Camilo Séptimo le mete a lo ochentero

A los integrantes de Camilo Séptimo les encanta sorprender a sus seguidores con el contenido de sus videos, tal como lo hicieron con “Inevitable”, donde retratan el drama de una pareja unida por un amor tóxico.

“Aunque la letra sea romántica, nos gusta plasmar ese contraste”, dijo Érik Vázquez, guitarrista del combo fundado en el Estado de México. “La gente la puede adoptar y dedicar a quien quiera, y ahí es cuando la canción se enriquece”.

Este tema, cuyo video ya tiene más de un millón de vistas en Youtube, es parte de “Ecos”, el disco que prepara este grupo de pop rock y que estrenará a finales de mayo o principios de junio.

La canción tiene un toque ochentero que Érik dice que es parte de las muchas influencias que tiene la banda, formada como tal hace ocho años, pero con una historia musical que va más allá de cuando este grupo por fin comenzó a cosechar los frutos que sembró más de una década atrás.

“Mi mamá y mis tías oían esa música”, dijo el artista. “Y aunque yo era muy pequeño, sin que sea de forma consciente, vas formando tus gustos musicales”.

Pero antes de esta etapa ochentera, el grupo tuvo una banda más oldie, la que inspiró el nombre de la banda.

“Cuando empezamos teníamos un sonido que era más folk, más clásico”, dijo. “Y me dijo, ‘tu proyecto me suena como a Camilo Sesto’, y Coe [Mendoza, el vocalista] dijo, ‘Ah, nos vamos a llamar Camilo Séptimo’; nos vibró y los dejamos ahí”.

Antes de ser Camilo, el grupo tuvo un antecedente, Lady Lane, una agrupación que comenzó a sonar en México pero que por problemas entre sus miembros se desintegró. Sin embargo, Érik y Coe, lejos de tirar la toalla, formaron otro grupo –Camilo Séptimo– con el que finalmente lograron ser reconocidos.

Actualmente el grupo está de gira por varias ciudades mexicanas, pero en el verano vendrá a Estados Unidos para presentarse en varios locales al lado de la chilena Francisca Valenzuela, en Nueva York estarán el 24 de julio, en el Gramercy Theatre. Luego volverá a Ciudad de México para ofrecer un show en octubre en el codiciado Palacio de los Deportes.

Érik, quien dejó su carrera de ingeniero industrial para dedicarse a la música, dice que el sacrificio de tantos años valió la pena.

“Me gustaba mi trabajo, pero siempre estaba pensando en la música”, dijo. “Definitivamente mi carrera [de ingeniero] no era mi pasión”.