México, en problemas por los desechos de COVID-19

Desechos derivados del tratamiento y prevención de la pandemia por la COVID-19 como son cubrebocas, guantes, envases de medicamentos, jeringas y gasas, entre otros, están provocando graves problemas de contaminación en México

Cubrebocas son una fuente de contaminación en México.

Muchos se resisten a usar mascarillas en el condado de Butte. (Reforma) Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- Cuando el gobierno de la Ciudad de México fijó las reglas para el manejo de los desechos derivados del tratamiento y prevención de la pandemia por COVID-19, Gabriela Pacheco, administradora de muebles en la capital, advirtió a los dueños e inquilinos de departamentos de lo que habían de hacer con la basura.

Dijo que la correcta separación de residuos sanitarios inicia en los hogares para proteger “a todas y todos”, según palabras de la alcaldesa, Claudia Sheimbaum, y que por ello era importante seguir estas indicaciones:

Primero,  colocar en una bolsa los cubrebocas, guantes, pañuelos desechables, chicles, cepillos dentales, cigarros, envases de medicamentos, jeringas, apósitos y gasas. La bolsa a usarse debería rociarse por dentro y por fuera con una solución de agua clorada (de preferencia 400 ppm) a la cual deberían añadir 10 mililitros de cloro comercial en un litro de agua.

Y finalmente marcar la bolsa con un plumón permanente, escribiendo la leyenda “Residuos sanitarios” que debían poner en la basura inorgánica. 

Todas las intenciones parecían ir muy bien en la teoría pero en la práctica se volvió un desastre.

“Nadie lo hacía”, reconoce Pacheco a casi dos años de aquellas primeras recomendaciones que no son ley, sino sugerencias o ni lo uno ni lo otro; más bien, un reglamento que acata quien quiere.

Gabriela Pacheco dice que no se ha puesto ningún bote especial para esos residuos porque los residentes únicamente separan los cubrebocas en el mejor de los casos y después lo juntan con cáscaras de fruta, tortillas rancias, pan tieso, la basura de telas, los papeles de baño, cajas de cereal, botes de refresco… en una concupiscencia de desechos.

El manejo de los neseceres para el COVID-19 ha sido poco cuidado en la ciudad más grande el país y en general de la mayoría de los municipios tanto por los ciudadanos como por las autoridades a pesar de que los desechos tipo biológico -infecciosos incrementaron en un 300%, según testimonios domésticos y un estudio del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Solo en México, se calcula que 81.2 millones de cubrebocas son desechados diariamente así como 9.6 millones de toneladas de plástico sobre los que no se sabe muy bien su paradero.

Lo único que se sabe oficialmente por el tercer informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa),señaló que se realizaron 489 visitas a 305 a empresas generadoras, hospitales y clínicas, tanto públicos (ISSSTE, IMSS y del Sector Salud), como privados; y 184 a empresas prestadoras de servicios de manejo de basura.

De estas revisiones se clausuraron 15 empresas por incumplir normas ambientales e impuso medidas para regularizar principalmente la capacidad de almacenamiento autorizada de hasta tres veces su capacidad, además de clasificar y almacenar los residuos peligrosos biológico infecciosos conforme a la NOM-087-SEMARNAT1995.

“Con ello la Profepa garantiza los servicios del adecuado manejo”, señaló.

Malas prácticas

Pero la intensión del gobierno choca constantemente con las malas prácticas de la ciudadanía. Cuando en los edificios administrados por Pacheco (uno de seis departamentos y otro de nueve) hacen bien su parte y colocan los cubrebocas en bolsas de plástico como buenos ciudadanos, los recolectores de basura vacían el contenido y la revuelven con todo para separar el plástico. 

“Se les dice que no la saquen pero lo siguen haciendo”, denuncia.

En otros casos, las personas asintomáticas que portan la enfermedad solo usan el cubrebocas para que los dejen entrar a las tiendas o tener un libre tránsito por el municipio. Y después de su jornada diaria los tiran en la vía pública sin importarles que pueden convertirse en un grave problema de salud. 

En los hospitales, algunos médicos piden que los pacientes contagiados de COVID-19 que utilicen vajillas desechables y éstas también se revuelven en los carros de basura contagiando a los trabajadores recolectores, cobrado vidas y contagios.

Los recolectores de basura dicen que la mayoría de la ciudadanía no separa la basura y que las autoridades no les dan el equipo necesario para su trabajo y que están muy expuestos. “Por más que nos den equipo de protección es infructuoso, la ciudadanía no entiende y todo lo echa a la basura”, dice René Molina, un trabajador de la ciudad en la colonia Escandón en la CDMX. 

Para evitar ese tipo de contagios, en el Estado de México se les prohibió a los recolectores abrir bolsas con residuos sanitarios COVID y tienen que llegar intactos a su disposición final, donde son incinerados. Pero en muchos municipios no hay políticas al respecto.

En Villahermosa, por ejemplo, el año pasado se confirmaron 52 contagios (11 administrativos; 14 recolectores; nueve trabajadores de limpieza y mantenimiento; 18 operadores en espacios públicos) y ocho defunciones (cinco de operadores de espacios públicos; dos recolectores y uno en almacén central de maquinaria).

También hay ciudades sin información en el número de contagios como en  Guadalajara, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga y San Pedro Tlaquepaque,   cuatro de los cinco municipios que integran la Área Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, porque la recolección es concesionada a una empresa (Caabsa Eagle) que no reporta a las autoridades. 

Con base en datos de la SEMARNAT de 2020, el 10% de los municipios en México no presta servicio público de acopio de basura, de tal manera que esos residuos quedan por ahí sin ser recolectados y con las lluvias han ido a parar a ríos y mares junto con aquellos que ha recolectado la basura municipal que quedan a cielo abierto.

De acuerdo con el Programa para el Medio Ambiente dela Organización de las Naciones Unidas, la gestión de residuos sanitarios necesita clasificación, separación en contenedores, codificación de colores, etiquetado, señalización, manipulación, transporte, almacenamiento, tratamiento y disposición final. México aún no tiene una ley con presupuesto etiquetado para ello.

COVID-19 

Casos positivos estimados 4.08 millones
Defunciones estimadas 306,013
Activos estimados 19,654
Fuente: Gobierno Federal (Conacyt)
Actualización: 21 de noviembre de 2021

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