Con el Super Bowl LVI, la ciudad de Inglewood se transforma

Los desamparados desaparecen, mientras los residentes y negocios tratan de hacer su ‘agosto’ con los aficionados

Aficionados a los Rams celebran en las calles antes de llegar al SoFi Stadium.

Aficionados a los Rams celebran en las calles antes de llegar al SoFi Stadium. Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Los desamparados ya no están debajo de los puentes de las autopistas 110, 105 y 405 en las inmediaciones de la ciudad de Inglewood, justo ahora que se avecina el Super Bowl LVI, este 13 de febrero en el majestuoso estadio SoFi.

Hace unos días, decenas  de personas sin hogar fueron testigos de cómo sus campamentos fueron derribados previo al partido entre los Rams de Los Ángeles y los 49ers., de San Francisco.

“No está bien lo que hicieron con los homeless”, dijo Viridiana Prado, residente de Wilmington, que acudió al juego con su prometido, José Colío. “La calle es el hogar de ellos porque no tienen un techo donde dormir”.

Se preguntó, ¿para que los movieron si no les dan ayuda?

Esparcidos a varias millas de distancia quedaron los desamparados que pernoctaban principalmente junto a la autopista 405, que es una de las rutas principales hacia el Aeropuerto Internacional de Los ángeles y al estadio cuya construcción costó 5 mil millones de dólares.

Uno de ellos deambulaba entre la maleza, pedazos de cartón y ropa sucia, detrás de una alambrada contigua a la carretera, entre las arterias La Ciénaga y Olive. Otro recorría el bulevar Prairie, a la altura de la calle 112, con su carrito de supermercado lleno de ropa y artículos desvencijados que son su único patrimonio.

Alguien más construyó su “hogar” de cartón en la intersección de las calles 102 y Doty.

Uno de ellos pedía dinero a los automovilistas sobre la rampa de salida de la autopista 105, en el bulevar Crenshaw, y en la esquina de los bulevares Prairie y Century,  Rita Zaragoza se quejaba de tener que deambular por las calles desde hace dos meses.

“No puedo agarrar apartamento”, dijo la mujer. “Nadie me quiere rentar porque tengo tres gatos”.

Zaragoza tiene un rostro triste y lleno de arrugas, aunque da la impresión de no sobrepasar los 40 años.

 “He llorado tanto, pero nadie me ayuda”, dijo a La Opinión. “La gente me rechaza porque tomo [alcohol] un poquito”.

Otra de las personas en el área pedía dinero a los automovilistas, en el borde de la autopista 105, en la salida del bulevar Crenshaw.

Aún antes de grandes eventos deportivos en la ciudad de Los ángeles, de la cual Inglewood es parte, no se había desplazado en esta zona a los indigentes.

“Yo vivo en el Valle de San Gabriel, cerca del parque Whittier Narrows y muchos se van para allá”, dijo Joanna León, quien trabaja con veteranos de guerra desamparados.

“En mi trabajo les ofrecemos terapias y cursos de recuperación de alcoholismo, aunque en muchas ocasiones ellos prefieren vivir así”, añadió. “Sus problemas muchas veces tienen que ver con adicción a las drogas y problemas mentales”.

La remoción de las personas sin hogar alrededor del SoFi Stadium fue denunciada inicialmente por TMZ, calificando como un intento “vergonzoso” de la ciudad de Los ángeles para maquillar la realidad de un problema social, al que no se le ha dado solución en décadas.

De acuerdo con datos oficiales de la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA), en 2020 había 41,290 personas sin hogar en la ciudad y 66,433 en el condado.

Y en la llamada Área de Planificación de Servicios (SPA), un área geográfica utilizada por el condado de Los Ángeles para la planificación y el seguimiento de datos relacionados con la salud pública y los servicios sociales, se indica que en Inglewood había un total de 525 personas sin hogar en 2020.

Anualmente, proveedores de servicios de atención continua realizan conteos para comprender cuán grande se ha vuelto la crisis de personas sin hogar en la región. Para ellos es un requisito a fin de recibir fondos federales del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos (HUD).

“Cada año los cuentan ¿y qué? No pasa nada”, criticó Tania Tayu, residente de Palmdale. “Yo no vivo en Inglewood, pero sé lo que pasa en Los Ángeles y el sur centro de esta ciudad. Lo que hicieron con los homeless es inhumano”.

En los días previos al partido que llevó a los Rams de Los Ángeles al Super Tazón, cuadrillas de trabajadores del Departamento de Transporte de California (CALTRANS) retiraron de madrugada los artículos de los campamentos de personas sin hogar.

El argumento fue, “preocupaciones de seguridad contra incendios”.

“La responsabilidad de Caltrans es garantizar la seguridad del público que viaja y proteger y mantener la infraestructura vial de California”, dijo Caltrans en un comunicado. “El departamento se está coordinando con socios locales para brindar alcance y apoyo, incluida la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA)”.

Supuestamente las personas que vivían a la entrada de la autopista 405 en Century Boulevard habían estado prendiendo fuego en el campamento.

“La verdad es que quieren tapar el sol con un dedo y eso es imposible”, destacó Elías Casolla, un fanático de los 49ers de San Francisco que estuvo de visita en Inglewood el domingo pasado. “La crisis de desamparados esta por todos lados”.

Por su parte, Michael Batie, un residente afroamericano de Inglewood, expresó que “para ser honesto, nadie quiere tener en su vecindario a las personas sin hogar”.

“¿Cuánta gente no hay en la calle que solamente carga consigo bolsas de basura?”, cuestionó. “Cuando fueron los Juegos Olímpicos [1984], muchos ya estaban en las calles; el problema social siempre ha existido y para ellos no ha habido suficientes servicios para las enfermedades mentales o adicciones a las drogas”.

Agregó que “todos tenemos peligro de convertimos en desamparados, sobre todo cuando vives en tu casa y no puedas pagar la hipoteca”.

Batie subrayó que en Inglewood el problema creció en los últimos años, pero ahora nadie los quiere cerca de sus barrios.

Por su parte, los defensores de las personas sin hogar también manifestaron su inconformidad de que las personas hayan sido desplazadas.

“Sabemos que no hay viviendas disponibles en Los Ángeles en este momento. También sabemos que Los Ángeles está viendo números récord de brotes de Covid”, dijo en un tuit el Consejo de la Ciudad Popular de Los Ángeles, una organización en pro de los derechos de las personas sin hogar.

 “Sin embargo, el Super Bowl llegará aquí en unas pocas semanas y estamos barriendo y desplazando a personas sin hogar que no tienen adónde ir. Vergonzoso”.

Residentes hacen su ‘agosto’ en febrero

Con la llegada de los juegos y el Super Bowl a la ciudad de Inglewood, en los alrededores del SoFi Stadium los residentes no se quisieron quedar atrás y cientos de ellos trataron de hacer su “agosto” en pleno febrero.

Durante el partido de la final de la Conferencia Nacional de Futbol Americano el pasado domingo, familias enteras ofrecieron sus espacios de estacionamiento por cantidades que fluctúan entre los $75 y $240, ya que en el estadio el pago mínimo por un espacio rondaba entre los $500 y $600.

Frente a su casa, Clemente Márquez colocó una mesa para ofrecer tragos de Tequila Cazadores y Tequila Corralejo por $5.00, con su respectiva salsa, sal y limón.

“El sol sale para todos y un dinerito no le cae mal a nadie”, expresó.

También, el negocio ha crecido en la industria hotelera donde hasta los hoteles de baja categoría tienen reservaciones completas.

“A mí me fue bien. Pagué solo $139 por una noche”, dijo Elías Casolla, un entrenador personal, quien había llegado de San Francisco al hotel Crystal Inn Suites de la avenida Prairie.

En el hotel Sea Breeze Inn del bulevar Century no cabía una persona más.

“Estamos llenos”, fue el único comentario del despachador.

El encargado de Liquor Warehouse Market dijo a La Opinión que las ventas de cerveza y vino se habían incrementado.

“El negocio está un poquito mejorcito”, expresó. “La gente está viniendo a comprar más de todo”.

En Randy’s Donuts, la supervisora Jessica López informó que el establecimiento aumentó sus ventas 40%, después que jugadores de los Rams estuvieron allí, regalando posters, toallas y camisetas a los fanáticos del futbol americano.

“Tenemos muchos clientes nuevos”, afirmó.

Y a quien también le fue bien en sus ventas fue a la salvadoreña Blanca Zavala, de Ahuachapán, quien junto con su hija Seyui, de 29 años, ofrecieron sus “perros calientes” a $10 cada uno.

“Si me va bien, ganaría unos $800 antes de irme a casa”, dijo la mujer residente de Lynwood, quien puso su puesto entre la calle Doty y el bulevar Century, justo donde pasaban las caravanas de espectadores.

Pero, a quien la suerte no le sonrió fue a la mexicana Marina “N”, de Puebla. Ella vendía ramos de flores a la salida de la autopista 405, entre la Avenida Prairie y la calle 112th.

“Ya desde que empezó la pandemia no se vende mucho”, dijo quejumbrosa. “Y se viene lo peor, porque imagínese ¿quién va a comprarme flores si todos van al estadio? ¿Para qué quieren flores? Si lo hacen, le dirían que están locos, ¿no o cree?

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