Programa ReConnect: ‘Un oasis en medio del desierto’

La organización Council on Aging ofrece programas y clases gratuitas a los residentes del condado de Orange

Jessica Bautista, del programa ReConnect, reparte alimentos.

Jessica Bautista, del programa ReConnect, reparte alimentos.  Crédito: Cortesía

Iván Chiriboga nunca se imaginó que pintar paisajes se convertiría en uno de sus pasatiempos favoritos. Distribuidos a lo largo del jardín de su casa, el residente de Anaheim, condado de Orange, quien se retiró años atrás, comparte sus creaciones artísticas con los vecinos, que admiran y comentan sobre sus obras.

El descubrimiento del desconocido talento nació gracias a las clases de pintura del programa ReConnect de la Consejería para Adultos Mayores (Council on Aging) que primero comenzó su esposa Silvia y que inmediatamente interesaron a Iván.

“Yo nunca antes había pintado. Silvia comenzó a tomar clases de arte y cuando yo la veía pintar le sugería que use un color aquí, un color allá. Entonces Silvia me dijo ‘Más bien le voy a comprar a usted sus propios colores para que pueda pintar’”, recordó riendo.

“Pintar me gusta mucho y me relaja. Uno se concentra en la pintura y se olvida de los problemas”, aseguró Iván, refiriéndose a las clases del programa ReConnect de la Consejería.

La Consejería para Adultos Mayores es una organización sin fines de lucro, fundada en 1973, que ofrece clases, programas y recursos a las personas de 60 años de edad en adelante.

Silvia e Iván, quienes llegaron a los EE.UU. desde Ecuador 43 años atrás, descubrieron el programa ReConnect de la Consejería y aseguran que les cambió la vida.

“Dios nos ha puesto a esta organización y a los trabajadores en nuestras vidas. Para nosotros, (el programa ReConnect de) la Consejería para Adultos Mayores es como un oasis en medio del desierto, y quienes trabajan ahí son como nuestros angelitos que nos cuidan”, aseguró Silvia.

Silvia e Iván lograron sobrellevar la depresión causada por la muerte de su hijo, gracias al apoyo de grupos y terapias que encontraron a través del programa ReConnect de la Consejería.

“Es un dolor que no pasa. Algo que no tiene nombre y que solo pueden realmente entender aquellos que han pasado por lo mismo”, describió Iván al hablar del dolor indescriptible de la muerte de un hijo.

A la tragedia le sumó la depresión que se origina tras la jubilación y el cambio radical que supone el retiro, después de décadas de trabajar día tras día. “La falta de ingresos tampoco ayuda. Cuando uno se jubila, los ingresos se rebajan a una tercera parte”, notó.

El aislamiento social sumado a los efectos de la pandemia impacta negativamente y en particular a las personas de la tercera edad.

“Uno a veces está deprimido y ni siquiera se da cuenta”, admitió Iván. “Pero al rato que sale, habla con otros, se distrae y puede ver a la vida con más optimismo”, agregó.

Para Silvia e Ivan, el programa ReConnect es como ‘un oasis en el desierto’.

Programa ReConnect

Silvia Chiriboga destacó el programa ReConnect de la Consejería para Adultos Mayores.

“Cuando nos jubilamos, nos quedamos muy solos, aburridos, pero descubrir este programa fue una bendición’, aseguró.

La Consejería ofrece clases de arte, joyería, ejercicios físicos y consejos para la salud, entre otros, así como grupos de apoyo y terapia, excursiones a museos y acuarios y transporte.

Al contactar a la organización, los trabajadores realizan una entrevista simple con la persona para evaluar sus necesidades y realizan un plan individual con las necesidades de cada individuo.

Como resultado de la pandemia del Covid-19, las clases y programas se han modificado y los grupos y reuniones de apoyo se realizan de manera virtual. El programa ReConnect también entrega a domicilio comida, necesidades esenciales y materiales para las clases, como por ejemplo pinturas y pinceles.

‘No estoy interesado en terapia, pero sí en platicar’

“Muchas veces vemos a personas de la tercera edad que llegan a la organización que pareciera que están en modo de supervivencia”, indicó Orizbeth Cortés, trabajadora social clínica y terapista de la Consejería para Adultos Mayores. “En muchos casos, sus hijos han crecido y se han ido de casa, quizás el esposo murió o está enfermo y sienten que no tienen con quién hablar.

Cortés también mencionó que en la comunidad latina, donde son comunes los hogares multigeneracionales, muchas personas mayores se sienten aisladas de su familia.

“Nos cuentan que viven con hijos y nietos, pero que se sienten desconectados. Dicen que se sienten solos porque el resto de la familia, por ejemplo, habla mucho en inglés y no entienden las conversaciones. Pero en los grupos de apoyo de la Consejería pueden hablar con otras personas de su misma edad, compartir lo que sienten”, explicó.

La terapista notó que en la comunidad latina aún existe el estigma de las enfermedades mentales y de las terapias.

“Incluso antes de la pandemia veíamos síntomas del aislamiento y la falta de apoyo social entre las personas de la tercera edad, síntomas como depresión, ansiedad, incertidumbre. Pero muchas personas no buscaban ayuda por el estigma que existe en nuestra comunidad. En ese sentido, la pandemia y las órdenes de asilamiento fueron como un detonante que llevaron a muchas personas a la introspección, a mirar hacia adentro y a reconocer, pedir y aceptar ayuda”, notó la experta.

Cortés explicó que mucha gente quizás se niega a recibir terapia en un principio, pero eventualmente reconocen que necesitan ayuda.

“Es todo cuestión de cómo lo presentes. No quieres acercarte de manera intimidante. Más de una vez, quienes en un principio quizás se negaban a recibir terapia, terminan diciéndome, ‘No quiero recibir terapia, pero sí estoy interesado en platicar’”, indicó.

Para más información sobre el programa ReConnect, visita coasc.org/es/programs/reconnect/ o llama a la línea 1 (714) 352-8820.

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