Cómo dejar de rechinar los dientes

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Los dentistas reportaron un aumento del 69% de los pacientes que aprietan o rechinan los dientes durante la pandemia, según la Asociación Dental Americana (ADA). Y la mayoría de estas personas probablemente no son conscientes de que lo están haciendo. “Es un comportamiento casi inconsciente”, dice la dentista Vicki Cohn, presidenta de la Asamblea Dental de la Academia Americana de Medicina del Sueño.

Con esta afección, llamada bruxismo, es posible aplicar hasta 200 libras de fuerza a los dientes. “La fuerza de la mordida al rechinar los dientes puede ser hasta seis veces mayor que la de la masticación normal”, dice la dentista Ada Cooper, portavoz de la ADA. Así que no es de extrañar que [el bruxismo] pueda desgastar o incluso romper los dientes. Y para los adultos mayores, cuyos dientes pueden ser más frágiles, el bruxismo puede ser especialmente problemático.

Una gran cantidad de causas

El bruxismo puede ocurrir durante el día o la noche. El estrés puede ser un factor importante, ya sea en momentos de tensión aguda o durante el sueño, cuando pueden seguir circulando niveles elevados de hormonas del estrés tras un día difícil, dice Cohn. Hábitos como el consumo de alcohol y tabaco también aumentan la probabilidad. “Los fumadores tienen aproximadamente el doble de probabilidades de rechinar los dientes que los no fumadores”, dice Cooper. Ciertos medicamentos, como algunos antidepresivos y antipsicóticos, también pueden aumentar el riesgo.

Las enfermedades que afectan al sistema nervioso central, como la demencia, la enfermedad de Parkinson o los accidentes cardiovasculares, pueden causar o exacerbar el bruxismo. Y a menudo va de la mano de los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), que causan dolor alrededor de la mandíbula. Por último, está la apnea obstructiva del sueño (AOS), en la que las vías respiratorias superiores se bloquean repetidamente durante el sueño, lo que provoca numerosas pausas respiratorias durante la noche. Esto puede hacer que las personas con AOS “sobrecompensen inconscientemente y rechinen los dientes al empujar la mandíbula hacia delante para abrir las vías respiratorias”, dice Manar Abdelrahim, dentista de la Clínica Cleveland. (Si te dicen que tienes AOS, pide que te evalúen por bruxismo).

Detectar las señales

Un diente, una corona o un empaste agrietados pueden ser una clara señal de que algo va mal, pero hay señales menos dramáticas a las que hay que prestar atención. Las personas que padecen bruxismo durante el sueño, por ejemplo, pueden despertarse con la mandíbula o el cuello adoloridos, con dolor de cabeza, mandíbula rígida, zumbidos en los oídos o con marcas alrededor del borde de la lengua en el lugar donde se ha presionado contra los dientes apretados. Si las notas, acude a tu dentista, que comprobará el desgaste y las fracturas de tus dientes, y la recesión de las encías. Pero “si la única evidencia es el desgaste de los dientes, es posible que no tengas bruxismo activo”, dice Cohn. La acidez estomacal grave y crónica es una causa común de desgaste de los dientes en los adultos mayores.

Una grabación de vídeo en un laboratorio del sueño o una electromiografía pueden diagnosticar definitivamente el bruxismo del sueño. En este último caso, los electrodos que se fijan a la piel comprueban los movimientos repetitivos de los músculos de la mandíbula.

Tratamientos para tener en cuenta

Aunque el bruxismo puede ser difícil de corregir, lo siguiente puede ayudar:

• Un protector bucal de plástico: “Llevar un protector por la noche suele ser la primera línea de defensa”, dice Abdelrahim. “Un protector hace que quede un espacio entre los dientes superiores e inferiores para protegerlos, y permite que los músculos de la mandíbula se relajen”. Un protector hecho a la medida (de $324 a $788) suele ser más eficaz que un producto de venta libre, y a veces lo cubre el seguro médico. Ninguno de los dos rompe el hábito, pero evitará que se produzcan más daños en los dientes.

• Botox: Las inyecciones de toxina botulínica en los músculos de la mandíbula que controlan la masticación pueden reducir la presión que ejerces sobre tus dientes.

• Reducción del estrés: Las actividades relajantes (como el yoga y la meditación) pueden ayudar. También lo puede hacer el hecho de ser más consciente de este comportamiento. Un consejo: “Si durante un momento de estrés sientes que tus dientes se tocan, abre suavemente tu mandíbula y permite que los dientes se alejen unos de otros”, dice Cooper.

• Terapia física: Un fisioterapeuta capacitado para tratar el bruxismo puede enseñarte ejercicios para estirar, fortalecer y relajar los músculos del cuello y la mandíbula, lo que puede reducir la tensión muscular que puede llevar a apretar y rechinar los dientes.

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