“¿No nos quieren? Pues… ¡nos desaparecemos de su economía!”: la huelga de las mexicanas en contra el feminicidio
Académicas se unen a #UnDíaSinNosotras
MÉXICO – Este lunes, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional no aprenderán sobre relaciones comerciales ni negocios internacionales. Una de sus profesoras, Gloria Silva, será de las mujeres —potencialmente 30 millones— que “desaparecerán” el 9 de marzo en protesta por la violencia machista que se cobra 10 vidas cada día y para que se observe el impacto económico cuando ocurre un feminicidio.
Porque una cosa son las cifras y otra será no verlas en sus los lugares de trabajo ni en las calles o desconectadas del celular y evitar todo tipo de consumo. De acuerdo con un estudio realizado por el Observatorio Internacional de Salarios Dignos de la Universidad La Salle, en un solo día las mujeres mexicanas realizan actividades por un valor de $3,200 millones de dólares.
Una empresa que se las verá negras (como muchas otras ese lunes) será la popular cadena de información MVS donde se dejarán de publicar cientos de noticias en estaciones de radio, en televisión, en sus portales, entre ellas, aquellas que publica Arizbeth Castillo, redactora de información de dos noticiarios que hacen eco en redes sociales.
En internet, los espacios donde debí haber una información “aparecerán en blanco para que se sepa el trabajo que hace falta porque lo realizan mujeres que ese día no estarán”, comenta Castillo, quien este lunes irá de paro.
En el Palacio de Minería tendrán su propia crisis: no se promoverá ninguna de las actividades dedicadas a la cultura, se pararan las redes, las actividades de diseño, no se contestarán llamadas ni habrá visitas guiadas, ni se recibirán artistas o talleristas que busquen espacio para exponer porque Karla Hernández, quien coordina esa logística junto con otras mujeres brillará… ¡por su ausencia!
El impacto del paro laboral de Gloria, Arizbeth y Karla es una pequeña muestra de lo que significan en la economía. Sumando una a una, las mujeres representan el 45.5% de la fuerza laboral, son responsables del 37% del Producto Interno Bruto (la riqueza nacional), de tres de cada cinco pequeñas empresas.
Economistas, ingenieras, médicas, limpiadoras, obreras, asistentes, políticas, ejecutivas, directivas, administradoras también hacen a este país y, sin embargo, tienen que lidiar con la misoginia y el menosprecio que tienen su máxima expresión en el feminicidio que en los últimos años alcanzaron un ritmo de 10 casos al día, jóvenes, maduras niñas, ancianas violencia extrema, torturas…
¿Nos odian? ¿Nos matan?, cuestionan las organizadoras del movimiento que por primera vez reta a las autoridades con una acción más allá de marchas y protestas. “¿No nos quieren?… Pues vamos a desaparecer”
LA CONVOCATORIA
El primer paro de mujeres en el mundo ocurrió el 24 de octubre de 1975, en Islandia, cuando el 90% de ellas exigieron igualdad de género y lograron paralizar al país. Eso provocó que los hombres de ese país abrieran los ojos ante la desigualdad. Otros países siguieron su ejemplo, pero en el caso de México, las inconformidades no habían alcanzado hasta la presión económica.
La estrategia en el contexto del Día Internacional de la Mujer tomó fuerza después de que un grupo de feministas reclamó al presidente Andrés Manuel López Obrador, a mediados de febrero pasado, la inacción para el combate a los feminicidios y éste pidió que no hablaran del tema porque en ese momento buscaba dar detalles de la rifa del avión presidencial; después, se negó a recibirlas.
La convocatoria fue idea del colectivo Brujas del Mar, con sede en Veracruz, echando un poco de cuentas a la estadística para medir su poder.
De los casi 125 millones de habitantes; 51.1% son mujeres y 48.9% son hombres. También en el padrón electoral son mayoría: de los 90.6 millones ciudadanos registrados, las mujeres suman 46.9%. Además, son las que más votan; en 2018 se calcula que del 63.1% del electorado fue a las urnas.
Tras la rápida viralización de la idea, la convocatoria fue apoyada por grandes empresas, dependencias gubernamentales, colegios, universidades y organizaciones indígenas (como el Ejército Zapatista de Liberacón Nacional) para que las mujeres participen en el paro sin descontarles el salario del día.
López Obrador culpó “a los conservadores” (oposición) y atizó así el enojo de muchas mujeres: “No entendemos por qué no pueden creer que las mujeres podemos orgnizarnos, que siempre detrás tiene que haber un hombre moviendo los hilos”, dijo Arussi Unda, una mercadóloga que es la portavoz de Brujas del Mar.
El problema con el machismo en México, advierten las feministas, es que la violencia está generalizada y normalizada hasta la raíz.
La catedrática Silva cita dos ejemplos de su vida cotidiana en la universidad. “Faltaban unos minutos para que acabara mi clase y un profesor abrió la puerta y me gritó que saliera porque iba a empezar la de él. Yo no hice mucho caso, trato de ser empática, pero estoy segura que si en mi lugar hubiera habido un profesor hombre el otro no le hubiera gritado”.
En el otro caso, una de sus alumnas tuvo que dejar el modo presencial de la licenciatura porque su ex pareja la acosaba y la golpeaba. “Ahora tiene que hacer la carrera on line para evitar agresiones, ¿es justo?”.
Karla Hernández, está costando mucho trabajo aceptar el papel de las mujeres peleando por sus derechos. En el Palacio de Minería los jefes calcularon que muchas mujeres no dejarían de ir el lunes. “Nos estaban picando la cresta”. Cuando al fin lo aceptaron, la estrategia fue la siguiente: obligar a los hombres a que hagan el trabajo que no realizarán las mujeres.
“Eso está generando violencia”, advierte.
Por otro lado, ya comienzan a verse algunos cambios de actitud. Silva comenta que algunos de sus alumnos que hasta hace unos meses no consideraban tan grave el problema ahora son más críticos sobre las desventajas de las mujeres y en reconocer que, a pesar de ello, han logrado espacios de poder.
MUJERES FUERTES, PERO…
Ya entrada la segunda década del siglo XXI, es posible medir cada vez más el empoderamiento de la mujer mexicana. La revista Forbes publica anualmente una lista de las 100 mujeres más poderosas que incluye un variopinto de profesiones en donde se han abierto camino.
Figuran Elisa Carrillo, la primera bailarina de la ópera de Berlín; la directora de Visa México, Luz Adrina Ramírez o de la compañía Tesla, Francoise Lavertú; Irena Espinosa, subgobernadora del Banco de México y Bertha González, fundadora del afamado tequila Casa Dragones .
Cada vez hay mujeres en México encabezando negocios. Principalmente son propietarias de pequeñas y medianas empresas en los países en desarrollo. A la par, la paridad de género en materia política obligada por ley ha dado como fruto el equilibrio en el poder legislativo con casi el 50%.
Sin embargo estos avances aún están a medio camino. En el caso de las empresas, aún el 70% no tiene acceso a instituciones financieras o no recibe servicios financieros adecuados para satisfacer sus proyectos según el Banco Mundial.
En la política falta que la equidad de género se consolide en los estados; aún se ve lejos una mujer en la Presidencia de la República y sólo ha tenido nueve gobernadoras en toda su historia, las dos últimas, Martha Erika Alonso, falleció menos de un mes después de tomar el cargo y la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Pero su presencia y poder sigue creciendo y un día sin ellas pesará aunque la preocupación estará en lo que pasará después del paro.
“Quisiera saber si realmente ofrecen condiciones dignas a las mujeres, si garantizan espacios libres de violencia, si cuentan con protocolos de atención al acoso y hostigamiento sexual i todo seguirá igual”, dijo Friné Salguero, directora del Instituto Simone de Beauvoir.
CIFRAS
- 51.1% de la población en México son
- 46.9% del padrón son mujeres
- Participan 5% más en las votaciones que los hombres.
- Representan 45.5% de la fuerza laboral
- Aportan 37% del Producto Interno Bruto