Mantengamos la vista puesta en la victoria

Con granadas y gases lacrimógenos Donald Trump anunció explosivamente que él es el “Presidente de la Ley y el Orden”. Sin embargo, poco o nada durante casi 41 meses de su administración ha sido legal u ordenado.

Más de 1,000 estadounidenses mueren cada año a causa de la policía, pero el asesinato de George Floyd a manos de cuatro oficiales de Minneapolis tocó el nervio nacional. “No puedo respirar” fueron las últimas palabras de Floyd captadas en video viral que se convirtió en un grito de guerra.

Las protestas en todo el país reflejan el enojo legítimo y dolor por la muerte de Floyd, pero ¡ojo! el saqueo no es una respuesta razonable, sino que distrae y provoca, en lugar de educar y unir. Cada negocio incendiado son empleos perdidos.

La lucha de los afroamericanos por erradicar el racismo y la represión inspira a generaciones de activistas en el mundo. Los angelinos hemos protestado contra el abuso policial durante décadas, desde los agentes del sheriff que mataron al periodista Rubén Salazar en 1970, hasta los oficiales de LAPD que asesinaron a Eulia Love en 1979, y más recientemente, condenamos los ataques de ICE contra inmigrantes y refugiados.

Al igual que mis colegas del Concilio y muchos de ustedes, alcancé la mayoría de edad durante la lucha por la justicia social en las décadas de 1960 y 1970. La historia nos ha enseñado a mantener nuestra vista en la victoria.

Estamos en una crisis sin precedentes. Todo cambió cuando la pandemia del COVID-19 estalló en marzo, tomando la vida de cientos en el Distrito 1 y miles mas combaten este mal. Mientras tanto, el desempleo va desde MacArthur Park hasta Highland Park.

Aprendí en el movimiento laboral que constituir una solidaridad es una tarea difícil. Mientras es fácil que los amigos se junten por una causa común, toma años unir a personas de diferentes orígenes.

Los Angeles es una de las ciudades más diversas del mundo, pero el asesinato de George Floyd ha unido a mayores y jóvenes, hombres y mujeres, comunidades LGBTQ, y a miembros de todas las religiones y comunidades. Nuestro jefe de policía y el sindicato de policías, han condenado abiertamente las acciones de los cuatro oficiales de Minneapolis.

Este es un movimiento nacional, pero no habrá una victoria decisiva contra el abuso policiaco o el coronavirus, y mucho menos para la justicia social y económica, si dejamos que Trump gane las elecciones este otoño.

Trump confía que una imagen de hombre fuerte oculte sus políticas desastrosas. Con la agitación de un conflicto racial, quiere distraernos del costo devastador de sus políticas fallidas sobre nuestro país. No podemos permitirlo este 3 de noviembre. ¡Tenemos que ganar!