¿Qué relación tiene el linfedema con el cáncer?
Aunque son dos afecciones distintas, una puede desencadenar la otra
El linfedema es la acumulación de líquido linfático en los tejidos adiposos del cuerpo (grasa que se encuentra bajo la piel), la cual produce hinchazón, principalmente en brazos y piernas.
El sistema linfático consta de vasos linfáticos que transportan líquidos contenedores de proteínas, sales y agua, y que recogen sangre de distintas partes del cuerpo para regresarla al corazón, y redistribuirla al torrente sanguíneo.
Estos vasos linfáticos también cuentan con ganglios linfáticos que están compuestos por tejidos encargados de filtrar sustancias nocivas, para así ayudar a combatir las infecciones.
¿Por qué el linfedema está relacionado con el cáncer?
De acuerdo a cancer.org, durante una cirugía para eliminar el cáncer, si el cirujano extirpa ganglios linfáticos cercanos por sospechas de que estén dañados a causa del tumor, los vasos linfáticos de esta zona también serán eliminados.
Esto significa que el proceso natural del sistema linfático se verá afectado, y el resto de los vasos linfáticos intentarán cubrir el trabajo de los ganglios ya eliminados, para evitar la acumulación de líquido en esa zona.
Si no lo logran, el líquido se acumulará y se formará el linfedema. Provocando hinchazón como su primer síntoma, seguido de enrojecimiento y dureza de la piel, junto a dolor o entumecimiento.
El tratamiento con radioterapia también puede provocar linfedema, al producir tejido cicatricial en los ganglios o en los vasos. Incluso el mismo tumor canceroso puede causar obstrucción en partes del sistema linfático.
Existen técnicas que reducen el riesgo de sufrir linfedema a causa del cáncer. Puede ser a través de la biopsia de ganglio linfático centinela, en la que se detecta si los ganglios cercanos al tumor están dañados para, en caso contrario, no extirparlos.
O el mapeo axilar invertido en el que se inyecta una tintura azul en la parte superior del brazo, para reconocer cuáles son los ganglios encargados de drenarlo, y así el cirujano intentará no tocarlos, ni alterarlos.
Antes y después de una cirugía contra el cáncer, es buena idea estudiar las dimensiones del cuerpo para así notar los cambios que pueda generar el linfedema a través de la hinchazón.
Incluso, existen médicos y equipos cirujanos que examinan la zona afectada antes de la cirugía, para luego hacer seguimiento post-operatorio.
Consulta esta posibilidad con tu médico, o pide que te remita a un fisioterapeuta. Si está especializado en linfedema, es lo ideal. Lo mejor es detectarlo a tiempo, porque si es crónico, no tiene cura.