Llamado a terminar con quema rutinaria de gas a nivel nacional

Exigen que la EPA ponga fin a sus prácticas negativas al medio ambiente

Pozos petroleros

Pozos petroleros Crédito: Getty Images

Vivimos en zonas de procesamiento de petróleo y gas de EE. UU. en Texas, y estamos rodeados de instalaciones emitiendo al aire contaminantes como el metano.

La contaminación por metano liberado desde las instalaciones de petróleo y gas acelera el calentamiento global y la formación de ozono a nivel del suelo. Este tipo de contaminación permanece en nuestros patios traseros y se le ha vinculado al cáncer y a condiciones respiratorias graves, como el asma. Por si fuera poco, no existen monitores de calidad del aire en las zonas rurales donde vivimos.

Con protecciones contra el metano debilitadas, recién concretadas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) bajo la Administración Trump, las empresas tienen menos incentivos para encontrar y arreglar las fugas de metano.

Neta, que vive en Toyahvale es miembra registrada de la Nación Cherokee. Hace 27 años, Neta fue diagnosticada con cáncer de pulmón terminal, su hijo tenía 11 años. Después de concluir su tratamiento, ella y su marido decidieron establecerse en Toyahvale de manera permanente, creyendo que esta comunidad a 194 millas de El Paso estaba a salvo de la contaminación del aire.

Ese no fue el caso.

Las emisiones de los pozos de petróleo y gas cercanos le dificultan la respiración a Neta e incluso hasta le dificultan dar unos pasos afuera de su casa.

La Cuenca Pérmica y el Esquisto de Eagle Ford albergan poblaciones latinas e indígenas por encima de la media nacional, y tienen las tasas más altas de venteo y quema de gases en pozos de petróleo y gas del estado.

El crecimiento de la industria de los combustibles fósiles está destruyendo un oasis en el desierto y robando a Neta y su comunidad su derecho a respirar aire limpio.

Virginia vive en el rancho de su familia más de 400 millas de la casa de Neta. Virginia se ha preguntado a menudo si será posible embarazarse y criar una familia en una región donde abunda la producción de petróleo y gas.

Un estudio analizado por pares llevado a cabo en el Esquisto de Eagle Ford encontró que las probabilidades de partos prematuros eran un 50 por ciento más altas para las mujeres que fueron expuestas a 10 o más llamaradas durante el curso de su embarazo, con el impacto de las llamaradas cayendo completamente sobre las madres latinas.

La EPA ya ha ignorado a nuestras comunidades al eliminar protecciones contra el metano cuando debería estar fortaleciéndolas.

Como personas que vivimos expuestas cotidianamente a la contaminación causada por la falta de regulación y vigilancia, exigimos que la EPA ponga fin a la quema rutinaria. Futuras generaciones dependen de ello.

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