El covid-19 retrasa a una pareja, pero no la detuvo para alcanzar su sueño

En plena pandemia Julián del Cid y su esposa Patricia Álvarez abren restaurante salvadoreño en el sur de Los Ángeles

Julián del Cid y Patricia Alvarez son los dueño del restaurante Juaguar Metapaneco. (Jacqueline García/La Opinión)

Julián del Cid y Patricia Alvarez son los dueño del restaurante Juaguar Metapaneco. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: (Jacqueline García/La Opinión) | Impremedia

En el 2018 Julián del Cid y su esposa Patricia Álvarez comenzaron a trabajar en su sueño de abrir un restaurante en el sur de Los Ángeles.

Después de un retraso de más de un año y sin miedo a la pandemia del covid-19 que aún no ha terminado, el 2 de octubre “Jaguar Metapan”, un restaurante de comida salvadoreña, abrió sus puertas oficialmente.

El camino no ha sido fácil, pero del Cid asegura que nunca se dieron por vencidos y con la ayuda y apoyo de su comunidad han logrado salir adelante.

Del Cid y Álvarez son de origen guatemalteco pero su restaurante es en honor a la comunidad salvadoreña, quienes son mayoría en el área donde están localizados en la esquina de la calle 48 y la avenida Normandie, en Los Ángeles.

Del Cid contó que no tenía experiencia como restaurantero, pero si mucho amor por la cocina. A los 6 años comenzó a cocinar con recetas de su abuela y ya como adulto disfruta entrar a la cocina para deleitar a su familia.

Del Cid emigró a los 21 años a Estados Unidos con el objetivo de construir una casa en su natal Guatemala. Comenzó a trabajar en la limpieza y en dos años logró construir su casa.

Aparte de la industria de la limpieza, Del Cid se ha dedicado a reciclar metal. Usualmente recolectaba muchos electrodomésticos que aún servían. Entonces decidió comenzar un pequeño negocio para venderlos.

Tiempo seguido rentó un pequeño local para que llegaran los clientes. Años después, Álvarez fue diagnosticada con diabetes y para mantener su salud decidió comenzar a hacer zumba. Tanta era la pasión por este deporte que poco después Álvarez decidió abrir su propio negocio de zumba. Ahí también comenzaron un negocio de renta de salón de fiestas. Sin embargo, ninguno de estos negocios hacían sentir pleno a del Cid.

Julián del Cid y María Álvarez trabajan en la cocina del restaurante Juaguar Metapaneco. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: (Jacqueline García/La Opinión) | Impremedia

La pandemia los detuvo temporalmente

La pandemia los detuvo hace tres años del Cid por fin se decidió y con el apoyo de Álvarez, refinanciaron su casa para obtener algo de dinero y comenzar el restaurante.

Ya tenían casi todos los permisos para marzo del 2020 cuando se ordenó cerrar los negocios no esenciales y permanecer en casa.

“No se me olvida cuando salió la orden del 15 de marzo”, contó Del Cid con un nudo en la garganta. “Solo me quedaban dos firmas para abrir [el restaurante] y ahí terminó mi sueño”.

Sin la opción de continuar el restaurante Del Cid se vio obligado a regresar al reciclaje del metal.

“Toda mi vida he reciclado metal, entonces regresé a lo mismo todo el año de la pandemia. Fue muy difícil pero no había opción”, contó.

Álvarez reconoció que estaban tan decepcionados que llegaron a perder la esperanza de que podrían levantarse de ese duro golpe.

“Venimos de nuestros países con la ilusión de salir adelante a realizar nuestros sueños y después de muchos años aquí seguimos”, explicó Álvarez.

Ella dijo que le gusta mucho cocinar y pese a que sabe defenderse para hacer la comida guatemalteca, la cocinera principal del restaurante es salvadoreña para asegurarse de que tienen los ingredientes y sabores exactos.

“No nos podemos quejar, la comunidad está respondiendo muy bien y esperamos que nos sigan colaborando”, dijo Álvarez.

Del Cid contó que el nombre del restaurante tiene un significado muy especial.

“El dueño de la propiedad es salvadoreño y es en honor a él y el apoyo que nos ha dado”, afirmó.

Del Cid dijo que recién esta semana recibió sus sillas nuevas para el restaurante. Las que ocupó durante la inauguración eran sillas y mesas de segunda mano que había recolectado durante su reciclaje.

Cuando llegó el día de inaugurar el restaurante Del Cid dijo que el restaurante estaba lleno.

La apertura del restaurante fue un éxito. (Suministrada) Crédito: Suministrada | Impremedia

“Había organizaciones que yo les ayudaba y me donaron una carpa, otros me donaron plantas, cuadros. Otros trajeron clientes y hasta vino un DJ que me donó su tiempo”, contó emocionado.

Inclusive el concejal Curren Price Jr., quien representa el área, les dio un reconocimiento por abrir un nuevo negocio en el distrito 9.

El empresario dijo que pese al arduo trabajo que enfrenta ahora, está orgulloso de ver su restaurante convertido en realidad.

Álvarez añadió que celebran la apertura, pero todavía tienen mucho camino que recorrer.

“Sabemos que con el esfuerzo y el trabajo que siempre tratamos de poner en todo, lo íbamos a lograr”, recalcó Álvarez.

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