Nace El Nido de educación en la ciudad de Tijuana

Profesores de Los Ángeles abren la primera escuela en el refugio la Pequeña Haití al sur de la frontera.

Unos 60 estudiantes serán beneficiados.

Unos 60 estudiantes serán beneficiados.  Crédito: Manuel Ocaño | Impremedia

Desde esta semana acuden a la escuela El Nido del refugio de la Pequeña Haití en Tijuana unos sesenta pequeños menores de siete años de edad, migrantes de Haití, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Venezuela y México.

“La mayoría de ellos, por su edad, y porque tuvieron que desplazarse con sus padres, nunca habían estado en una aula de clases, así que están encantados”, dijo a La Opinión el pastor Gustavo Banda, fundador de la Pequeña Haití.

Algunos de los estudiantes tienen doble nacionalidad, como los haitijuanenses, que nacieron en el refugio, y quienes nacieron en Venezuela de padres haitianos.

La Pequeña Haití, inaugurada hace un año, el 28 de febrero del 2019, se coinvierte así en el primer refugio para migrantes en Tijuana que tiene una escuela dentro de sus instalaciones.

La escuela se llama El Nido del Cañón, porque se ubica en el cañón del Alacrán en Tijuana.

La escuela se llama El Nido del Cañón, porque se ubica en el cañón del Alacrán en Tijuana, una zona de residentes de bajos recursos en la periferia al oeste de la ciudad.

La maestra Vanessa Esquivel, profesora bilingüe contratadas de tiempo completo para la escuela, platicó emocionada sobre “lo rápido que aprenden los niños migrantes cuando cuentan con un espacio que les ofrece seguridad y educación”.

La escuela es un espacio en el que los menores exploran, averiguan, investigan entre muebles apropiados para su tamaño y con todo a su alcance, desde libros y legos hasta juegos de madera con las que interactúan.

El proyecto es del Instituto Pedagógico de Los Ángeles (PILA) que reúne donativos para abrir nidos o escuelas similares en diversos países.

Gustavo Banda, fundador de la Pequeña Haití.

En México, el PILA solo ha abierto nidos en Tijuana con apoyo de educadores de todo el mundo que donan recursos y también su tiempo para enseñar a los niños migrantes.

“Tenemos educadores voluntarios de muchos países, que apoyan por lo menos dos semanas cada uno”, explicó a La Opinión la directora ejecutiva del PILA, Lindsay Weissert.

Comentó que “la manera en que opera El Nido es que contratamos a una profesora de tiempo completo, e instruimos a voluntarios locales, pero adicionalmente tenemos los educadores voluntarios”.

En la Pequeña Haití, los voluntarios locales serán madres y padres de los mismos pequeños.

El PILA ahora comenzará a recibir solicitudes de voluntarios de otros países y de tijuanenses que deseen apoyar a los menores.

Vanessa Esquivel es la profesora bilingüe de tiempo completo.

Pero el pastor Banda, quien sigue al frente de la Pequeña Haití, explicó que el refugio será además el primero en el que se construya una escuela para niños mayores de seis años con reconocimiento del gobierno de México.

“En El Nido vamos a tener unos 60 pequeñito menores de siete años, pero se nos iban a quedar sin escuela otros 60, más o menos, que no tienen escuela, y usted sabe lo difícil que es que los niños migrantes cursen años escolares, porque son población en movimiento”, dijo el pastor.

Sin embargo, la Pequeña Haití alcanzó un acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México “para que los estudios que realicen los niños tengan reconocimiento oficial, independientemente de la nacionalidad”, explicó Banda.

En la escuela inaugurada para los niños más pequeños, ya hay un letrero que indica que ahí se abrirá el “futuro nido, para los niños en edad escolar”, es decir en edad de educación elemental y media.

El PILA apenas va a reunir recursos para ese sector de la escuela. Mientras tanto, un diseñador hará al frente de El Nido para niños pequeños, un jardín con seguridad para que los pequeños también aprendan en exteriores.

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