COVID-19: Trabajadores agrícolas en riesgo al no poder pagar los tratamientos

La falta de seguro de salud y los bajos sueldos los exponen a perder sus vidas

Las latinas junto a las afroamericanas sufren la brecha salarial más grande en California.  (Archivo/La Opinión)

Las latinas junto a las afroamericanas sufren la brecha salarial más grande en California. (Archivo/La Opinión) Crédito: Archivo | Aurelia Ventura/La Opinion

Los trabajadores agrícolas que son quien más han hecho para mantener la economía en marcha y alimentarnos durante la pandemia de COVID-19, están pagando literalmente con la vida de sus familias, ya que rara vez tienen un seguro de salud; y al contraer el virus, tienen que poner de su bolsa para los tratamientos, lo que resulta casi imposible con sus bajos salarios

Durante la videoconferencia: La crisis de acceso a la salud durante COVID”, organizada por Ethnic Media Services, el doctor David E. Hayes-Bautista, director del Center for the Study of Latino Health and Culture de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dijo que lo que “nuestro presidente recibió de forma gratuita como tratamientos, médicos, hospital y avión cuando enfermó de COVID, está fuera del alcance de las familias de trabajadores agrícolas que nos alimentan cada día”.

En todos los reportes que el Centro para el Estudio de la Salud y Cultura de los Latinos de UCLA ha hecho sobre el impacto de COVID-19 en la población latina, han visto la misma imagen desenvolviéndose lentamente semana tras semana.

Los trabajadores agrícolas han sido especialmente golpeados por el coronavirus porque no pueden cultivar fresas en su jardín. Tienen que salir y transportarse a los campos en vehículos atiborrados, trabajan hombro con hombro en las empacadoras y duermen en condiciones de hacinamiento en sus casas y barracas”.

Las condiciones de trabajo hombro con hombre los expone al coronavirus. (Getty Images)

Lo grave, explicó, es que rara vez les ofrecen seguro de salud en sus empleos. “Los latinos, incluso después de Obamacare, tienen el doble de probabilidades de no tener seguro médico y, por supuesto, a medida que llegamos a lugares con trabajadores agrícolas que en su mayoría son latinos, casi 100% inmigrantes, y probablemente entre 60 y  80% de ellos indocumentados, vemos que están excluidos de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio”.

El doctor Hayes-Bautista recordó que cuando la pandemia estalló, el condado envió cartas que decían a los trabajadores esenciales que podían salir a trabajar; y le dijo a la comunidad de habla hispana que si tenían síntomas, fiebre, o les picaba la garganta, “hablen con su médico pronto”. 

Pero cuestionó: ¿cómo los trabajadores agrícolas van hablar con un médico si no tienen seguro de salud?; y ademas hay escasez de médicos latinos. 

Ni siquiera conozco a ningún médico y mucho menos a uno que hable español. Tengo bajos ingresos, ¿cómo voy a pagar?”, dijo que se preguntan los trabajadores agrícolas.

 Y si recuerdan, mencionó, los primeros dos meses de la pandemia, se debía tener la recomendación de un médico para hacerse la prueba de COVID. 

A esto hay que agregarle que con el rompecabezas con que se maneja el sector salud, una persona sin seguro tenía que pagar hasta $2,000 por un examen de coronavirus para una familia de seis o siete personas.

Es difícil mantener la distancia social para los trabajadores agrícolas. (Getty Images)

El experto en el estudio de la salud de los latinos citó a los otros trabajadores esenciales, los de las empacadores de carne, camioneros, jardineros y los de la industria alimentaria. “Un cajero podría ver a cerca de 300 personas durante su turno; y los primeros meses ni siquiera se les ofreció equipo de protección personal. “Entonces estas personas que trabajan para asegurarse de que el resto de nosotros podamos comer, están mucho más expuestas al coronavirus”.

Y debido a que las minorías trabajan en estas ocupaciones de mayor exposición al virus; y tienen menos acceso a las pruebas y tratamientos, dijo que no es una sorpresa que los latinos tengan una de las tasas más altas de contagio y mortalidad en el estado de California.

En el caso del presidente Trump que enfermó de COVID-19, solo por su tratamiento, sin incluir el costo de los doctores, el hospital y la transportación por aire para que lo atendieran, se gastaron $3,120.

De acuerdo a un estudio de la Universidad de California en Davis, el ingreso familiar promedio por mes de un trabajador agrícola es de $1,500, por lo que ese tratamiento que el presidente Trump recibió a expensas de los contribuyentes habrían significado dos meses de su ingreso, porque generalmente son indocumentados y no tienen seguro de salud”.

Así que para pagar el costo de los tratamientos que tuvo el presidente, los campesinos tendrían que quedarse sin comida, vivienda y transportación por dos meses. “Por supuesto, la mayoría de la gente morirá de hambre en alrededor de 40 días sin comer”.

Pocas granjas han implementado sistremas de protección para sus trabajadores durante la pandemia. (Getty Images)

Las familias latinas tienden a tener un ingreso mensual de $5,441 a nivel nacional. El costo de desembolso personal de un tratamiento de remdesivir – médicamente antiviral usado para el tratamiento del coronavirus- es un poco más de la mitad (57%) de esa cantidad”.

Resumió diciendo que el coronavirus no discrimina, no tiene ninguna afinidad especial por ninguna población, pero golpea con dureza a aquellos que caen entre las grietas de los trabajos esenciales, no tienen seguro de salud y sus ingresos son bajos. “Mueren de inmediato. Y esto es con lo que tenemos que lidiar”.

El médico recomendó como alternativa para la atención de los inmigrantes, las clínicas comunitarias, porque aún cuando están muy abrumadas debido a que sus financiamientos son precarios, aceptan a cualquiera independientemente del estatus migratorio. 

También aconsejó a los latinos, usar mascarillas, mantener el distanciamiento social y una higiene personal meticulosa.

Varios estados registraron nuevos máximos esta semana.
Los trabajadores de la salud comunitaria están mal pagados. (EFE)

Escasez de trabajadores 

Durante la videoconferencia: La crisis de acceso a la salud durante COVID”, Denise Octavia Smith, directora de la Asociación Nacional de Trabajadores de Salud Comunitaria, precisó que son una fuerza de trabajo en peligro, desproporcionadamente femenina e integrada por mujeres de las minorías.

Estamos entre los trabajadores de primera línea de salud pública peor pagados. Trabajamos en comunidades de bajos recursos, y en una variedad de sectores, pero a principios de la pandemia, muchos fueron despedidos o sus horarios de trabajo recortados”.

Dijo que mantiene la esperanza de que algunas de las decenas de millones de dólares que vienen a través del gobierno federal, se inviertan en organizaciones dirigidas y centradas en trabajadores de salud comunitarios para que podamos salir de esta pandemia con mayor capacidad.

Hizo ver que si bien ahora no tenemos una vacuna contra COVID-19, es tiempo para que se comiencen a construir puentes, de modo que todos los que crean en la eficacia de la vacuna estén disponibles para recibirla si lo necesitan. 

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