Madre reclama que la dejen ver a su hijo cuando venga a Los Ángeles

El consulado de Guatemala en LA interviene para que ambos puedan reencontrarse cuando el menor viaje a esta ciudad por tratamiento médico

Lidia Paz con su hijo Jonathan Cristales. (Cortesía Lidia Paz)

Lidia Paz con su hijo Jonathan Cristales. (Cortesía Lidia Paz) Crédito: Cortesía

Lidia Paz, una madre que tuvo que salir de Guatemala para ofrecerles una mejor vida a sus tres hijos, después de ser abandonada por su entonces esposo, hizo un llamado de auxilio para que la dejen ver al menor, Jonathan de 16 años, quien sufre de una condición especial.

“Su padre no solo no me ha dejado ver a mi hijo sino que me ha difamado en varios medios de comunicación de mi país y de Estados Unidos, al grado que ya me está perjudicando en mi trabajo”, dice desesperada Lidia, quien se gana la vida como caminadora de caballos en California.

Mi exesposo y yo tuvimos tres hijos en Guatemala que ahora tienen 22, 21 y 16 años. Él nos abandonó cuando el menor tenía 1 año de edad; y los otros hijos, 7 y 6 años”.

Lidia cuenta que al verse sin el apoyo del padre de sus hijos, la necesidad la obligó a emigrar a este país. “Dejé a mis hijos con mis padres, pero mi exesposo en cuanto supo que yo me había venido para acá, se llevó a los niños a su casa con su nueva mujer e hijos, y empezó a pedirme que le mandara 2,000 quetzales mensuales – mas o menos como 300 dólares”.

Jonathan Cristales. (Foto cortesía de Lidia Paz)

Esta madre dice que ella se negó a pagarle por la manutención de los menores y le pidió regresarlos a sus padres.

“Él se negó y me dijo que si no le mandaba dinero, no me dejaría ver a los niños y lo cumplió. No pude hablar con mis dos hijos más grandes por 10 años hasta cuando ellos regresaron a la casa de mis padres”.

Al regresar a vivir con los abuelos maternos, sus dos hijos mayores Alexander y Katherine le explicaron que los tres eran golpeados constantemente por la mujer de su padre.

“Después de eso, su papá jamás los ha vuelto a buscar”, explica Lidia.

A su hijo menor Jonathan Cristales, le detectaron esclerosis múltiple a los 2 años de edad, después le vino una esclerodermia lineal, – una enfermedad reumática autoinmunitaria que afecta la piel y otros órganos del cuerpo -, y recientemente le han encontrado otra condición que se llama dupuytren.

“Su estado se ha ido agravando y progresando. Le han amputado una pierna y depende de una prótesis para caminar. Con donativos de muchas organizaciones, rifas y el apoyo del Consulado de Guatemala en Los Ángeles, el niño viaja cada cierto tiempo al Hospital Shriners de Los Ángeles para ser atendido”.

Esta madre dice que ella ha colaborado en todo para que el niño pueda viajar a Los Ángeles. “Pero mi ex sposo ha hecho público en los medios que no le quiero firmar los papeles para que Jonathan venga por el tratamiento médico. Esos medios a mí nunca me han contactado para conocer mi versión. Fue hasta que yo los busqué esta semana cuando mi historia se ha empezado a conocer”.

Aclara que tampoco es verdad que no se le pueda encontrar. “Mi exesposo tiene mi número de teléfono, sabe dónde localizarme y se comunica constantemente conmigo. Yo tengo guardadas todas nuestras conversaciones en los chats de las aplicaciones telefónicas. Lo único que no le he dado es dinero, pero le mando a mis hijos mayores y a mis padres cada mes”.

Incluso menciona que cuando sus hijos vivían con el padre, ella les enviaba dinero a través de una hermana para que lo entregaran directamente a sus hijos.

Lidia Paz cuando pudo ver a su hijo en 2016. (Cortesía Lidia Paz)

Aclara que esta vez se retrasó con la documentación a firmar para que el menor pueda viajar a EE.UU. porque ella no contaba con su tarjeta oficial de identificación de Guatemala, y ese es un proceso que se tarda hasta 6 meses. 

“Lo único que siempre le he pedido es que me deje ver al niño y tener comunicación con él”.

Lidia dice que solo una vez durante un viaje, se le permitió ver a su hijo cuando su exesposo la llamó para pedirle que los llevara al hospital porque no tenía a nadie que los transportara.

“Mas o menos en el año 2016, pude ver a mi hijo después de muchos años. Cada vez que le hacía preguntas, volteaba a ver a su papá en señal de aprobación para ver si me podía contestar. ‘Contéstale’, le decía su padre. Fue muy triste. Pude tomarme dos o tres fotos casi a escondidas”.

Además del dolor de no ver ni tener comunicación con su hijo, dice que le duele que su esposo no pierda oportunidad para atacarla públicamente.

“Se la lleva intimidándome. Me ha amenazado con reportarme a migración. Todo esto me está causando problemas en mi trabajo y como madre me hace mucho daño. Yo nunca he dicho nada de cómo usa a nuestro hijo como negocio para obtener donativos y vivir de ellos”.

Lidia confía en la intervención del consulado de Guatemala en Los Ángeles para ejercer su derecho a ver a su hijo y convivir con él cuando venga por su tratamiento médico a esta ciudad.

Jonathan Cristales al lado de una persona que le compró boletos para una rifa de apoyo. (Cortesía Lidia Paz)

La Opinión contactó a Henry Osvaldo Cristales Fajardo, el padre del menor, quien respondió que su exesposa debe mostrar pruebas de todo lo que le acusa y pidió llamar al Consulado de Guatemala en Los Ángeles para mayor información.

El cónsul general de Guatemala en Los Ángeles, Tekandi Paniagua dijo que por ley, Jonathan tiene todo el derecho a ver a su madre, quien por diversas razones no ha podido regresar a Guatemala.

“Estamos dando seguimiento para que este niño reciba el tratamiento médico que le permita mejorar su calidad de vida, pero también la madre tiene todo el derecho a ver a su hijo cuando él viene a Los Ángeles y a tener un tiempo de calidad y en privado con él. No es un favor lo que está pidiendo. Es un derecho que tiene como progenitora; y porque ambos padres tienen la tutela compartida”.

El cónsul hizo hincapié en que la salud y el bienestar del menor no es negociable y esto incluye su salud mental. “El menor ya padece una terrible enfermedad, y no es justo que a esto se le sumen los problemas por las disputas familiares”.

Reveló que se ha comprometido con la madre para que vea a su hijo cuando viene a los tratamientos médicos, que él pueda venir a visitarla a Los Ángeles y hablar con ella por teléfono a Guatemala.

Yo no puedo tomar partido por ninguno de los padres. Lo único que me interesa es el bienestar del menor. Es loable que la madre sin ninguna presión haya acudido a firmar los papeles que el niño requiere para viajar a Los Ángeles. Esperamos encontrar comprensión por parte del padre para que madre e hijo puedan reencontrarse y tener una relación”.

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