Latino conquista paladares con su negocio de venta de chorizo en Los Ángeles

Tras mucho esfuerzo por levantar su empresa, Humberto Raygoza vende hoy unas tres toneladas de este embutido cada mes

Humbert Raygoza, de 38 años de edad, también vende sus productos a dos restaurantes. / fotos: cortesía.

Humbert Raygoza, de 38 años de edad, también vende sus productos a dos restaurantes. / fotos: cortesía.  Crédito: Cortesía

En 2012, Humberto Raygoza se paseaba por las calles del sur de California vendiendo chorizo zacatecano. Meses antes había dejado sus estudios de enfermería ya que decidió hacer de este embutido su nicho para construir un negocio que le permitiera salir adelante.

En ese entonces, el joven —quien es la cuarta generación que se dedica a la producción de este alimento— vendía unas 50 libras de producto y trabajaba más de 15 horas diarias para poder hacer prosperar su negocio.

Hoy, nueve 9 años después, ‘TheChoriman’, ha sido nombrado el mejor chorizo de Los Ángeles por LA Weekly, tiene un restaurante y vende unas tres toneladas de chorizo al mes.

“Yo empecé a hacer chorizo cuando estaba chavalo porque mi papá, cuando [él y mi familia] emigraron a Estados Unidos, hacía chorizos los fines de semana, y pues nosotros le ayudábamos. La gente ya sabía que podían ir a la casa a comprar una bolsita de chorizo”, cuenta Humberto. “Pero con los años dejé de hacer y él también”.

Mientras estudiaba y trabajaba como asistente médico, este hombre recuerda que era difícil cubrir sus gastos. Un día, por azares del destino, una compañera de la clínica le pidió probar los frijoles con chorizo que llevó, y que su padre había preparado, y así fue como nació su negocio.

Apoyado en los recuerdos de su infancia, Humberto pidió ayuda a sus padres, don Humberto Raigoza y doña Marta Lucía Pérez, para que lo ayudarán a recordar cómo preparar el tradicional chorizo zacatecano.

“Me acuerdo que le hablé a mi mamá y a mi papá para que me dieran la receta y me preguntaron si iba a hacer una carne asada. Les dije que no, que me iba a dedicar a vender chorizo… Ellos me dijeron que la tenía más segura en la escuela”, cuenta el mexicoamericano de 38 años de edad.

Sin embargo, sus padres accedieron a ayudarlo y él iba una vez por semana a la casa de ellos a preparar su venta.

“Entre los dos me enseñaron a hacer chorizo y yo se los vendía a la gente alrededor”, recuerda.

El empresario, quien ya piensa en abril un segundo local, vende hoy cuatro variedades de chorizo.

De puerta en puerta

Humberto cuenta que al principio salía a vender a las calles con una pequeña hielera, que después reemplazó por una carriola para niños, donde depositaba unas 50 libras del embutido de las que vendía entre 25 y 40 libras por día.

“Al empezar un negocio se trabajan muchas horas, los primeros cinco o seis años yo trabajaba 15 horas diarias, siete días por semana, es difícil, aguantar esas horas”, asegura el emprendedor.

“Mi mamá me ayudaba y se quedaba hasta la doce o una de la mañana haciendo chorizo, entonces eso es lo más difícil, muchos jóvenes me piden consejos y les digo que hay que darle duro, no voltear para atrás, solo mirar para adelante”.

Poco a poco todo fue mejorando y Humberto tuvo que dejar sus caminatas, porque ya sus clientes lo llamaban para hacer pedidos y él solo se dedicaba a hacer las entregas, además empezó a vender sus productos a dos restaurantes, uno ubicado en Long Beach y el otro en North Hollywood.

Fue en 2018 cuando “TheChoriman” dio el salto que terminó por catapultar su negocio al abrir su local en San Pedro, donde no solo vende su chorizo al menudeo, también lo sirve en tacos, quesadillas y burritos.

Un sueño cumplido

Este mexicano comparte que cuando inició su negocio su sueño era distribuir su chorizo al mayoreo y hoy por hoy sus productos son parte de la multinacional SyscoFood.

Además se sirven no solo en al menos 15 restaurantes del sur de Califonia, sino que también deleitan el paladar de comensales en Nueva York y Florida.

“Me siento orgulloso, porque logré las metas que me había puesto de vender chorizo, tener un local y venderles a restaurantes, pero lo que más orgullo me da es que yo iba a tocar puertas a los chefs con mi hielera y el orgullo que tengo es que pude meterme en la industria por un ladito y ahora soy reconocido como un choricero verdadero en California”, afirma Humberto.

Atrás han quedado las largas caminatas o las maratónicas horas de trabajo, la perseverancia y la constancia de este zacatecano ha dado frutos, ahora cuenta con seis empleados en su local y con una empacadora que se encarga de producir las tres toneladas que vende al mes de las cuatro especialidades que tiene: chorizo zacatecano, toluqueño verde, argentino y maple habanero.

Su mayor ilusión es poder ser una inspiración para otros, para que puedan motivarse en su trabajo para lograr sus sueños.

“Me siento como una imagen que pueden usar, porque sí se puede, no se necesita [mucho] dinero. La vida no es fácil, fue un camino muy difícil, pero siento que las personas pueden usarme como base para decir: ‘Si él lo hace, yo también puedo hacerlo”.

Las metas de Humberto no cesan, el empresario ya se prepara para abrir un segundo local y seguir llevando un poco de sus raíces a los angelinos a través de un buen chorizo.

Puedes ubicarlo en Instagram en: @thechoriman

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