Cobijas y calcetines que salvan a los migrantes

Voluntarios de una organización de San Diego dejan prendas de vestir abrigadoras en la frontera para mitigar el frío de quienes cruzan

Uno de los voluntarios acomoda la ropa que dejan junto a los alimentos.. / fotos: cortesía Border Angels.

Uno de los voluntarios acomoda la ropa que dejan junto a los alimentos.. / fotos: cortesía Border Angels. Crédito: Cortesía

A menudo los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos cruzando la frontera por las montañas de California, encuentran a su paso prendas abrigadoras precisamente cuando están a merced del frío o a punto de congelarse por las bajas temperaturas de esta época de invierno.

“Lo sabemos porque ocasionalmente nos hacen llegar mensajes en los que nos platican que encontraron la ropa abrigadora”, dijo a La Opinión Dulce García, directora ejecutiva de la organización Ángeles de la Frontera (Border Angels).

“Se me estaban congelando los pies, las manos… Ya me dolía mucho la cabeza”, expresó uno de esos migrantes en un mensaje que envió a la oficina de la organización, ubicada en San Diego.

“Ya estaba por darme por vencida, cuando encontré la ropa, calcetines calientitos, y los mensajes [escritos] que nos dejaron. Gracias a ustedes pudimos seguir adelante”, seañala el mensaje de otra migrante que encontró la ayuda que deja la organización en el camino.

“Los calcetines gruesos para el invierno, es lo que más toman los migrantes” cuando los encuentran a su paso, dijo García, quien también es dreamer y abogada de migración.

Cuando los migrantes llegan a la frontera con California en el invierno, se enfrentan a un nivel de frío que les es desconocido. Casi todos vienen de zonas templadas e incluso con clima tropical.

Los centroamericanos tienen básicamente dos estaciones: un verano caluroso y húmedo y un invierno que consiste en una época de lluvias. Y aunque desde los estados mexicanos de Michoacán y Guerrero llegan migrantes de zonas más elevadas, no se comparan al frío fronterizo.

En cambio las montañas de Otay, al este de San Diego, y La Rumorosa, en Baja California, ya presentan nieve en estas fechas y, más al este —en el desierto— la temperatura también baja durante las madrugadas a un punto congelante.

Las prentas de vestir son nuevas y quedan embolsadas para mantenerlas limpias. / fotos: cortesía borer angels.

La abogada García explicó que casi todos los migrantes que llegan a la frontera carecen de recursos, por lo que están mal preparados para el clima que encuentran.

Generalmente se lanzan a cruzar con zapatos deportivos, camisas de algodón y cuando mucho, llevan chamarras ligeras, que son las prendas que regularmente visten en sus lugares de origen.

En esta época de frío “nos preocupa ya que cada vez vemos más familias y madres con sus hijos que intentan cruzar la frontera”, comentó la abogada.

Algunas familias tratan de cruzar la frontera en busca de oficiales de la patrulla fronteriza para entregarse a las autoridades mientras les informan que desean solicitar asilo.

Otras, cruzan por zonas remotas donde arrecia el clima congelante con el objetivo de evadir a la patrulla fronteriza —ya que podría ignorar sus peticiones de asilo y enviarles de inmediato y de nuevo a la frontera mexicana, incluso por el mismo sitio de donde cruzaron. Esto debido a la medida que impuso Trump, conocida como “Título 42”.

En Ángeles de la Frontera “llevamos ropa abrigadora desde hace unos años, pero de hace un par de inviernos a la fecha hemos recibido más reportes de migrantes, incluso menores con síntomas de hipotermia –congelamiento– y es cuando hemos llevado todavía más ropa”, dijo García.

Los grupos de voluntarios salen de San Diego y van a los corredores que los migrantes utilizan usualmente para cruzar la frontera.

“Llevan calcetines para el frío, gorros, calentadores de tobillos, guantes, chamarras, cobijas impermeables ligeras”, entro otros objetos, dijo la directora. También llevan agua potable en botellas de un galón y algunos alimentos imperecederos en latas.

En años anteriores, los voluntarios reunían ropa y objetos que hacían llegar donadores a sus oficinas, pero por la pandemia han tenido que limitarse a reunir donaciones en efectivo para su programa y comprar la ropa nueva para llevarla.

También la lavan, “una o dos veces para suavizarla y que se caliente más fácil cuando la usen los migrantes y como medida adicional ante la pandemia”, dijo la abogada.

La dejan donde saben que la van a encontrar los migrantes y en zonas inhóspitas de la frontera, donde el clima tiende a ser extremo; en las bolsas en que van las prendas también dejan algún mensaje de ánimo y solidaridad.

A esos mismos corredores llevan más galones de agua potable y alimentos durante los meses del verano.

En los meses del invierno lo que los migrantes más utilizan “son las cobijas y los calcetines para mantenerse calientess”, dijo García. En cada “estación” de los recorridos, los voluntarios dejan suficientes artículos para ayudar a un grupo, por ejemplo una docena de pares de calcetines.

“Sabemos que usan esos artículos porque faltan en donde los dejamos y alguien nos llama y de manera anónima nos dice ‘gracias, ustedes no tienen idea que fue para nosotros encontrar los calcetines”, comentó la directora.

Para ayudar a prevenir la hipotermia entre familias migrantes que cruzan la frontera, visita: borderangels.org

En las botellas de agua que acomodan en el camino, se escriben mensajes de aliento para los migrantes.
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