Médicos y enfermeros se preparan para renunciar después de una larga epidemia

Mientras la vida en las ciudades vuelve a la normalidad, los trabajadores de la salud en Chicago continúan luchando contra la pandemia.

Médicos y enfermeros se preparan para renunciar después de una larga epidemia

Crédito: Photo by Scott Olson | Getty Images

Los médicos, enfermeras y en general, los trabajadores de hospitales continúan, después de casi dos años, ayudando a pacientes con la Covid-19, casi con el mismo ritmo que desde que se dio a conocer que la pandemia había llegado a Estados Unidos, en enero de 2020.

De acuerdo con el diario de Illinois, Chicago Tribune, el personal médico aún ayuda diariamente a tratar y, con suerte, a curar, a los pacientes con el virus. Los  trabajadores de la salud aún ayudan a las personas a respirar, aún sostienen iPads conectando a los familiares de los pacientes para que puedan comunicarse con ellos sin riesgos.

Aún llaman a los parientes de los internos para convocar al último adiós. 

Así, el agotamiento va llegando y las renuncias del personal médico en Illinois comienzan.

*¿Qué responder a quienes todavía dudan si vacunarse contra la Covid-19?

La Asociación Estadounidense de Enfermeras de Cuidados Críticos dio a conocer una encuesta entre sus miembros, en la que el 66% declaró sus intenciones de dejar la enfermería y el trabajo médico. 

Es por eso que creó la campaña “Escúchanos” (Hear us out), con el fin de hablar sobre las “demandas extremas y sostenidas de los últimos 18 meses”. 

La doctora Michelle Prickett, neumóloga que ha trabajado en la unidad de cuidados intensivos de la Covid-19, de Northwestern durante toda la pandemia, señala que las demandas del personal se centraron en el principio en el temor: “al principio era miedo”. 

Señaló que en la primavera las vacunas ofrecieron una esperanza que fue aplastada por la variante delta y por el bajo ritmo de vacunación entre la población. Ahora, ese miedo es tensión, frustración y agotamiento. 

Este momento se está tornando más difícil, a pesar de que ya el personal está completamente vacunado y de que en muchos aspectos, las condiciones son mejores a las de hace un año. 

“Me siento como si hubiera estado corriendo un maratón y cuando me acerco ya a la milla 25, alguien mueve la línea de meta”, dijo Whitney You, obstetra-ginecóloga del Northwestern Memorial Hospital. 

“Estoy aprendiendo a aceptar esta realidad, pero todavía me cansa y me angustia lo que me espera a la vuelta de la esquina”, declaró al Chicago Tribune.

La situación es más compleja y tensa debido a que ahora, médicos y enfermeras ya no solo atienden a pacientes infectados por el coronavirus, sino que también tienen las citas de rutina, que incluyen desde reemplazos de rodilla, hasta cirugías de hombro que fueron pospuestas durante el confinamiento. 

“Los recursos de todos se estiran cada vez más, debido a que estamos tratando de hacer todo. Estamos tratando de estar ahí para las personas que necesitan los recursos de los pacientes ambulatorios. Estamos tratando de atender a las personas que no podían acudir antes y a los pacientes con la Covid-19”, explicó Jacob Forsman, enfermero de cuidados intensivos del Hospital Northwestern Medicine Lake Forest. 

La enfermera Doris Carroll se retiró después de 38 años de ser enfermera, si bien, explica al Tribune, fue para cuidar a su madre en Florida, la pandemia de coronavirus también fue un aliciente para renunciar. Además, habla de los niveles “peligrosamente bajos” de personal en Chicago, en parte, por las bajas que provocó el virus entre sus colegas.

“Yo no firmé para esto. Tampoco mis colegas”, admitió. 

Michael Zenn, director ejecutivo del Hospital y Clínicas de la Universidad de Illinois admitió que ha enfrentado desafíos de personal, pero que estos no han tenido un impacto significativo en el cuidado y atención a los pacientes. 

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