¿Es factible la erogación de un cuarto cheque de estímulo considerando la situación económica del país?
Aunque la ayuda del gobierno no ha parado, la realidad hace ver que ésta no es suficiente a pesar de que ya se repartieron tres rondas de cheques, así como también diversos apoyos para lo que menos tienen
Una de las razones por las que el gobierno decidió erogar cheques de estímulo, en el contexto de la pandemia, tuvo como eje central paliar las repercusiones económicas que trajo consigo la Covid-19.
La precarización financiera y la pérdida de empleos ha sido una de las principales narrativas que ha vivido el país a más de un año de que comenzó el distanciamiento social y el confinamiento dictado por las autoridades federales.
Aunque la ayuda del gobierno no ha parado, la realidad hace ver que ésta no es suficiente a pesar de que ya se repartieron tres rondas de cheques, así como también diversos apoyos para lo que menos tienen.
De acuerdo con una encuesta de la firma de servicios financieros TransUnion, aproximadamente 4 de cada 10 personas dicen que sus ingresos permanecen por debajo de los niveles previos a la pandemia.
La realidad adversa que viven millones todavía ha hecho que algunas voces ya pidan un cuarto cheque de estímulo que permita darle a la ciudadanía un mayor respiro en esta lenta recuperación económica que viven los estadounidenses.
Entre quienes presionan para que el presidente Joe Biden autorice un cuarto cheque de estímulo están algunos legisladores demócratas, quienes además de demandar una cuarta ronda de ayuda, piden pagos recurrentes hasta que termine la pandemia.
Sin embargo, las peticiones para que el primer mandatario libere un cuarto cheque llegan en el marco de los esfuerzos para que se apruebe el American families Plan y el American Jobs Plan.
Ambos pretenden detonar la economía del país por medio de un ambicioso plan que incluye ayuda focalizada para los que menos tienen, ponderando el cuidado infantil, así como también detonando la industria por medio de arreglos de infraestructura carretera.
En el discurso presidencial está la idea de cambiar las cosas en el país con acciones de largo aliento por medio del American families Plan y el American Jobs Plan, los cuales requieren de una enorme inversión.
Quizá por ello, de momento, no está contemplado liberar un cuarto cheque de estímulo por las implicaciones financieras que representa y más al ser un pago generalizado. Por tal motivo, el gobierno busca que estos planes detonen riqueza en favor de los que menos tienen.
Es verdad que millones necesitan ayuda inmediata y más con las alzas que se están viniendo en productos básicos a medida que la actividad económica se reactiva, pero también es una urgencia que los estadounidenses tengan empleos bien pagados.
Desde la óptica presidencial y del proyecto demócrata, la única manera de hacerlo es por medio de los dos planes que, en breve, se discutirán en el Congreso, acompañados de una reingeniería del sistema tributario para que los ricos paguen los impuestos que realmente deben.
Al margen de los oposiciones empresariales y de los republicanos para que ambos planes sean una realidad, en especial en lo referente al tema del alza de impuestos a los más ricos, los ciudadanos de todo el país quizá deban despedirse del cuarto cheque de estímulo.
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