Piden justicia para joven indocumentada que muere al ser aventada de un puente

Su familia exige una investigación policial seria para averiguar qué le pasó a Aisha de 18 años

La familia de Aisha Nava Mireles pide una investigación seria sobre su muerte. (Cortesía Natalie Mireles)

La familia de Aisha Nava Mireles pide una investigación seria sobre su muerte. (Cortesía Natalie Mireles) Crédito: Cortesía

A más de 10 días de la trágica muerte de Aisha Nava Mireles, una joven indocumentada de 18 años que fue encontrada sin vida debajo un puente de la ciudad de Compton, su madre está desesperada porque no sabe nada del rumbo de la investigación policial ni siquiera qué motivó el desenlace fatal.

“La policía me quiso manejar que había sido un suicidio, pero mi hija no sufría depresión. Ella y yo manteníamos una relación muy cercana. Lo habría sabido. A mi hija, la secuestraron y la tiraron del puente”, dice Natalie Mireles García, su madre.

Aisha estaba recién graduada de la secundaria y planeaba estudiar para ser terapista de niños con necesidades especiales.

Vivía en Hawaiian Gardens, una ciudad del condado de Los Ángeles, con su madre y sus hermanitas menores de 10 y 8 años. Aisha nació en Ecatepec, México. En 2010, de la mano de una desconocida cruzó la frontera, mientras su madre la esperaba del otro lado. Madre e hija venían en busca de una mejor vida a los Estados Unidos. Sus hermanas menores nacieron en este país.

Aisha Nava Mireles muere de manea trágica.(Cortesía Natalie Mireles)

“El domingo 28 de marzo, las cuatro – mis hijas y yo – fuimos al cine. Regresamos a la casa como a las 4 de la tarde. Nos pusimos a ver la televisión, alrededor de las 5 de la tarde, Aisha me pidió permiso para ir a ver a su amiga Antonia, que vive como a tres cuadras. Le dije que sí, pero que no llegara tarde. Ella sabía que yo entraba a trabajar a las 3 de la mañana y que tenía que cuidar a sus hermanitas”.

Natalie cuenta que su hija casi no salía y cuando lo llegaba a hacer, nunca regresaba más allá de las 8 de la noche.

“Cuando a esa hora no apareció, le mandé un texto y como no contestó, le marqué, pero el teléfono sonaba como si estuviera descargado. Se me hizo muy raro porque tenía un cargador portátil”.

Al no poder localizarla, llamó por teléfono a Antonia, la amiga con la que su hija había quedado de verse. “Le expliqué que no me estaba contestando, que si me podía pasar con ella y me dijo que estaba en el baño; y le dije, la espero. No porque se va a tardar, me respondió. No importa, la espero, le volví a contestar”.

La amiga terminó por decirle que Aisha no estaba en su casa, que si bien había ido a visitarla, se fue luego. “¿Con quién se fue? No sé, me dijo”.

Aisha Nava Mireles el día de su graduación de secundaria. (Cortesía Natalie Mireles)

Natalie dice que siguió llamando a otras amigas, pero no logró localizar a su hija.  

“No dormí en toda la noche. A las 4 de la mañana, fui a la fábrica donde trabajo, para avisar que no iba a poder ir porque andaba buscando a mi hija”.

Apenas dieron las 6 de la mañana, llamó de nuevo a Antonia, la amiga con la que su hija quedó de verse. “Ella me dijo entonces, que Aisha nunca había llegado a verla. ¿Cuándo le pregunté por qué me había dicho que estaba en el baño y que estuvo ahí? Me respondió que nomás por qué si”.

A las 7 de la mañana del 29 de marzo, esta madre presentó el reporte de la desaparición de su hija en el Departamento de Policía en la ciudad de Lakewood, en el condado de Los Ángeles. “Ellos no se mostraron muy dispuestos a buscarla porque dijeron que ya tenía 18 años”.

Pero horas después, alrededor de las 11:30 de la mañana, tocaron a la puerta de la casa de Natalie, dos policías que le informaron lo que jamás hubiera querido escuchar. Su hija había sido encontrada muerta debajo de un puente en Compton, a la altura de Somerset Bulevar, a un lado del Long Beach Freeway, cerca de la Tamalería La Doña.

“Lo único que me dijeron es que se había aventado del puente y dejaron entrever que podía ser un suicidio. Yo le dije que eso no era posible. En las fotos que me mostraron, pude ver que mi hija tenía la cara golpeada, pero me dijeron que era por la caída”.

Aisha Nava Mireles con sus hermanitas menores. (Cortesía Natalie Mireles)

Natalie confiesa su miedo a que pueda haber negligencia en la investigación de la muerte de su hija.

“Cuatro días después de su muerte, me armé de valor y fui al lugar donde cayó mi hija. Para mi sorpresa, entre los manchones de sangre, me encontré un diente de ella y uno de los cristales de sus anteojos, lo que me da a entender que no están investigando bien el caso porque esos son elementos claves para la investigación”.

Hasta el momento indica que no tienen ningún reporte de la causa de la muerte. “Me dijeron que los resultados de su autopsia estarán listos en un año o en nueve meses”.

Natalie considera que hay ciertos indicios alarmantes que muestran que su hija pudo ser secuestrada, golpeada, asesinada y lanzada desde lo más alto del puente.

“Compton queda a 30 minutos de donde vivimos. Ella no pudo irse sola. Alguien se la tuvo que llevar. También le avisé a la policía, que esa tarde la vieron con tres muchachas y un muchacho; y les he pasado otra información que yo he recabado preguntando aquí y allá, pero ellos no me informan nada ni he podido tener acceso a los videos del puente”, dice desesperada.

Describe a su hija como una muchacha muy tranquila y con muy buenas calificaciones en la escuela. “Me ayudaba mucho. Ella era quien se encarga de que sus hermanitas se conectaran a sus clases en línea y las ayudaba con sus tareas.  Nunca me pedía nada. Yo siempre le preguntaba si necesitaba algo”.

Dice que tampoco tenía novio. “Nunca había faltado a la casa o llegado tarde”.

Aisha Nava Mireles el día de su graduación junto a su madre Natalie Mireles y sus hermanitas. (Cortesía Natalie Mireles)

Natalie admite que se siente muy impotente. “Yo soy una mujer sola, sin familia en este país. No hablo bien inglés. Siento que la policía no está haciendo nada para investigar la muerte de mi hija”.

Trató de conseguir una visa humanitaria para que su mamá pudiera venir a ayudarle con sus niñas mientras pasa por el duelo. “En el Consulado de México me dijeron que no me la pueden otorgar porque mi mamá no es familiar directo de Aisha. Pero qué vínculo más directo puede ser el de una madre y una abuela heridas por el asesinato de una hija y una nieta?”, cuestionó.

Natalie pidió a las autoridades que realicen una investigación seria y a fondo.

“Hacemos un llamado al sheriff Alex Villanueva, al alcalde de los Ángeles, Erick Garcetti, a la cónsul de México en Los Ángeles, Marcela Celorio Mancera, y al gobernador de California, Gavin Newsom para que se aclare la muerte de mi hija”.

La Opinión se encuentra a la espera de un reporte del sheriff de Los Ángeles sobre el caso de Aisha.

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