Protestan por la falta de recursos para desarrollar su empleo y exceso de trabajo

Las manifestaciones de las enfermeras se llevaron a cabo en Los Ángeles y en el Valle del Antelope.

Los enfermeros dijeron que les llaman 'héroes', pero no los tratan como tal.

Los enfermeros dijeron que les llaman 'héroes', pero no los tratan como tal.  Crédito: Sindicato de Enfermeros | Cortesía

Docenas de enfermeras de los hospitales del Valle del Antelope y de la Universidad del Sur de California (USC) protestaron en una caravana de vehículos y en conferencia por un aumento a la carga de trabajo y porque les impiden quedarse en casa si se contagian con el coronavirus.

“La noche del Día de Acción de Gracias, la administración del Hospital del Valle del Antelope  decidió aumentar la carga de trabajo de cuatro a cinco pacientes por cada enfermera”, dijo a La Opinión la enfermera registrada María Altamirano, quien participó en una protesta y conferencia de prensa este miércoles.

La decisión del hospital viola un reglamento del Departamento de Salud de California, que establece “radio” para las enfermeras, es decir el número de pacientes que deben atender para proporcionar cuidado de calidad.

“Sabemos que por cada paciente que se aumenta a esa cuota o radio, las posibilidades de muerte de los pacientes aumentan en 7 por ciento, por eso es que las enfermeras de California pelearon tan duro en la década de los años noventa, para establecer la mejor pauta de atención al público”, dijo Altamirano.

El hospital primero decretó el aumento de trabajo a las enfermeras y después envió al estado de California una solicitud de permiso para dejar de cumplir temporalmente con la cuota a las enfermeras.

California es el único estado en el país que requiere de “radio” o cuota de pacientes pro cada enfermera.

Por su parte, una dirigente de la Asociación de Enfermeras de California (CNA), Courtney Hayes, dijo en conferencia que “desde hace nueve meses las enfermeras han preguntado al hospital cuáles son los planes para enfrentar la contingencia de la pandemia, y el hospital ha respondido que no tiene planes”.

La líder expresó que el hospital comenzaría a recibir un aumento de pacientes accidentados o con padecimientos diversos al llegar la temporada de clima frío, pero decidió no tomar ninguna decisión.

Altamirano dijo que el hospital atiende, por ejemplo, cirugías que podrían posponerse, que no son urgentes, y emplear enfermeras de esa sección para reforzar a las de urgencias, en lugar de aumentar la carga de trabajo solo a las que atienden emergencias.

Todo esto es aparte de la atención del hospital a los pacientes víctimas del COVID 19. El hospital es el único en la región que atiende a víctimas de todo tipo de accidentes e incluso de agresiones.

La otra alternativa que el hospital descartó fue contratar más enfermeras, pero, de acuerdo con algunas enfermeras en la conferencia, el hospital evitó tener planes de contingencia y ahora responde a las contingencias cuando se presentan.

La Opinión pidió la versión del hospital, pero la portavoz, María Barajas, no respondió a la prensa al cierre de es de esta edición.

Otro contingente de enfermeras y enfermeros registrados protestó por su parte  en el Hospital Keck de la USC y ante el Norris Comprehensive Cancer, también de la USC en el centro de Los Ángeles.

Los enfermeros exigieron que los dos hospitales rescindan una medida recientemente implementada “que desalienta a los trabajadores de la salud a quedarse en casa cuando experimentan síntomas de COVID 19”, informó a CNA.

También demandaron “que las enfermeras que atienden a los pacientes con Covid-19 reciban los recursos y el apoyo necesarios para prevenir la propagación de la enfermedad”.

Y pidieron a los hospitales que “limiten las visitas a pacientes y se aseguren de que los visitantes sean examinados minuciosamente y den negativo en la prueba de COVID 19.

Algunas enfermeras informaron en anonimato, a través de la asociación estatal, que esos hospitales cambiaron recientemente los reglamentos que rigen tiempo libre pagado, los retrasos y las inasistencias “con intención de intimidar a los trabajadores” de la Salud.

Con esos cambios, “los empleados se sienten obligados a ir a trabajar cuando deberían quedarse en casa para prevenir la propagación de enfermedades como el COVID 19 y evitar padecimientos personales en los hospitales”.

La enfermera Kerri Dodgens declaró que además de ser medidas injustas para el personal de Salud, ponen en riesgo a los pacientes.

“Prácticamente garantizan que el personal se verá obligado a presentarse a trabajar enfermo si quiere mantener su trabajos”, dijo Dodgens.

Los centros de la USC tampoco respondieron a lo inmediato a peticiones de la prensa.

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