Cómo afecta a un bebé que lo dejen llorar hasta que se canse

Entre los problemas que podrían desencadenarse serían problemas de sueño, ansiedad, dependencia y síntomas depresivos

Cuando un bebé llora y no encuentra respuesta de sus cuidadores, aumenta su nivel de estrés y esto podría dañar su sistema nervioso central.

Cuando un bebé llora y no encuentra respuesta de sus cuidadores, aumenta su nivel de estrés y esto podría dañar su sistema nervioso central. Crédito: Pixabay

Por muchas generaciones, los padres han dejado llorar a sus bebés cuando en apariencia no necesitan nada. Es la técnica de la espera progresiva, desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de Harvard, y ha sido la que utiliza casi todo el mundo porque no se analizan las consecuencias. Pero debes saberlo, dejarlo llorar sí tiene repercusiones negativas.

Lo que sucede con el bebé cuando sigue llorando casi nadie lo sabe, pero cuando lo hace y sus padres no lo consuelan de inmediato aumenta su nivel de estrés y esto podría dañar su sistema nervioso central, así como su crecimiento y su capacidad de aprendizaje.

En entrevista para el periódico alemán Süddenutsche Zeitung, Karl Heinrich Brisch, jefe del servicio de medicina psicosomática del hospital infantil de la Universidad de Múnich, explicó que los bebés a los que dejan llorar “aprenden muy pronto a activar un programa de urgencia en su cerebro, muy similar al acto reflejo de la tanatosis observado en algunos animales que ven su vida amenazada, y que consiste en simular la muerte”. Esto afecta a su desarrollo cerebral, y así los niños no aprenden a adaptarse al estrés.

Expertos coinciden que los niños necesitan calor físico para satisfacer sus necesidades psíquicas elementales y reducir su estrés. Sólo de esta forma pueden construir vínculos seguros y confiados con sus padres, y después con las demás personas de su entorno”.

El daño que se causa puede ser irreparable, pues esta falta de reacción por parte de sus progenitores puede significarle algo como: “Puedes llorar todo el tiempo que quieras; nadie va a venir a ayudarte”, y terminar como un trauma afectivo que le lleve a problemas de sueño, ansiedad, dependencia y síntomas depresivos.

El método de la espera progresiva no tiene ningún valor pedagógico, pues los bebés tienen una percepción del tiempo totalmente diferente a la nuestra. No saben si llevan cinco o diez minutos llorando y son incapaces de extraer conclusiones. Cuanto más lo ignoren sus padres, más llorará el bebé.

Científicos de la universidad estadounidense de Notre-Dame han descubierto que las personas a las que les habían mimado y cogido en brazos a menudo en los primeros meses de vida y a las que no habían dejado solas mucho tiempo tenían más facilidades para salir adelante en la vida. Entre los 600 adultos analizados, estas personas tenían mejor salud, menos depresiones y estaban dotadas de una mayor capacidad de empatía. Asimismo, eran bastante más productivas que las que habían sufrido falta de atención.

El mejor consejo para los padres es que escuchen a su instinto. Reaccionar al llanto de su hijo es, al fin y al cabo, un acto reflejo perfectamente natural. Por tanto, es lógico que esta reacción sea la adecuada.

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