Tres formas en que malgastas tu dinero, según la psicología
La psicóloga Mariel Beasley asegura que los malos hábitos financieros están relacionados con la forma en la que estamos programados mentalmente y esto tiene que ver con situaciones en las que la gente busca controlar gastos no necesarios, pero termina gastando más

Seguir los hábitos de consumo de otros puede afectar tus finanzas de forma profunda. Crédito: Andrea Piacquadio | Pexels
Muchos estadounidenses por más que intentan ahorrar y reducir gastos les cuesta mucho trabajo dejar de consumir cosas que no son en lo absoluto necesarias para sus vidas y eso hace que tengan malos hábitos financieros, los cuales están relacionados con la forma en la que estamos programados mentalmente, de acuerdo con la psicología.
De acuerdo con la psicóloga Mariel Beasley, cofundadora de Common Cents Labs, las personas que gastan demás tienen la capacidad para modificar sus procesos de pensamiento, lo que podría ayudar a desarrollar un sistema personal para evitar gastar en exceso.
En este sentido, Mariel Beasley hay tres pasos comprobados que hacen que las personas gasten en exceso, pero al tenerlos identificados hay forma de que éstos se modifiquen:
1. Restringir nuestros gastos
Mariel Beasley asevera que la motivación debe ser el motor del propósito y, al serlo, “cualquier otra cosa, fluye y refluye”, pero debe existir un plan a seguir, por ello, es fundamental buscar restringir gastos mediante la elaboración de presupuestos.
Beasley expone que crear un presupuesto ayuda a tener certeza de dónde va el dinero, pero las personas tienden a caer en un ciclo de compensación excesiva cuando intentan frenar sus gastos.
Bajo esta idea, la psicóloga asevera que la persona que emprende esta estrategia, se apegará a su presupuesto y gastarán menos de una semana, pero, quizá, la siguiente, compensarán en exceso su nivel más bajo de gasto y se excederán en el presupuesto. Y una vez que se dan cuenta de que están por encima del presupuesto, reducirán el gasto una vez más para caer por debajo del presupuesto, y el ciclo continúa de esta manera.
2: Centrarse en la satisfacción inmediata que a largo plazo
En este punto la psocóloga expone que como humanos, estamos predispuestos a nuestro yo presente y a obtener las cosas que queremos en este momento. Pero muchas veces, esa gratificación instantánea significa que ponemos menos énfasis en un beneficio futuro.Por tal razón, es necesario identificar qué es necesario y prioritario.
Por lo anterior, Mariel Beasley aseguró que ésta es una de las razones por las que es más difícil empezar a ahorrar para la jubilación antes. La jubilación está muy lejos en el futuro, pero hay una serie de productos, servicios y oportunidades más cercanos al presente que se sienten mucho más alcanzables y ahí es donde a menudo ponemos nuestro dinero.
3. Seguir a los demás
Beasley propone que seguir las costumbre de consumo de otros explica el deterioro de las finanzas personales de muchos. “Tomamos señales de lo que deberíamos hacer de quienes nos rodean”, dice la psicóloga. “Financieramente, estamos motivados por lo que vemos que otros hacen, lo que incluye sus hábitos de gasto”.
La visibilidad del consumo puede tener un impacto poderoso en cuánto y en qué gastamos dinero. Probablemente sepamos dónde compran ropa nuestros amigos y qué tipo de automóvil conducen, pero es probable que no sepamos cuánto dinero ahorran para la jubilación o si tienen una cuenta de emergencia totalmente financiada.
Por lo anterior, la psicóloga asevera que las personas que desean romper con los patrones señalados deben hacer un plan de gasto donde no haya tantas restricciones, por ello Beasley aseguró que “un presupuesto es una regla numérica que es difícil de seguir porque abarca muchos gastos diferentes a tener en cuenta. Pero las reglas basadas en acciones tienden a ser más fáciles de mantener a largo plazo”.
Las acciones tienen que ver con la voluntad de cuánto se va a gastar alguien al salir y de verdad cumplir con dicha acción, eso según la especialista tendrá un mayor valor y permitirá que quien lo siga lo pueda replicar tantas veces que se convierta en hábito.
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