Esperar entre el agobio y la esperanza

Migrantes en la frontera con California reciben el año sin saber cuándo podrán pedir el asilo

Diversas personas y familias llevan meses esperando en refugios de Tijuana. / foto: Manuel Ocaño.

Diversas personas y familias llevan meses esperando en refugios de Tijuana. / foto: Manuel Ocaño.  Crédito: Impremedia

Néstor, un inmigrante que se encuentra en el refugio Casa de Luz de Playas de Tijuana, en México, a la espera de solicitar un asilo en Estados Unidos, confiesa que es complicado expresar lo que siente a puertas del nuevo año.

En medio de la pandemia, se ha visto obligado a aguardar por meses y en tierras extrañas, con la incertidumbre de no saber cuándo podrá pedir el alivio que se proponía buscar. Y ya desde eso, ha pasado un año.

“Los migrantes nos sentimos agobiados, desesperados y es muy complicado porque también sabemos que va a haber un cambio de gobierno en Estados Unidos… Pensamos que ojalá, que eso nos puede dar esperanza, pero, la verdad, ya no sabemos”, platicó a La Opinión.

Néstor llegó a Tijuana antes que la pandemia. Cuando se preparaba y aguardaba su turno para cruzar al sur de San Diego, en California, a solicitar el asilo, dice que las solicitudes comenzaron a estancarse porque la administración del presidente Donald Trump cambiaba frecuentemente las reglas.

Esta situación, indicó, le hacía cada vez más difícil pedir el beneficio.

Poco después, al entrar la primavera, decretaron el cierre parcial en la frontera y cancelaron todos los procesos en las cortes de migración que atendían los casos de los migrantes.

Muchos, como Néstor, ya tenían un número o una fecha para cruzar cuando los procesos se detuvieron.
“A veces las condiciones han sido muy complicadas para nosotros, los migrantes”, dijo Néstor. “[Sumado a que] el encierro por el COVID-19 ha sido desgastante, tenemos esta angustia de no saber qué va a pasar con nosotros, con nuestra búsqueda de asilo”.

La pandemia también disminuyó la posibilidad de que los migrantes puedan encontrar un trabajo en Tijuana mientras esperan saber qué sucederá con sus casos ya que la crisis también ha golpeado la economía local, restándoles oportunidades laborales.

Y en un caso hipotético, Néstor podría encontrar empleo en las fábricas, una opción con muy pocas posibilidades en la actualidad, pero esto podría poner a otros en riesgo.

Para llegar a trabajar, tendría que cruzar toda la ciudad en trasporte público en las madrugadas y regresar por las noches a dormir, con cuidados extremos para no contagiarse ni traer el virus al albergue de migrantes.

“[Por ahora] estamos nada más como a la espera, agobiados”, reveló el hondureño, “pero no podemos regresar”.

La historia de Néstor es muy similar a la de unos 14,700 migrantes que cuando llegó la pandemia, en marzo de 2020, aguardaban trámites de asilo en la región, casi todos en Tijuana, y un número más reducido en Mexicali.

Como medida preventiva, casi todos los albergues para migrantes cerraron sus puertas, nadie más entraba y nadie salía.

Por eso, aquellos migrantes que llegaron después de que arribó la pandemia vivieron situaciones aún más difíciles, porque no había dónde se refugiaran. Casa de Luz y Roca de Salvación fueron dos de pocos albergues que continuaron abiertos.

A veces gana la ansiedad

“Se sienten muy desesperados, a veces dicen que tal vez sería mejor regresar a sus países, pero les da mucho miedo, porque casi todos salieron huyendo… [Sienten que] si regresan, les pueden hacer algo”, comentó a La Opinión el pastor Salvador Zepeda, director de Roca de Salvación.

En el albergue hay 17 migrantes adultos de Guatemala, Honduras y El Salvador, aparte de varios niños.

“A cada rato preguntan cuándo los irán a dejar pasar”, dijo el pastor. “Se sienten muy ansiosos”.

El triunfo electoral del presidente electo, JoeBiden, parece haber traído esperanzas para los migrantes, por lo menos en ese refugio.

El director dice que desde hace semanas ninguno ha preguntado si le podrían ayudar a reunir dinero para pagar su pasaje o transporte de regreso a su país.

En el refugio Casa de Oración del Migrante, el pastor Humberto Ibarra dijo que dos migrantes, uno de Guatemala y otro de El Salvador, “se sienten ya muy desesperados”.

“A veces se les mete en la cabeza durante días la idea de intentar saltar el muro fronterizo, pero luego recapacitan… Los dos ya tenían turno para pasar [a California] a presentar su solicitud de asilo, así que suponemos que ese orden que llevaban va a ser respetado [por las autoridades estadunidenses]”, agrega el pastor.

Promesas en veremos

El presidente electo, JoeBiden, prometió revertir desde el primer día de su mandato órdenes y medidas de migración que impuso el presidente saliente, Donald Trump.

El demócrata dijo específicamente que quiere que los migrantes que aguardan turno en la frontera de México lo hagan en Estados Unidos.

Sin embargo al retomar el tema la semana pasada, el presidente electo señaló que implementar un nuevo plan “tomará meses” y que antes de hacerlo, se va a requerir de “contenciones”.

Biden dijo que sin esas contenciones, llegarían a la frontera innumerables migrantes en busca de asilo.
En esto coincide el profesor Miguel Tinker Salas, catedrático de historia en Pomona College.

Indicó que se espera “una tremenda presión por parte de mexicanos y centroamericanos que [hace poco] fueron desplazados por los recientes huracanes que dejaron devastación y aumentaron la pobreza”.

Para La Opinión, agrega que sin duda, “esto va a aumentar la presión en migración”.

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