Disfruta la ‘Doble California’ a bordo de auto 100% eléctrico

El Chevy Bolt EV 2020 nos llevó del mar a la montaña sin ansiedad de carga

Bolt EV 2020

Un surfista se prepara para las olas de San Clemente, CA.  Crédito: Cortesía | Cortesía

Hay pocos sitios donde uno pueda gozar los deportes del mar y la nieve en mismo solo día. Y el sur de California es uno de ellos.

La experiencia, a la que llaman Doble California, además de agotadora, es uno de los planes más divertidos para quienes disfrutan de las actividades al aire libre.

Tienes que madrugar eso sí. Y en época de invierno con mayor razón ya que la luz del día y las estaciones de nieve cierran a las 4:00 p.m.  Cuando digo madrugar es que a las 5:30 a.m. debes estar ya listo.

Nuestro viaje inicia a bordo de un BoltEV 2020 nuevecito de color Azul Oasis, un compacto eléctrico que nos lleva desde Laguna Beach hasta la playa de San Clemente.

Luego de un café y tres pruebas para encontrar el traje de surf adecuado, con la salida del sol estamos listos para la olas. El mar es frío pero no tanto como la playa, así que meterte a esa hora es casi un alivio; además, el esfuerzo de bracear y bracear hace que cualquier reparo por la temperatura, se te olvide a los pocos segundos.

San Clemente es una playa ideal para la tabla, incluso para quienes no tengan mucha experiencia: el tamaño y la velocidad de sus olas te permiten subirte a ella aunque sea por unos segundos y disfrutar del corto pero intenso placer de cabalgar sobre las olas. Una hora y media después de muchos intentos salimos de nuevo a la playa, sonrientes y cansados.

Con el tiempo justo para un rápido baño, se emprende el camino hacia Big Bear, unas 89 millas de autopista y montaña a bordo del nuevo modelo.

Este tipo de autos tiende a ganar la aprobación de un buen número de entusiastas de las actividades al aire libre, como los surfistas, que ven en su característica de cero emisiones un buen motivo para comprarlos, además de que son relativamente amplios para guardar el equipo de playa o camping sin mayor problema.

Quien haya manejado un eléctrico conoce lo que es la ansieda de carga: la preocupación de que el carro se le quede a uno sin ‘jugo’ en la mitad de la nada.

El rollo con los eléctricos es que las estaciones de carga aún no son tan numerosas como las bombas de gasolina y que la carga tarda mucho más que los cinco minutos que demoras en echarle combustible a un tanque regular, con lo cual puedes quedarte más de una hora en el estacionamiento de una universidad cualquiera, dependiendo del poder del suministro.

Llega la montaña y el carro sube sin problemas. Quienes vengan de América Latina y estén acostumbrados a carreteras estrechas llenas de curvas y subidas saben de lo que hablo. Ahí es cuando el auto demuestra si tiene o no lo la fuerzas necesaria. Sin problema y con agilidad, el vehículo emprende su marcha sin ‘colgarse’.

¿Y la carga? tras la llegada al estacionamiento de la estación de Snow Valley, al BoltEV aún le quedan unas 35 millas de rango. ¿Suficiente? Depende de a quien le preguntes: si eres de quienes se asusta por tener el tanque a medias o si por el contrario esperas a que llegue casi a ceros para llenarlo.

Con este modelo, Chevrolet aumentó en unas 20 millas el rango del anterior para dejarlo en 259, lo que en resumen nos pareció adecuado: no sobrarían unas 50 millas extra para una tranquilidad absoluta.

Llega la nieve, el viento y más frío. Pero un día soleado y sin mucha gente (porque el parque está semicerrado por el fuerte viento) es quizás el momento perfecto para una experiencia con instructores de primera con todo el tiempo del mundo para los novatos en el snowboard o el esquí.

Y tras un descanso, viene la bajada. Lo bueno es que con el sistema de regeneración (L) el auto recarga su propia batería y va a la vez va frenando sin necesidad de apretar el pedal, todo un gusto en las curvas que descienden desde Lake Arrowhead a la planicie. Eso con un agarre suficiente como para sentirse cómodo al volante.

¿La conclusión? Diversión y poca ansiedad le esperan a quien lo escoja. Tiene espacio, fuerza y acelera que da gusto con los 200 caballos de fuerza que le provee su motor eléctrico. Eso sí, la tranquilidad tiene un costo, que en este caso ronda los $37,000.

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