocupadas en medio de miles de personas viviendo en las calles.

“Este es el nuevo movimiento por los derechos civiles y comenzó el 18 de noviembre”, dijo Walker en una conferencia de prensa al interior de la casa. “Todos tenemos el derecho al albergue, es un derecho humano, es una necesidad básica y esa es una de las razones de por qué tenemos que tomar estas medidas. Estamos aquí. No resistiremos el arresto pero tampoco nos arrancaremos. Estamos aquí. Soy una madre y mi deber es proteger a mis hijos y proporcionarles albergue”, dijo.

Carroll Fife, directora de la oficina de Oakland para Alianza de Californianos por el Empoderamiento de la Comunidad, dijo que la inmobiliaria Wedgewood contrató especialistas en relaciones públicas para desacreditar la acción.

Wedgewood tiene alrededor de 96 filiales. “Son especuladores inmobiliarios y están en el negocio de comprar casas a precios bajísimos y repararlas cosméticamente. Y eso es parte del problema de por qué la vivienda es tan inasequible en ciudades como Oakland. Van a las comunidades que han experimentado traumas debido a las crisis, toman esas casa, les hacen un arreglo cosmético y dispersan a comunidades predominantemente negras y latinas de los barrios de la clases trabajadora”, dijo Fife.

Estas compañías compran casas a granel, alrededor de 200 por mes, las arreglan un poco para venderlas al mejor postor poniendo los precios fuera del alcance de familias de clase trabajadora, aumentando el costo de los arriendos y el precio de las casas.

Después del desalojo de las madres, Wedgewood lanzó un comunicado donde expresó su complacencia “de que la ocupación ilegal de su casa en Oakland haya terminado pacíficamente… Ahora trabajaremos con una organización sin fines de lucro, Shelter 37, para renovar el hogar brindando oportunidades a los jóvenes en riesgo de Oakland y dividiendo las ganancias con las organizaciones sin fines de lucro para que otros jóvenes puedan beneficiarse”. La inmobiliaria dijo que resolver la crisis de vivienda no se debe basar “en el robo de las casas de otras personas para resolver sus problemas”.

“Este es un movimiento, este no es el final, este es el comienzo de un nuevo movimiento por hogares para todos. Nosotros no somos criminales, el acto criminal es dejar que la gente duerma en las calles con sus niños”, dijo Walker.

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La Opinión de la Bahía Oakland San Francisco
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