Tienda Curacao, prominente con la comunidad inmigrante, acepta pagar millones por defraudar a sus clientes

El fiscal general de California, Xavier Becerra, hizo el anuncio luego de haber demandado a Curacao en 2017 por prácticas fraudulentas

Xavier Becerra

Xavier Becerra. Crédito: Justin Sullivan | Getty Images

La popular cadena de tiendas Curacao, de importante presencia con la comunidad inmigrante en el sur de California, tendrá que pagar $10.5 millones de dólares tras el acuerdo parcial alcanzado con el estado tras una demanda en la que se le acusó de defraudar a sus clientes.

El fiscal general de California, Xavier Becerra, hizo el anuncio del acuerdo bajo el cual $10 millones de dólares serán utilizados como alivio de deudas de cliente perjudicados por la conducta fraudulenta de Curacao y $500,000 dólares para pagar multas civiles.

El acuerdo también incluye un perdón adicional de dudas para los clientes que todavía le están pagando a Curacao -antes conocida como La Curacao y que ofrece una amplia gama de productos y servicios minoristas- por juicios ilegales de reclamos menores.

“Cucacao afirmó ser parte de la comunidad latina del sur de California. Luego procedió a defraudar a personas de bajos ingresos, hispanohablantes e inmigrantes con poca o ninguna experiencia en la celebración de contratos de financiamiento a largo plazo”, explicó Becerra en un comunicado.

Becerra demandó en 2017 a Adir International, la empresa operadora de las 11 sucursales de Curacao, nueve de ellas en el sur de California, y a su dueño Ron Azarkman.

La demanda alegaba que Curacao atrajo a los clientes promocionando precios bajos y crédito fácil, luego informó a esos consumidores que solo podían comprar al precio anunciado después de comprar accesorios auxiliares, garantías o servicios de instalación. En otros casos, Curacao agregó elementos a los contratos de pago sin el conocimiento de sus clientes.

Según el anuncio del fiscal, quien está en camino a convertirse en secretario de salud de la administración de Joe Biden, Curacao presuntamente no informó a los clientes sobre los términos importantes de contratos antes de pedirles que firmaran y, en algunos casos, les dio contratos a los clientes en inglés a pesar de que solo hablaban español.

Cuando los clientes intentaban devolver artículos a la tienda, frecuentemente se les decía que la política de devolución de Curacao impedía que la tienda aceptara la devolución o resultaba en que Curacao cobrara una tarifa de “reabastecimiento” no revelada.

En su declaración, Azarkman dijo: “Tengo mucho orgullo por el hecho de que hemos ayudado a miles de clientes a establecer y construir su crédito y tener acceso a productos que ellos no hubieran podido adquirir de otro modo”.

Curacao ha aceptado una serie de términos cautelares entre los que se incluyen una declaración de derechos del consumidor que debe ser mostrada en las tiendas.

La demanda también alegaba que Curacao acosaba a los clientes, a sus familiares y empleadores con repetidas llamadas y cartas de cobro de deudas.

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