Los gritos a un perro pueden causarle este efecto

Un estudio revela que el castigo y refuerzo negativo pueden dañar la salud mental de un can

El estudio que muestra por qué no debes gritar a tu mascota.

El estudio que muestra por qué no debes gritar a tu mascota. Crédito: Matt Barra | Pexels

Un canino necesita ser educado por su amo, pero cuando se está en ese proceso es posible que se le grite para que obedezca órdenes. Sin embargo, un estudio revela que hacer eso podría dañar la salud mental del mejor amigo del hombre, pues el entrenamiento de recompensa es más beneficioso que el de castigo.

“Los perros entrenados con métodos basados en la aversión experimentaron un peor bienestar en comparación con los perros de compañía entrenados usando métodos basados en recompensas, tanto a corto como a largo plazo“, dice la investigación publicada por bioRxiv yfirmada por expertas de la Universidad portuguesa de Oporto.

La conclusión del estudio es que estos perros mostraron más comportamientos y posturas corporales relacionados con el estrés durante su entrenamiento, así como mayores niveles de cortisol y se mostraban más “pesimistas” ante la opción de realizar tareas con sesgo cognitivo, de acuerdo con 20 minutos.

La investigación se llevó a cabo en Oporto con 42 perros que asistían a escuelas que usaban un entrenamiento basado en recompensas como golosinas o comida y con 50 canes que iban a institutos en las que el entrenamiento se basaba en técnicas de aversión, como gritos o tirones de correa.

Foto: Danielle Truckenmiller/Pexels. La investigación publicada por bioRxiv revela que el castigo y refuerzo negativo pueden tener efectos negativos a largo plazo.

Los caninos fueron grabados, se tomaron muestras de su saliva y se analizaron sus gestos para ver si tenían comportamientos relacionados con el estrés, como bostezar, lamerse los labios, levantar las patas o aullar.

Los canes que acudían a las instituciones de método aversivo mostraron comportamientos elevados de estrés y su saliva presentaba niveles significativamente altos de cortisol. A largo plazo, los perros “castigados” reaccionaban más despacio que los otros a estímulos con premio, se mostraban más “pesimistas”.

La conclusión de la investigación es que el entrenamiento de recompensa es mucho mejor para el perro que el de castigo, pues éste último puede tener efectos negativos a largo plazo en el animal de compañía.

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