Promotoras de vacuna anti-covid avanzan pese a racismo, acoso y altercados físicos

La difusión boca a boca es más poderosa en la comunidad latina que en cualquier otro grupo

Vacunación en China

El incremento de casos de covid-19 por la variante Delta ha aumentado la presión por convencer a los no vacunados. (EPA) Crédito: EPA | copyright

Con el aumento de las tasas de infección provocadas por la variante Delta, en una carrera contra el tiempo y venciendo todo tipo de desafíos como hostigamiento, racismo y altercados físicos, las organizaciones comunitarias aceleran el paso a la campaña de vacunación contra covid-19 para convencer a los no vacunados de inmunizarse.

No solo van de puerta en puerta sino que acuden a mercados, parques y cualquier lugar donde se congregue gente.

Durante la videoconferencia “Vacunando a los no vacunados: historias de éxito y desafíos para llegar a las comunidades latinas de baja vacunación”, ofrecida por Ethnic Media Services, tres organizaciones comunitarias enfocadas en los latinos no vacunados del Parque MacArthur en Los Ángeles, comunidades rurales de San Joaquín y ciudades como Stockton hablaron de su trabajo para generar confianza en la vacunación contra covid-19.

Kim McCoy Wade, directora del Departamento de Envejecimiento de California dijo que existe una brecha para llegar a los adultos mayores latinos, y quieren realmente cerrarla porque particularmente en este grupo han tenido un número desproporcionado de muertes por covid.

Dijo que lo que han aprendido es siempre preguntarle a los adultos mayores, qué es lo que les importa. ¿la salud de su familia? ¿el dinero? ¿Cómo podemos reunirnos con ellos? “Porque como el gobernador dice, lo que queremos es salvar vidas”.

Los promotores de las vacunas anti-covid enfrenta todo tipo de desafíos. (Getty Images)

Peligrosos desafíos

Jorge Pingarrón de la campaña puerta por puerta Todos Unidos en Stockton, dijo que han tenido que lidiar con muchos problemas desde el calor extremo, la contaminación por los incendios y hasta con racismo, acoso y altercados físicos.

“Ha sido una campaña difícil, pero sin embargo, estamos orgullosos de lo que hemos hecho y vamos a mantenernos firmes y seguir avanzando”.

Explicó que cuando tocan la puerta de una casa, lo que mejor funciona es entablar una conversación personal que tiene como fin convencerlos de la vacunación.

Sin embargo, han llegado a tener altercados físicos. “En una zona rural de Modesto donde hay muchas banderas de Estados Unidos en las casas, cuando las promotoras andaban caminando, se encontraron con un grupo de gente que las estaba siguiendo y les cerraron el paso con sus carros. Les dijeron que necesitaban irse y que no eran bienvenidas”.

Pingarrón dijo que los promotores contestaron que no estaban haciendo nada malo sino que trataban de ayudar para que covid-19 terminara y todos volviéramos a la normalidad.

“Aún así ellos no querían escuchar. Cuando les entregamos la información, nos la arrojaron a la cara y procedimos a llamar al sheriff. Nos preguntó si queríamos presentar cargos. Le dijimos que iríamos a una corte civil. El sheriff solo nos dio un número de caso y llenó un reporte con solo su nombre, y todo lo demás lo dejó en blanco”.

Pingarrón señaló que la principal razón por la que la gente no se quiere vacunar, se presenta cuando hacen de la vacunación un asunto político. Pero por otro lado, dijo que hay personas que no creen en la vacuna porque no consideran que haya suficiente investigación.

Desamparado en MacArthur Park
La mayor parte de la gente que vive alrededor del Parque MacArthur son latinos. (Getty Images)

La experiencia en MacArthur Park

Irma Muñoz de la organización Mujeres de la Tierra (MDLT), precisó que el parque MacArthur está formado casi en 100% por inmigrantes latinos, la mayor parte de Centroamérica.

La experiencia ha sido exitosa porque dijo que conocen de manera muy íntima a la comunidad y mucha de la gente que contrataron para la campaña de vacunación son de la comunidad. “Conocen a los vecinos, el terreno y pueden guiarte porque no están aprendiendo por primera vez”.

En su mayoría, las promotoras son mujeres que viven en el área de MacArthur Park.

Uno de los desafíos que han enfrentado es el miedo de la comunidad a proveer su información personal debido a su estatus migratorio. “Muchos son indocumentados y nadie quiere dar su identificación porque piensan que migración les va a tocar la puerta y se los va a llevar”.

Otro obstáculo fue que el MacArthur Park es un barrio de clase trabajadora y la gente no está disponible para vacunarse de lunes a sábado.

“Desafortunadamente los domingos no había lugares de vacunación hasta que nuestra supervisora Hilda Solís intervino”.

Se ha logrado vacunar a la mayor parte de los vendedores ambulantes del MacArthur Park. (Aurelia Ventura/La Opinión)

El otro problema grande es la fuerte comunidad religiosa presente en el parque. “Los seguidores de estas parroquias dicen que sus líderes les han dicho que la vacuna les inyecta veneno”.

Muñoz dijo que solo el 20% de su campaña ha sido puerta por puerta, porque han descubierto que durante covid mucha gente no abre. “Si no te esperan, no te van a abrir”.

Como resultado, la mayor parte de la campaña la han hecho donde quiera que puedan encontrar gente. “Vamos a las tiendas, paradas de camión, al Metro y donde hay vendedores ambulantes”.

Así es como han conseguido que la mayoría de los ambulantes se vacunen.

Asimismo hay una presencia de jugadores de fútbol soccer, jóvenes y adultos. “Eso nos ha dado la oportunidad de platicar con los padres para que se vacunen”.

Pero en realidad, dijo Muñoz, la campaña ha sido un trabajo de boca en boca. “Animamos a la gente a platicar con sus vecinos, familiares y miembros de las iglesias para que se vacunen”.

Dijo que la renuencia a vacunarse, tiene que ver también con que hay mucho miedo a lo desconocido. “Tratamos de quitarlo con hechos. Eso toma tiempo. Y nos dejan sus teléfonos y después de varias llamadas cambian de opinión y quieren que regresemos para contestarles más preguntas”.

Cuando se trata de los adultos mayores, dijo que a través de ellos se consigue llegar a toda la familia. “En esa área, muchos abuelos viven con sus hijos, y de hecho en muchas casas, hay dos o tres familias viviendo juntos”.

En el caso de los menores de 16 años que tal vez son migrantes no acompañados o refugiados y no tienen un padre o guardián, están atrapados porque no pueden ser vacunados aún cuando quieren vacunarse.

La presencia de pandillas en MacArthur Park es un reto para los promotores de la vacuna anti-covid. (Getty Images)

La amenaza de las pandillas

Muñoz dijo que en el parque MacArthur hay tres pandillas muy activas y hay una población desamparada muy grande, a quienes han tratado de vacunar.

Sobre las pandillas, dijo que mientras no se metan en sus asuntos y guarden la distancia, no tienen problema, aunque siempre tienen que extremar la seguridad.

“Un miembro de la pandilla M-13 se acercó a un joven latino de 18 años que trabaja con nosotros y le pidió que se fuera de ahí. Y se fue, porque nadie está en la campaña para ser héroe. Ese ha sido el único encuentro que hemos tenido con las pandillas”.

En otra ocasión, una persona empuñó un arma a uno de sus promotores cuando le tocaron la puerta. “Se fueron de inmediato y no hubo daños, gracias a Dios. No vale la pena exponer la vida por convencer a alguien de que se vacune”.

Los incendios en el norte de California dificultan el trabajo de los promotores de la vacuna. (Getty Images)

Calor y contaminación

Esperanza Velma, directora de la Coalición Ambiental por el Agua (EJCW), una organización formada por mujeres de las minorías, que ha hecho campaña en las comunidades en desventaja de Stockton, en el norte de California, dijo que como la población hispana es muy grande, sus promotores son bilingües.

En las 9 semanas que llevan de campaña para sacar gente de 4 códigos postales a vacunarse, además de tocar puertas, han ido a los centros comunitarios, mercados mexicanos, asiáticos y tianguis.

Si bien las temperaturas llegan a alcanzar los 100 grados, se han adaptado y en lugar de salir en las mañanas, hacen campaña por las tardes.

“También hacemos llamadas por teléfono cuando hemos tenido contaminación por los incendios y el aire es peligroso, pero confiamos más en el contacto personal al ir puerta por puerta y a todos los lugares masivos”.

Afirmó que ésta es la razón por la que han incrementado las tasas de vacunación en sus códigos postales.

En esto, dijo, ha influido mucho que en su equipo de promotores de la vacuna anti-covid, hay desde jóvenes hasta adultos mayores con los que los residentes se pueden identificar.

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