Pareja en apuros de vivienda en LA mientras esperan el asilo

Pareja deja su natal El Salvador en busca de una mejor vida pero a pocas semanas de llegar a LA, enfrenta desalojo

Claudia García y Daniel Hernández junto a su bebé de 10 meses. (Jacqueline García/La Opinión)

Claudia García y Daniel Hernández junto a su bebé de 10 meses. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: (Jacqueline García/La Opinión) | Impremedia

Desde un cuarto de hotel en Alhambra, una ciudad ubicada a ocho millas al este de Los Ángeles, Daniel Hernández y su pareja -Claudia García- dicen que su mayor anhelo es encontrar un hogar estable para que su hijo pueda vivir y crecer con tranquilidad.

Con solo 10 meses de edad, Dominik, ha tenido que vivir en diversos lugares ya que sus padres salieron huyendo de su natal El Salvador en busca de mejores oportunidades.

La travesía no ha sido fácil para la pareja, que por dos años intentó llegar a Estados Unidos. Hace dos meses lo lograron, pero el sueño se está convirtiendo en una pesadilla ya que se quedaron sin un lugar dónde vivir.

La familia llegó a principios de agosto de 2021 a la casa de un conocido. Al inicio, todo parecía estar bien pero a las pocas semanas, la pareja dice que el dueño del lugar comenzó a cambiar su actitud.

Este lunes, mientras los noticieros recomendaban a las personas protegerse de los fuertes vientos que azotaban al área, Hernández y García estaban siendo desalojados.

Eran alrededor de las 7:00 p.m., cuando la pareja se vio en la banca de un parque al lado de sus pocas pertenencias y con Dominik en brazos.

“[El conocido] nos echó en cara la comida que consumíamos y nos echó a la policía para que nos saliéramos”, contó Hernández, de 20 años.

El joven aseguró que en cuanto llegó comenzó a trabajar instalando vidrios con el conocido. El hombre le pagaba $200 a la semana, pero al ser echados de la vivienda también perdió su empleo.

Al verse en apuros, García llamó a un grupo proinmigrante que les había ayudado antescuan do estaban en la frontera.

Poco después llegó a su auxilio Mónica Dolores, miembro de Pueblo Sin Fronteras —un colectivo dedicado a ayudar a familias varadas entre EE.UU. y México.

“Les ayudamos a conseguir apoyo y los llevamos a este hotel”, dijo Dolores ayer en entrevista con La Opinión mientras los visitaba en el hotel donde están hospedados.

No obstante, el lugar es temporal ya que la estadía por noche cuesta $120 y el grupo de voluntarios no podrá costearlo por mucho tiempo.

Dolores dijo que ha sido difícil conseguir una vivienda permanente para la pequeña familia ya que los albergues actualmente están repletos y por lo general los cuartos de renta no aceptan niños. “Seguimos buscando recursos y esperamos que alguien los quiera ayudar”, expresó.

La voluntaria indicó que la historia de García y Hernández es muy desafortunada sobretodo ahora, cuando la pareja está a la espera de un permiso de trabajo.

“Mientras tanto tienen que trabajar en condiciones infrahumanas por no tener los documentos necesarios”, explicó Dolores.

El pequeño Dominik Hernández en el cuarto de hotel donde están temporalmente. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: (Jacqueline García/La Opinión) | Impremedia

Sin dirección fija

Daniel Hernández dijo salió de El Salvador para huir de las pandillas en octubre del 2019 y poco después su novia lo alcanzó en Tapachula, Chiapas al sur de México.

Estuvieron ahí por un año esperando a recibir la residencia mexicana y una vez que la obtuvieron, continuaron su trayectoria hacia el norte de México.

Llegaron a Tijuana, Baja California y se instalaron en un centro de migrantes con cientos de familias cerca del puerto fronterizo El Chaparral.

En diciembre de 2020 nació el pequeño Dominik y García fue recibida en un refugio de madres con niños para permanecer un poco más segura con su recién nacido.

“La mayoría de tiempo estuvimos pagando por estar ahí pero después [Hernández] se quedó sin trabajo y nos tuvimos que regresar al Chaparral”, contó García, de 21 años. “Es muy triste andar así porque el bebé sufre más por el frío y el hambre”.

Una vez en el Chaparral, el niño -que ya tenía como 6 meses- se enfermó de gravedad después que su madre le diera una sopa que les habían donado.

“Duró enfermo una semana y mi hermana me ayudó con los gastos porque a ella le mandaba dinero su pareja”, dijo García.

El bebé se recuperó y poco después a la familia se le permitió entrar a Estados Unidos, pero bajo peticiones de asilo separadas ya que no están casados legalmente.

Ahora ellos están preocupados ya que la dirección que aparece en los documentos que llenaron es la del conocido que los echó de su hogar. Dicen que les angustia no tener una dirección fija para recibir su correspondencia, principalmente si llega la cita para asistir a corte y pelear su caso migratorio.

“No podemos ir a ver [al conocido] porque ya nos amenazó”, dijo García.

La abogada de inmigración Alma Rosa Nieto dijo que en casos como este es vital que los inmigrantes sin hogar demuestren dónde se encuentran en todo momento ya que el gobierno les dio la confianza de dejarlos libres.

Añadió que la razón por la que la corte necesita una dirección del inmigrante es porque va a haber una audiencia en el futuro y quieren hacer seguimiento de la persona.

El albergue al aire libre en Tijuana donde vivieron por varios meses. (Suministrada) Crédito: Suministrada | Cortesía

Cuando tengan dirección, aunque sea temporal deben mandar a decir que ya no les manden ningún formulario a la dirección previa.

Los inmigrantes deben llenar el formulario AR-11 ‘Change of Address form’ y guardar una copia, indicó la abogada.

“Si tienen reporte de policía de que los corrieron es recomendado que los enseñen”, añadió Nieto.

En caso de que inmigración cometa el error de mandar el citatorio a la casa del conocido y él no les avisa, la corte los va a querer deportar. Pero ellos van a tener ya el comprobante de que cambiaron los documentos con la dirección nueva.

“Eso nos da a los abogados la oportunidad de hacer una moción para reabrir el caso”, dijo Nieto.

La joven familia asegura que no quiere aprovecharse del gobierno estadounidense. Ambos buscan una oportunidad para mejorar su vida comenzando con una vivienda.

“Queremos conseguir un cuarto, pelear nuestro caso. No queremos depender del estado, queremos trabajar, pero sí necesitamos ayuda”, aseguró García.

Si usted o alguien que conoce quiere ayudar a la familia visite su página de GoFundMe: AQUI

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