Carta abierta a los anunciantes y sus agencias de publicidad contra la discriminación publicitaria
La inversión publicitaria en el mercado hispano es sólo un 6% del total, cuando somos el 19% de la población
Por: Editorial
Lo peor de la crisis del COVID-19 parece estar detrás nuestro. Si bien el país ha sufrido enormemente, los primeros indicios de un despertar económico son visibles.
Durante los largos y terribles meses del coronavirus, los medios de comunicación impresa en su conjunto perdieron posiciones, difusión, contenido y publicidad. Muchos han tenido que cerrar sus puertas. Esto dejó secuelas en la red informativa nacional, al privar a muchas comunidades de su fuente principal de información y comentario.
La crisis se ha ensañado de manera especial con la prensa comunitaria o étnica como la englobada en Impremedia; con los medios que la componen tales como La Opinión en Los Ángeles, El Diario en Nueva York, La Raza en Chicago y La Opinión de la Bahía en San Francisco, que deben su existencia a un vínculo orgánico con las comunidades a las que sirven.
Durante décadas, periódicos como los nuestros han sido importantes herramientas para la integración de inmigrantes al país, ayudando a millones de recién llegados a formar parte del sueño americano, ayudándoles a contribuir al país mediante su trabajo, sus impuestos y su sacrificio. Así, se han convertido en grupos de población de importancia creciente, con representación en todas las esferas de la economía y los gobiernos.
Y hemos vinculado a millones de lectores a los anunciantes y los productos y servicios que ellos ofrecen. Lo hemos hecho mediante la publicidad en nuestras páginas. Esta misión continúa. Y la problemática económica, social y política a la que ha estado sometida nuestra comunidad la ha hecho más imprescindible aún.
Pero aquí estamos. En todas las publicaciones de Impremedia estamos listos para continuar con nuestro trabajo, específicamente para ser el puente entre la comunidad y los anunciantes.
Debemos decir la verdad: la crisis también acentuó una anomalía perversa en cuanto a la proporción que los principales anunciantes, agencias y corporaciones del país dedican a los medios étnicos en la distribución de sus fondos de publicidad.
El hecho es que la división de los presupuestos de publicidad no representa, ni la importancia de las comunidades inmigrantes ni el papel líder que publicaciones como las nuestras tienen en representar a esas comunidades. La inversión publicitaria en el mercado hispano es sólo un 6% del total, cuando somos el 19% de la población. Y la inversión en medios de propiedad y operados por minorías es menor que eso.
En concreto, están volviendo a invertir miles de millones de dólares, pero lo hacen, en una proporción inadmisible, en los medios de comunicación convencionales más grandes y en las plataformas tecnológicas.
De esa manera, habrá quienes dicen que los anunciantes están abandonando en los hechos a nuestra comunidad. Habrá quienes afirmen que están adoptando una actitud discriminatoria. Que son insensibles a la suerte de estos medios que son cruciales para las mismas comunidades a las que ellos dicen que quieren llegar.
La publicidad que se invierte en medios de propiedad de afroamericanos también resulta ser mínima. También es inadecuada respecto a su porcentaje de la población. Por eso, en los últimos meses, medios importantes de propiedad de afroamericanos han montado una campaña pública y exitosa, que está poniendo en evidencia las raíces de ese abandono, el cual acusan que es resultado de un racismo institucional. Nos han mostrado, entonces, el camino.
Nos solidarizamos con este esfuerzo y reclamamos que el trato a los medios de comunicación étnicos por parte de agencias y anunciantes cambie.
Porque el declive de los medios de noticias locales y comunitarias no solamente echa por tierra a los medios mismos sino también a su visión de una sociedad abierta, integral, democrática. Una visión que corresponde a las tendencias demográficas actuales, donde el porcentaje de habitantes latinos crece en todo el país. Algo que nadie debe olvidar: aquí estamos y no nos vamos.
Al dejar de lado a medios como los nuestros, los anunciantes abren la puerta a acusaciones de que están abandonando a los lectores hispanos, y que no los consideran dignos de ser parte de su círculo de consumidores y usuarios.
Justo cuando muchos medios y entidades acusan de ello a anunciantes y agencias, apoyar a Impremedia sería un signo clave de que esas agencias y anunciantes tienen un compromiso con la pluralidad y la diversidad.
Es hora de que reconsideren la distribución de sus presupuestos publicitarios sin prejuicios, sin discriminación y con los ojos puestos en el futuro.
Iván Adaime CEO de Impremedia Javier Casas CFO de Impremedia Rafael Cores VP de contenidos Digitales, Impremedia Armando Varela, Editor Ejecutivo, La Opinion Carmen Villavicencio Editora Ejecutiva, El Diario Jesús Del Toro Editor Ejecutivo, La Raza y La Opinión de la Bahía Gabriel Lerner Editor Emeritus, La Opinión