Mujeres encuentran comprensión y solidaridad al salir de prisión, pero necesitan más apoyo

El programa Una Nueva Forma de Vida ayuda a las personas a reencontrarse con la sociedad.

Alternativas a la encarcelación.

Alternativas a la encarcelación. Crédito: ACLU | Cortesía

Elvia, una inmigrante mexicana en Los Ángeles, estaba embarazada y no se sentía físicamente bien un día que cayó al piso y el golpe fue tan severo que perdió a su bebé; pero los siguientes golpes fueron todavía más devastadores, la acusaron de provocar deliberadamente la muerte de su hijo, la juzgaron y la enviaron a prisión 15 años.

Siguieron otros golpes: su esposo la abandonó sin apoyarla, así que se fue a México; mientras que la mujer de 27 años tuvo que soportar la angustia de que sus otros cuatro hijos quedaran al cuidado de familiares distantes, tanto geográficamente como por el contacto esporádico.

Cuando sus problemas por la caída comenzaron, Elvia no hablaba inglés, y parece que esa parte influyó hace década y media para que la hallaran culpable.

Hace poco salió de la prisión y se encontró con un escenario totalmente distinto al que imaginaba que encontraría.

Eunisses Hernández, de la mesa directiva de LA Defensa.

Ahora de 43 años de edad, Elvia vive en Montebello, en un antiguo convento que fue entregado a la activista Susan Burton para dirigir  un programa que se llama Una Nueva Forma de Vida.

En ese sitio por primera vez, Elvia encontró la comprensión que le ha faltado tanto tiempo. Incluso, tiene una recámara amplia, acogedora, limpia y ordenada; además, en ese lugar le dan prioridad al cuidado que necesita y puede platicar con otras mujeres que también estuvieron en prisión.

Ahora lo más importante para Elvia es reunirse nuevamente con sus hijos y recuperar en su acogedora habitación la confianza que necesita para hacerle frente a la vida.

Burton comentó que “el viejo convento tiene nueve recámaras y actualmente las habitan siete mujeres que salieron de prisión”.

El programa ayuda a las mujeres a mantenerse ocupadas. Burton dice que la extensión del exconvento tiene 12 acres, así que ya comenzaron a sembrar algunas hortalizas.

“Hay tanta sanación que se necesita, y quiero proporcionarla. Me siento muy feliz por hacerlo”, agregó  la activista.

Burton, una mujer negra de mediana edad que escribió en un libro testimonial historia similar a las de las mujeres que ahora ayuda, narró que una amistad de Elvia le regaló un teléfono celular para que pudiera llamar a sus hijos.

Pero un día hace semanas a Elvia se le cayó accidentalmente el celular al agua. Lloraba inconsolable cuando Burton la encontró momentos después “porque esperaba que la fueran a castigar” como la sancionaban en la cárcel.

Susan Burton es directora de Una Nueva Forma de Vida. (Cortesía)

“Le tuve que explicar que ya no va a ser castigada, que los incidentes accidentales no se castigan. Fuimos a comprarle otro celular” y le tomó tiempo entender que no merecía castigo.

Hace unos días, Hilda Solís, supervisora de Los Ángeles, convocó a una plática virtual con el tema de El Efecto de la Encarcelación en las Mujeres.

En la charla, la supervisora tuvo oportunidad de escuchar algunos de los testimonios y retos que enfrentan las mujeres después del encarcelamiento.

Solís ya había visitado anteriormente el lugar donde se encontraba Elvia,  charló con ella y con otras mujeres en el programa, pero durante la charla virtual la representante del primer distrito dijo sentirse impresionada por el bienestar que Elvia ha encontrado en el exconvento.

“Se ve tan menudita, parece que tuviera 17 años, no 43”, comentó Solís durante la charla sobre el impacto de la encarcelación de las mujeres en Los Ángeles.

En la plática también participó Eunisses Hernández, de la mesa directiva de LA Defensa, con sede en Lynwood, una organización que ayuda a las mujeres y a las mujeres transgénero en Los Ángeles.

Eunisses, una joven activista, explicó que la comunidad que es encarcelada desproporcionadamente en Los Ángeles es la misma que ha sido más impactada en el empleo por la pandemia y, al mismo tiempo, la misma que generalmente ha carecido de vivienda en el área de Los Ángeles.

La activista dijo que la pandemia vino a exacerbar las condiciones difíciles de esa comunidad que es desproporcionadamente encarcelada.

Hace unos días, Hilda Solís, la supervisora de Los Ángeles, convocó a una plática virtual con el tema de El Efecto de la Encarcelación en las Mujeres.

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