José Hernández: De astronauta a productor de sus propios vinos

Vuelve a sus orígenes, ya que de niño trabajó en el campo al lado de sus padres

José Hernández, de astronauta a productor de vinos. (Cortesía José Hernández)

José Hernández, de astronauta a productor de vinos. (Cortesía José Hernández) Crédito: Cortesía

José Hernández, el astronauta de origen mexicano, quien hizo historia en 2009, al viajar en una misión de 14 días a la Estación Espacial Internacional a través del Transbordador Discovery, está cumpliendo otro de sus sueños, convertirse en productor de sus propios vinos.

En un par de semanas, lanzará su marca de vinos Tierra Luna Cellars, cuyas uvas han sido cultivadas por él mismo y su padre Salvador Hernández.

“Estoy cerrando el círculo, regresando a donde comencé a trabajar, en el campo”, dice muy contento el astronauta, quien nació y creció en los campos del centro y norte de California.

Desde muy chico ayudaba en las tareas agrícolas. En esa época, las leyes laborales no eran tan estrictas, y todos los hijos entrabamos a ayudar a nuestros padres. Mi papá decía, si puedes caminar, puedes piscar”.

José Hernández con su padre Salvador Hernández. (Cortesía José Hernández)

Cuando comenzó a ir a la escuela, pasaba los sábados y domingos trabajando en los cultivos de pepino y fresa, y no se diga el verano. “Lo odiaba, porque a diferencia de mis compañeros que esperaban ansiosos por las vacaciones, yo tenía que trabajar”. Pero a pesar de todo, el campo era su vida.

En 2013, cuando se retiró de la NASA, creó su propia empresa de consultoría Tierra Luna Engineering en temas espaciales.

Sin embargo, el campo lo seguía llamando; y hace 4 años surgió la oportunidad de comprar unos viñedos en Lodi, una región productora de vinos en el norte de California donde sus padres y él viven.

“Los primeros tres años, vendí toda mi producción a Korbel, una compañía que produce champaña, y también estuve aprendiendo cómo ser ranchero y cómo cuidar los viñedos”, dice.

Las uvas de vino de los viñedos José Hernández. (Cortesía José Hernández)

Un vino con historia

Pero superada esa etapa de aprendizaje, llegó un momento en que el astronauta se preguntó, ¿por qué no hago mis propios vinos?

Además está convencido del dicho aquel que dice que un buen vino, debe tener una buena historia. “Y yo tengo una buena historia”.

Y vaya que es una historia de determinación y persistencia: Aprendió inglés hasta los 12 años. Pasó su infancia, viajando con su familia por los diferentes campos del sur del Valle de San Joaquín hasta el norte del área de Stockton donde ayudaba a recolectar fresas, pepinos, cerezas, tomates y uvas. En noviembre regresaban a Michoacán, México, la tierra de sus padres donde pasaban Navidad y esperaban hasta marzo para volver a completar el círculo de trabajo en California.

Los barrios donde crecía estaban llenos de drogas, alcohol, y pandillas.

El astronauta José Hernández se convierte en productor de sus propios vinos. (Cortesía NASA).

Con todo en contra, José se graduó de la carrera de ingeniería eléctrica y trabajó en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore donde ayudó a desarrollar el primer sistema completo digital de mamografías para detectar temprano el cáncer de seno.

En el año 2000, después de haber sido rechazado al menos 11 veces y nunca claudicar, fue aceptado en la NASA, y en 2004 fue seleccionado como parte de la generación de astronautas de EE.UU.

El 28 de agosto de 2009, fue asignado a la Misión Espacial Discovery como ingeniero de vuelo, logrando realizar su anhelado sueño de alcanzar las estrellas en una jornada de 14 días en el espacio.

Después de 12 años de servicio, dejó la NASA y regresó a Lodi para estar cerca de sus padres y criar a sus cinco hijos, Antonio Miguel, Julio Andrés, Vanessa Adelita, Yesenia Marisol y Karina Isabel.

Los viñedos de José Hernández. (Cortesía José Hernández)

Tres vinos

Hernández platica a La Opinión que está a punto de sacar a la venta tres tipos de vinos, un blanco y dos rojos. “El vino blanco está hecho con mis propias uvas, y para los tintos tuve que comprar uvas de otros viñedos”, precisa.

¿De dónde viene el nombre de Tierra Luna Cellars que le ha dado a sus vinos?

“Mi esposa Adelita Hernández tenía el restaurante Tierra Luna Grill en Houston. Lo cerramos cuando dejé la NASA y regresamos a California; y yo le compré los derechos del nombre por un dólar para dárselo a los vinos”, dice riendo.

Y hasta para darle nombre a sus primeros vinos se inspiró en las constelaciones del espacio.

Al vino blanco creado con sus propias uvas, lo bautizó con el nombre de Nova Stella, que en latin significa Nueva Estrella; y a los vinos tintos, Stella Roja, en latin Estrella Roja; y Stella Z, Estrella Z.

Los hijos de José Hernández: Antonio Miguel, Julio Andrés, Vanessa Adelita, Yesenia Marisol y Karina Isabel. (Cortesía José Hernández)

Los vinos Tierra Luna Cellars se encuentran en etapa de preventa de su primera producción de vinos. “Si tengo un poco de miedo porque no sé qué respuesta vayan a tener”, reconoce. Pero al mismo tiempo, sostiene que está feliz porque su padre Salvador Hernández de 84 años, le ayuda en los viñedos y entre los dos trabajan y comparten tareas. “Es una gran satisfacción trabajar a su lado”.

El astronauta José Hernández creó el diseño de sus botellas de vino. (Cortesía José Hernández)

Si quieres conocer más de los vinos de José Hernández, visita su página: https://tierralunacellars.com

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