Mexicano-armenio encuentra su pasión por la comedia en el momento más difícil de su vida

Una depresión lo lleva a encontrar su vocación; terapia y una forma de sostener a su familia a través de la risa

Jack Assadourian, es hijo de padre armenio y madre mexicana. (Cortesía Jack Assadourian)

Jack Assadourian, es hijo de padre armenio y madre mexicana. (Cortesía Jack Assadourian) Crédito: Cortesía

A Jack Assadourian, ser chistoso, se le da natural. Pesca lo gracioso al vuelo, pero pocos imaginarían que este joven de 36 años, hijo de madre mexicana y padre armenio-libanés, encontró su pasión por la comedia, cuando pasaba por la depresión y hasta pensaba en el suicidio.

Una década después, Jack se ha ganado el respeto por sus monólogos humorísticos que narran de manera jocosa las historias de los mexicanos y de las comunidades del medio oriente.

“Mi mamá es de la Ciudad de México y mi papá es armenio-libanés. Se conocieron cuando mi mamá fue a visitar a una amiga, y cuando caminaba rumbo a su departamento, vio a mi padre recostado cerca de la alberca. Ella pensó que era mexicano porque se parecía a Carlos Santana y le empezó a hablar en español”.

Jack Assadourian logra su sueño de vivir de la comedia. (Araceli Martínez/La Opinión).

Jack no tardó en incorporar la historia de sus padres a sus humorísticos monólogos. 

Yo les digo que en mi familia, no tenemos la tradicional cena de acción de gracias con el pavo. Hacemos carne asada, tabule, humus, y luego nos da diarrea”, dice rompiendo en carcajadas.

¿Cómo te impactó crecer en una familia mixta?

“Crecí como un latino. Mis padres siempre estaban trabajando, y en el verano nos mandaban a mi hermana y a mí, con mi abuela a la ciudad de México. Íbamos a la Iglesia católica. Aprendí a hablar español fluido”.

Pero cuando estaba en primero o segundo grado, cuenta que su padre le dijo, tú sabes que también eres armenio, ¿verdad?  

“¿Qué es eso?, le dije”.

Y como su papá no estaba contento de que sus hijos no conocieran su cultura, inscribió a Jack y a su hermana en una escuela privada armenia, donde todos eran armenios desde el conserje hasta los maestros y el guardia. 

“Yo no hablaba armenio en absoluto. Me sentí intimidado”.

Jack Assadourian con su madre Tere. (Cortesía Jack Assaudorian).

Cuenta que los niños lo atormentaron y lo hicieron pasar muy mal. “Me insultaban y me decían frijolero. Por un tiempo, me daba miedo ir a la escuela”.

Y como no hablaba armenio, tuvo que empezar con clases desde el kinder.

“¡Dios mío! Imagínense un niño grande con alumnos de kinder aprendiendo el alfabeto”.

En este entorno, dice que le fue bastante difícil conseguir buenas calificaciones porque no entendía para nada las clases. 

“Poco a poco aprendí. Escribo y hablo español y armenio, y esa mezcla resultó algo bueno. Por ser diferente, comencé a gustarle a las niñas. ¡Yeah! ¡Salsa! Les gustaba más que los otros niños, y me hice muy popular en la secundaria”. 

Jack Assadourian al lado de su padre Jack cuando era un niño. (Cortesía)

Pero también le trajo sus sinsabores, ya que a algunos padres no les gustaba.

 “Yo era muy inocente y cuando empecé a salir con las muchachas y nos tomábamos de las manos, alguna mamá vino una vez y nos separó. Tú no puedes salir con mi hija. Creo que era por ser mexicano”.

Jack está contento porque dice que las cosas han cambiado mucho en la ciudad de Glendale donde creció y aún vive. 

Jack Assadourian con su esposa y sus hijos. (Cortesía)

La comedia fue parte de su vida

En 1987, sus padres abrieron un restaurante mexicano, y Jack dice que siempre trataban de innovar en su negocio, haciendo bailes, karaokes, noches de adolescentes. 

“A principios de los 90, dos o tres comediantes entraron y le preguntaron a mi padre, si podían hacer comedia. Mi padre dijo que hicieran lo que quisiera. El espectáculo se llamó Whacked out Wednesday con Buddy Lewis y Kim Whitley. Fue un exitazo”.

Actualmente – dice- que el restaurante de sus padres es uno de los mejores clubes de comedia en Los Ángeles. “Es el Haha Comedy Club en North Hollywood”.

Así que él creció viendo a estos comediantes, pero nunca quiso ser comediante. 

“A los 24 años, era vendedor de T Mobile. Llegué a ser director regional de ventas. Estaba ganando más de $100,000, pero me di cuenta que trabajaba jornadas de 12 horas, y yo quería tener mi propio negocio”.

Así que con todo el dinero que ahorró, compró el kiosco Invisible Gadget Guard en el primer piso de la plaza Galleria en la ciudad de Glendale, y frente a la tienda de Apple, se puso a vender una pantalla protectora para el primer Iphone que salió al mercado.

“Lo tuve por tres años. Hacía buen dinero, y terminé vendiendo el negocio. Me casé, me divorcié, mi exesposa se llevó a mi hijo Dominique a Modesto, luego de una gran pleito en la corte”.

Divorciado y alejado de su hijo, dice que se sentía deprimido, triste y hasta se quería matar.

“Fui a ver a mi padre, y le dije que nunca le había pedido nada, pero que necesitaba que me ayudara a pagar por una terapia. Tú sabes lo caro que sale ir a la terapia, me dijo. Vete al escenario a llorar. Fue su consejo”.

Y Jack lo tomó muy en serio; y en 2010, comenzó a hacer comedia en vivo.

Pero al principio, reconoce que tenía miedo de actuar frente a sus padres porque su comedia era bastante subida de tono. “No quería hablar de sexo enfrente de mi mamá. Así que me iba a hacer show en los bares o cualquier otra parte. Pero una vez que me hice bueno, fui a actuar delante de ellos”.

El sueño de sus padres, era que se hiciera cargo del club y nunca pensaron que haría carrera como comediante. “De vez en cuando los ayudo, pero mi sueño ahora es ser un actor, un comediante. Me encanta hacer reír a la gente”.

Jack Assadourian, sus chistes están basando en sus propias experiencias y observaciones. (Araceli Martínez/La Opinión)

Una historia que contar

Y considera que se ha vuelto un buen comediante porque tiene una historia que contar. 

Le cuento a la gente lo que es crecer mexicano-armenio, de mi divorcio a temprana edad, y que ahora estoy casado de nuevo; les platico de cómo es vivir en una familia mezclada. A mucha gente no les gusta el nuevo esposo de su exesposa. Yo amo al esposo de mi exesposa. ¿Por qué? Porque la tiene que aguantar”, exclama riendo. 

Así que dice que le gusta hablar de una manera divertida de temas de los que la gente necesita oír .

Todo lo que cuenta en su comedia es verdad y basado en lo que ha vivido, y en lo que observa.

“Todo el día tomo notas y hago bromas de lo que veo cuando salgo a caminar por las mañana. Por ejemplo, hoy escribí que los armenios no creen en llevar a sus padres a los asilos, solo van y los dejan a los parques.

“El otro día, escribí, queridos latinos, si tu airbnb es tu casa, necesitas salirte”.

Ha hecho chistes hasta de los tomates calientes que le ponía su abuela cuando le daba fiebre.

“Todavía no sé por qué, pero funcionaban”.

Jack dice que se dio cuenta que era divertido desde niño,  en la escuela siempre quería ser el que los hiciera reír. “Siempre me metía en problemas por estar haciendo bromas”.

Jack Assadourian con sus padres Jack y Tere Assadourian. (Cortesía)

Vivir de la comedia

¿Has podido hacer dinero como comediante?

“No hice nada de dinero los primeros años. Tuve que trabajar como DJ en un club nudista, y como bartender. Hacía lo que fuera con tal de que dejaran actuar de comediante por las noches. Siempre estaba trabajando para completar para el gasto”.

Pero en el séptimo año comenzó a abrir el show a otros comediantes. “Trabajé con grandes comediantes como Marlon Wayans, Damon Wayans Jr., David Spade y Craig Robinson. Una vez que comenzaron a salir de gira, empecé a aprender cómo hacer dinero de la comedia.

“Tu puedes ser el comediante más divertido, pero si no sabes cómo venderte, y aprendes el negocio de hablar con managers, los dueños de los clubes, agentes y cómo ir a los festivales de comediantes, solo será un comediante divertido”.

Y agrega que le gustaría hacer una carrera como George Lópéz. “Hace una comedia acerca de mi familia y tener un especial de Netflix. Sé que eso va a pasar”.

Al hacer un balance de su carrera, dice que si bien la comedia no surgió en un momento feliz de su vida, hoy se siente feliz , porque dentro de lo malo, encontró lo bueno.

“Estoy haciendo lo que amo, y apoyo a mi familia y puedo pagar las cuentas”.

Jack se ha vuelto a enamorar. “Tengo una relación mezclada. Soy divorciado, Tengo a mi hijo Dominic. He criado a los dos hijos de mi esposa. Así que tengo 3 hijos y mi esposa , filipina- portuguesa está embarazada. Mi hijo va a ser filipino portugués, armenio y mexicano”.

Y aclara que él no es de los comediantes que al caer las cortinas del escenario, no vuelve a hacer chistes o tiene mal humor.

“!Oh Dios mío! Yo soy muy juguetón. Siento que hay un niño dentro de mi”.

Por eso, quiere decirle a todos que “si tienen un sueño, no se den por vencidos, sigan trabajando por eso porque mi sueño se está haciendo realidad”.

Si quieres conocer más de Jack Assaudorian, visita su sitio web.

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