Latinos doblemente golpeados por el desempleo a causa de COVID-19
Una inmigrante mexicana narra las peripecias que vive para que le alcance el gasto
Desde que la pandemia de COVID-19 golpeó a Los Ángeles, en marzo de 2020, a Verónica Santiz se le acabó el empleo en una tintorería en el barrio de Koreatown donde trabajaba como planchadora. Desde entonces, no ha podido encontrar trabajo, que no sea ir a limpiar una casa, una vez por semana. A su esposo también le ha disminuido el empleo en la construcción. “A veces si trabaja. A veces, no”, dice.
Tras el aumento de los casos de coronavirus a finales de 2020, la tasa de desempleo de los latinos aumentó al 9.3% en diciembre, de acuerdo al reporte más reciente de la organización UnidosUS, antes llamado Consejo Nacional de La Raza.
Los latinos, indica el estudio, enfrentan el doble de la tasa de desempleo de antes de la pandemia. Antes de COVID-19, los latinos tenían un promedio de desocupación del 4%. Para finales de diciembre, era de 9.3% contra el 6.7% del promedio del desempleo nacional.
A causa de la crisis económica que trajo el coronavirus, la tintorería donde Verónica trabajaba, terminó por cerrar. Los entre 6 y 7 empleados que tenía el pequeño negocio se quedaron desocupados permanentemente. El dueño murió en noviembre de un infarto. “No sabemos si COVID tuvo algo que ver”.
Verónica y su esposo son padres de tres hijas de 15, 11 y 4 años. Viven en un departamento de un solo cuarto por el que pagan $900 de alquiler. “Gracias a Dios con lo que mi esposo gana, alcanzamos apenitas a pagar la renta, y no nos hemos retrasado”.
Esta inmigrante mexicana que lleva 14 años en el país, platica que ha buscado mucho un empleo. “Es muy difícil, lo único que he conseguido es un día de trabajo en la limpieza de una casa. Me pagan $110 por 8 horas. Sé que es poco dinero por tantas horas de limpieza, pero tengo que aceptarlo. No hay otra opción. La necesidad es mucha. En ocasiones, me dan un día más de trabajo a la semana”.
Ante la escasez de ingresos, Verónica dice que ha recortado gastos en el hogar lo más que ha podido. “Cancelamos el Internet y nos quedamos con un servicio para personas de bajos ingresos que nos cuesta $30 al mes. Es muy lento. Mis hijas batallan mucho a la hora de tomar sus clases en línea. La señal se cae con frecuencia, y tienen que apagar y prender el Internet. Es frustrante. Las niñas se estresan mucho. A la grande le dan ataques de ansiedad”.
Para la comida, se ayuda con cupones de alimento. “Me dan $360 al mes por las dos niñas que nacieron aquí. La mayor nació en México. Por ella, no me ayuda el gobierno”.
Además, dos veces a la semana va a los bancos de comida por alimentos para su familia. “También una vez a la semana viene a la Iglesia, una troca con comida que nos donan; y me apoyo con los almuerzos que dan en las escuelas”.
Pero es tan precaria su situación que Verónica ha tenido que limitar el consumo de alimentos. “Antes siempre tenía en el refrigerador carne, pollo, salmón, camarones. Ahora si acaso, comemos salmón una vez al mes; carne, muy de vez en cuando. En ocasiones, en el banco de alimentos nos dan pollo”.
Y ante la escasez de dinero, les han pedido a sus hijas que racionen y cuiden mucho el uso de productos de aseo personal como el champú, las toallas sanitarias y el jabón.
Verónica confiesa que la falta de empleo y la escasez económica, la hace sentirse muy triste, desesperada y vulnerable. “Por más que busco, no encuentro trabajo. Hace unos días, vi en Internet una oferta de empleo para trabajar en la limpieza. Creo que es una estafa. Me pidieron mi dirección y teléfono, y me dijeron que me iba a mandar en 48 horas, un cheque de $650 por el adelanto de una semana de trabajo. No me llegó nada”.
Ni ella ni su esposo califican para recibir el beneficio del desempleo. La única ayuda que ha recibido fueron los $500 que dio el gobernador Gavin Newsom a través del programa Asistencia de Alivio de Desastres para Inmigrantes (DRAI) a mediados de 2020, y que solicitó a través de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA).
Los latinos están en el grupo poblacional impactado de manera desproporcionada por el desempleo debido a que las industrias donde más trabajan, han sido de las más golpeadas por los cierres impuestos a consecuencia de la pandemia de COVID, desde marzo de 2020.
En promedio, de acuerdo al reporte de UnidosUS, en los sectores económicos donde los latinos laboran en niveles desmedidos, se han perdido 4.3 millones de empleos desde febrero.
En diciembre, la industria hotelera y de servicios perdió 520,000 empleos. El descenso en estos empleos y la lenta recuperación de la economía sugiere que los latinos continuarán viendo incrementos en el desempleo y dificultades económicas a principios de 2021.
En diciembre, el Instituto de Administración del Abasto ISM) mostró que los dueños de negocios están limitando las contrataciones debido a que necesitan menos personal en los restaurantes debido a las restricciones sanitarias; y para cubrir los costos.
En estados como California con grandes poblaciones de latinos, a causa de que las autoridades sanitarias continúan poniendo restricciones en los negocios de comida y otras actividades, los trabajadores de la industria de los servicios enfrentarán desafíos adicionales para encontrar empleo o regresar a trabajar.