Vendedores desplazados de Lincoln Heights piden ayuda a la ciudad de LA

Indican que el mercado nocturno cerró sin previo aviso y se les echó a perder la comida que iban a vender; autoridades dicen que residentes del área reportaron daños y venta ilegal de alcohol

Vendedores ambulantes protestaron frente a la oficina del concejal Gil Cedillo. (Jacqueline García/La Opinión)

Vendedores ambulantes protestaron frente a la oficina del concejal Gil Cedillo. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: (Jacqueline García/La Opinión) | Impremedia

Decenas de vendedores ambulantes de un mercado nocturno en Lincoln Heights protestaron este viernes frente a la oficina del concejal de Los Ángeles Gil Cedillo y posteriormente frente al Ayuntamiento de la ciudad por haber cerrado sin previo aviso la calle donde suelen vender.

El mercado al aire libre, conocido como Avenue 26/Artesian Night Market, cuenta con alrededor de 120 vendedores que ofrecen desde comida y dulces hasta juguetes, ropa y alcohol. Los vendedores están disponibles usualmente desde las 4:00 p.m. hasta casi la medianoche de jueves a domingos.

Fue el jueves, cuando muchos de estos vendedores se alistaban para comenzar su jornada de trabajo de fin de semana, que se enteraron que la calle estaba cerrada.

Cuando averiguaron qué estaba sucediendo les dijeron que la Ciudad lo hizo para eliminar las ventas ilegales de alcohol, las heces en la vía pública, el crimen y la violencia que supuestamente ocurren en el mercado.
Sin embargo, los vendedores que se manifestaron aseguraron que ellos no tienen nada que ver con los problemas que se salen de control y que todos esos inconvenientes son recientes tras la reapertura por la pandemia del covid-19.

Héctor Rodríguez, quien vende quesadillas estilo D.F., dijo que ya había invertido alrededor de $800 para su venta del jueves por la noche.

“Eso se va a echar a perder y no sé qué voy a hacer. Uno con la pandemia no ha tenido trabajo”, indicó el hombre quien ha vendido en el mercado por casi dos meses.

El mercado se había convertido en un lugar popular durante la pandemia. (Suministrada)

Raúl Quiroz, vendedor de tacos de canasta y nieve, ha estado en esa localidad por dos años. Se enteró del cierre por medio de un mensaje de texto de sus compañeros.

“Estamos buscando a ver si nos pueden reubicar, es lo mejor… Queremos que saquen a todos los que venden licor porque eso es lo que nos dañó a todos”, expresó. “Aunque la culpa no es de los vendedores, es de los consumidores”.

Paulina Luna es otra vendedora que ya estaba lista para salir a vender sus esquites el jueves por la noche cuando se enteró que el mercado estaba cerrado.

“No nos avisaron nada y toda la mercancía la tuvimos que tirar. Yo tuve que tirar una olla grande de esquites”, indicó la mujer que ha estado en ese lugar por cuatro años. “Si nos hubieran avisado no hubiéramos comprado nada”.

Vendedores organizados

Luis Peralta, vendedor de dulces mexicanos, dijo que él llegó a vender en esa área cuando se aprobó la primera reapertura del estado en julio del 2020. Para evitar problemas en el área se organizó con otros vendedores ambulantes para crear un ambiente sano de trabajo.

“Cuando llegué no había muchos vendedores, solo como 25 y empezamos a reunirnos y nos organizamos. Rentamos baños y ya sabíamos a quién le tocaba cada lugar”, explicó.

Sin embargo, dijo que para fines de 2020 la organización de los vendedores tambaleó cuando comenzaron a llegar muchos más vendedores que se negaban a seguir las reglas.

Entre ellos había varios que venden alcohol y los demás vendedores no podían decir nada para no meterse en problemas.

Quienes asistieron a la protesta, estiman que el mercado tenía alrededor de 25 puestos de vendedores de alcohol.
“Claro que nos preocupa pero es muy difícil llegar a un acuerdo con ellos, es entrar en conflicto”, dijo Peralta.

Indicó que ellos buscan comenzar un diálogo y que alguien les responda por qué está sucediendo eso y cuales son las alternativas.

“Yo les he mandado email al concejal Gil Cedillo, al alcalde Eric Garcetti y nadie ha contestado. Pedimos citas y no nos dicen nada”, añadió.

Los vendedores desmienten que haya problemas de basura y heces en las calles ya que aseguran que pagan $20 cada uno para que una persona limpie a diario el área después de que terminan de vender y ellos cubren el alquiler de baños portátiles.

Sin embargo, varios aseguraron que no caminan por otros lugares fuera de su área de trabajo y desconocen cómo quedan las otras áreas después que se van.

Vendedores ambulantes piden la reapertura del mercado. (Jacqueline García/La Opinión)

Martin Ávila, quien ha vendido accesorios y ropa de niños por cinco años en ese mercado, dijo que es cruel que les hayan cerrado el mercado sin previo aviso y que no haya nadie que abogue por ellos.

“En el 59 quitaron a la gente [vendedores] del estadio de los Dodgers, siempre nos han hecho a un lado, los pobres seguimos siendo pobres en un país rico”, expresó. Agregó que por muchos años estuvieron vendiendo sin problemas. La policía pasaba, los veía y no los molestaba.

“Ahora no nos pusieron un aviso de que iban a cerrar. No nos dijeron nada”, dijo Ávila “Nosotros estamos dispuestos si nos quieren regular pero hacen estas cosas avisarnos”.

Queremos a los vendedores no a los criminales.

El concejal Cedillo dijo en entrevista con La Opinión que él es partidario y defensor de los vendedores ambulantes pero no de los criminales y el mercado nocturno se estaba llenando de ellos.

“Los residentes de Lincoln Heights tienen el derecho a calles limpias y seguras pero ha habido un incremento de hasta el 900% de daños a la propiedad, violencia, defecación pública, ventas ilegales de alcohol, bloqueo de salidas de emergencia, toneladas de basura y más”, dijo el concejal.

Aseveró que los residentes del área se han quejado de que no pueden salir de sus hogares porque sus entradas están bloqueadas de carros que se estacionan para visitar el mercado.
Indicó que él personalmente verificó la venta desmesurada de alcohol por todo el mercado.

“Fui allí un día muy discreto y había gente tratando de venderme tragos de tequila 1800, margaritas, tratando de venderme vodka, vi las micheladas y me las ofrecían con Modelo, Corona o Heineken. Sin ninguna vergüenza”, dijo Cedillo. “Había un toro mecánico, había ATMs que no sabemos si eran reales”.

El concejal dijo que por muchos años ha luchado a favor de los vendedores ambulantes y espera que en esta ocasión se puedan institucionalizar los vendedores de Lincoln Heights como lo han hecho los vendedores del área de MacArthur Park.

Indicó que por el momento los vendedores pueden llegar a las áreas permitidas como la 6th y Bonnie Brae o la 7th y Alvarado. Y aseveró que se está planeando un corredor cerca al consulado general de México en Los Ángeles, sobre la 6th St. entre la Union y Lake, donde eventualmente pueden llegar estos vendedores.

“Lugar para los vendedores no es problema, hay miles de opciones… Pero no pueden estar en Lincoln Heights”, dijo Cedillo.

Por ahora la Ciudad evaluará la calle y aceras y realizará el trabajo para reducir los desechos, el aceite de cocina y los daños causados y restaurará las señales vandalizadas, banquetas y esquinas.

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